Por la escala hasta el podio

G.B.
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Cuatro bomberos logroñeses ganan una prueba nacional de rapidez y destreza que simulaba un incendio en un octavo piso. Tardar un minuto menos puede salvar una vida

Los cuatro bomberos del parque logroñés ganadores el I Desafío de Instalación Hidráulica, con las ‘plegaderas’ de mangueras. - Foto: Óscar Solorzano

Cada minuto cuenta. La frase, no por repetida, es menos cierta, cuando de lo que se trata es de salvar vidas. Lo saben bien los bomberos del parque del Ayuntamiento de Logroño, que acaban de dejar el pabellón bien alto por un doble motivo: han ganado el I Desafío de Instalación Hidráulica, entre 15 equipos de distintos puntos de España, y han podido poner en práctica en ese encuentro una técnica de plegado de mangueras, desarrollada por tres miembros del cuerpo, que ha dejado patente su eficacia ante los compañeros de otras comunidades autónomas. 

«Para subir por la escala a un octavo piso cargando con las mangueras hay que estar en forma, pero tan importante como eso es el aspecto táctico, tenerlo todo bien preparado y controlado», explica Daniel León, integrante, junto al sargento Manuel Jiménez y los bomberos Isaac Pérez y Diego García, del equipo que el pasado viernes se imponía en la prueba, por delante de profesionales del CEIS  Rioja, que lograron el segundo puesto, y de equipos de Madrid, Albacete, Vizcaya, Las Palmas de Gran Canaria, Palma de Mallorca, Cataluña, Toledo y Asturias.

El objetivo de la prueba, que se desarrolló en Albacete, era llegar a una altura de unos 25 metros, correspondientes a un octavo piso, lo antes posible, cargados con las mangueras y con una presión de agua de al menos 400 litros por minuto, suficientes para atacar con garantías un carga de fuego importante. Los logroñeses no solo consiguieron equiparse de pies a cabeza y llegar al octavo piso en cuatro minutos y 20 segundos, sino que lograron que el agua saliera con una presión de 530 litros por minuto. Parte del éxito estuvo en desplegar las mangueras sin pliegues ni enganchones, lo que asegura un buen caudal. También ayudó el sistema de 'plegaderas' ideado por otros tres compañeros del parque de Logroño, que permite ganar tiempo.

«El Desafío no era tanto una competición como un encuentro para aprender. Nosotros íbamos a ver cómo lo hacían compañeros de parques importantes como los de Madrid o Bilbao y nos dimos cuenta de que podíamos hacerlo igual de bien», apunta Daniel León. De hecho, los cuatro bomberos logroñeses no solo lo hicieron mejor que el resto, sino que también pudieron mostrar al resto la eficacia del 'invento' de sus compañeros.

La formación es crucial. León destaca la importancia de la formación, que en el parque de Logroño tiene especial importancia. «Hacemos muchas prácticas y en todos los niveles de la plantilla, porque en una intervención cada segundo cuenta», explica este bombero, que destaca la importancia de que los ciudadanos sepan actuar ante un incendio en su edificio. La recomendación para los vecinos es tratar de cerrar la puerta del espacio donde se origina el fuego o incluso la puerta principal, con el fin de confinar el humo y evitar que se propague por el hueco de la escalera, porque la inhalación de los gases es lo que más muertes ocasiona en los incendios de bloques de viviendas. Por extraño que parezca, los incendios más peligrosos son los que se producen en los primeros o plantas bajas, porque el humo va hacia arriba.

En los simulacros que los bomberos hacen en el parque de Logroño tratan de simular las condiciones de un incendio de la manera más parecida posible a la realidad, de manera que, por ejemplo, llegan a taparse los ojos o a limitar al máximo la visión para ensayar las condiciones de escasa visibilidad que se dan en un siniestro por el humo.

Pese a todo, Daniel reconoce que la realidad siempre supera a cualquier simulacro. Al entrar en un edificio en llamas hay alta temperatura, poca visibilidad, desconocimiento de la vivienda y estrés. Además, siempre comprueban que no queda ninguna persona dentro y extreman la autoprotección, de manera que actúan en parejas para garantizar su propia seguridad.