'No es momento de derogar la reforma laboral'

Feli Agustín
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El decano del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez, cree que habrá que subir impuestos, 'pero no de cualquier manera'

Ernesto Gómez. - Foto: Ingrid Fernández

Aunque los vaticinios no parecen muy halagüeños sobre las consecuencias de la crisis sanitaria más grave en un siglo, el decano del Colegio de Economistas de La Rioja, Ernesto Gómez, es optimista. Si la formación académica -además de en Económicas, es licenciado en Derecho, Políticas y está cursando Filosofía- es un elemento que  puede inspirar credibilidad, habría que confiar en él a ojos ciegas. No obstante, se expresa con cautela sobre el futuro, aunque hay un par de cosas que sí tiene claras en el momento presente, la Administración, que debe agilizar procedimientos, debe despejar incertidumbres y transmitir seguridad a sus ciudadanos, además de acometer todos los esfuerzos necesarios para salvaguardar la subsistencia de las empresas. De la derogación de la reforma laboral no quiere ni oír hablar.

 

¿Esperaba las repercusiones que está teniendo el COVID-19?
El primer análisis que hay que hacer es que no esperábamos que la crisis fuera tan larga y lo que es indudable es que cuanto más larga sea, mayor será la afección. 

 

¿Se están cometiendo errores?
Sin duda alguna, pero estuviera quien estuviera se iban a cometer. Es una situación extraordinaria, que nos ha pillado a todos con el pie cambiado, lo que ha obligado a los diferentes colectivos, especialmente a la administración, a reaccionar de manera improvisada porque no había las herramientas necesarias para afrontar esta situación.

 

¿Cuáles son las principales equivocaciones que se han cometido?
Como Colegio de Economistas, no nos ha parecido muy adecuado el mecanismo de los ERTE;habría que haber echado mano de otros instrumentos más rápidos.

 

¿Por ejemplo?
No tiene sentido que se presenten informes para acreditar que existe una fuerza mayor en un ERTE, todos sabemos que es así. Posiblemente, hubiera sido mejor, dadas las circunstancias, haberlos realizado por decreto en una amplia mayoría de sectores; agilizaría los procedimientos y, sobre todo, la principal consecuencia de los expedientes y es que, a día de hoy, hay miles de trabajadores que siguen sin haber cobrado su prestación por desempleo.
No obstante, patronal y sindicatos están satisfechas con este tipo de ERTE.
Había que buscar un sistema, y este es el que  se ha decidido, y nos tenemos que adaptar a él. Lo bueno sería que, a lo largo del verano, se acometa un proceso de reflexión para  preparar mecanismos más ágiles en previsión de que la pandemia se vuelva a manifestar en otoño.


¿Es conveniente ampliar los ERTE de fuerza mayor a su conclusión, el 30 de junio?
Con esta crisis tan sorpresiva, hacer cálculos a un mes es casi imposible. Hay que ver como evolucionan las cosas, y a mediados de mes ver si es necesaria esa prórroga, aunque parece claro que en determinados sectores va a ser imprescindible.


¿Qué medidas se le ocurren para solventar las consecuencias económicas de esta crisis?
Es incuestionable que estamos ante la crisis económica más importante en generaciones;por eso, no nos importa tanto a los  economistas la profundidad de esa crisis como el tiempo que dura;tenemos que seguir buscando herramientas para garantizar la viabilidad de las empresas. De lograrlo, antes o después, podremos con la pandemia. Para ello, hay que seguir generando líneas de liquidez para las empresas. Se ha hablado muchos de los ICO [préstamos del Instituto de Crédito Oficial], pero se han detectado muchas deficiencias que habrá que ir subsanado, porque no han  llegado a todas las empresas.

 

¿Cómo puede llegar la financiación a todas las empresas?
Posiblemente, las empresas que más lo necesitan son aquellas a las que el banco es más reacio a prestar. Por ello, el Estado podría asumir un aval de un 80% para responder a estos riesgos o apoyar la realización de estudios de viabilidad adecuados. 

 

Y los bancos, ¿qué papel han jugado?
Pues en algunos casos no han estado demasiado diligentes, han practicado determinados juegos que no están permitidos, como sustituir deuda;se han quedado con el préstamo del ICOa cambio de un seguro. El Banco de España está para vigilar estas actuaciones.

 

Parece que Bildu y el Gobierno han pactado la derogación de la reforma laboral. ¿Es momento para ello?
Rotundamente no. Con independencia de una de las reivindicaciones que se plantean, que es la indemnización por despido de 45 o 33 días, una cuestión totalmente política, hay que ver que el principal problema que tiene el mercado de trabajo es la temporalidad. Ahí es donde hay que hacer una profunda reforma, y no se puede hacer por decreto, hay que dialogarla, pensarla, acometerla con tranquilidad y sosiego, y no creo que la sociedad española esté en este momento para esta reflexión.

 

¿Ha funcionado bien la reforma laboral?
Pienso que, y en ello coinciden patronal y sindicatos, los mecanismos que se introdujeron en 2012 de adaptabilidad en el puesto de trabajo permitieron un aumento muy importante de la competitividad de las empresas españolas, de tal manera que las ha facilitado salir como nunca al mercado exterior. Derogar eso, posiblemente, no sea el camino;los trabajadores cada vez tenemos que ser más adaptables  a un puesto de trabajo que está en continuo cambio. Es un elemento positivo que parece aconsejable mantener.

 

En La Rioja hay cerca de 25.000 autónomos. ¿Están recibiendo lo que aportan?
Son los grandes sufridores, y son la pieza básica del engranaje de la sociedad riojana;sin ellos no se genera la riqueza que se reparte entre todos, la de la clase media, que es la que hay que intentar salvar. Se han tomado algunas medidas, tanto a nivel regional como nacional;lo que pienso es que hay que dar seguridad, necesita normas sencillas que pueda acometer.

 

El consejero de Desarrollo Autonómico prevé una caída del PIBriojano entre el 8 y el 15%.  ¿Coincide con él?
A nivel nacional, se ofrecen previsiones de alrededor del 10%, que creo que serían extrapolables a La Rioja, aunque, posiblemente, la caída sea inferior porque tenemos un peso específico importante del sector alimentación. En la medida en que contamos con ámbitos de actividad o empresas esenciales que no han parado, podemos jugar con un poco de ventaja. No obstante, hay sectores muy castigados, como nuestro producto estrella, el vino. Hay que tomar medidas en previsión de lo que se nos viene encima. A ver si esas ayudas prometidas por el Gobierno llegan con agilidad.

 

¿Ha sido la industria agroalimentaria la que mejor resiste la crisis?
Este sector ha experimentado cambios a lo largo de la crisis. Las ventas de los platos preparados han caído en picado o se han disparado las de la levadura, y esto también lo están notando las empresas riojanas, que han tenido que acometer cambios radicales en 15 días. Algunas, por ejemplo, han tenido que adaptar productos gourmet al supermercado. O el caso de bodegas que se han introducido en Amazon.

 

Hablando de bodegas, el sector estrella, el vino, lo está pasando mal y su repercusión es impresionante, alrededor de uno  de cada cinco euros de la economía regional. ¿Qué hay que hacer?
Hay que empezar a tomar decisiones, porque hay uva que recoger y bodegas con botellas de cosechas anteriores sin vender. A pesar de que el Consejo Regulador es autónomo, creo que el Gobierno debe jugar un papel importante. Tenemos un vino de calidad, con precios que no son elevados;ahí, pienso que hay margen de mejora.

 

El sector del automóvil es otro  de los más afectados, con mucha incidencia en La Rioja por las empresas auxiliares.
Afecta de manera tremenda,  a pesar de que en esta comunidad no se asienta ninguna de las 17 factorías de automoción y, por eso, la repercusión pública es menor, a pesar de que su peso alcanza el 10% del PIB. Eso está complicado, porque en La Rioja el margen de maniobra es nulo, a lo que hay que sumar la situación que atraviesan los concesionarios, cuyo beneficios son escasos. Si a esto sumas el mercado de los automóviles eléctricos y el escaso interés de los más jóvenes en contar con un vehículo, el cambio es absoluto. Es un sector deberá reinventarse y tardará tiempo en recuperarse.


¿Qué pasos debe dar la industria riojana?
La metalurgia tiene gran camino que recorrer en áreas de investigación y desarrollo;La Rioja es buena en el sector auxiliar del automóvil porque es competitiva, porque ha realizado grandes inversiones. Hay que centrarse en asuntos concretos y convertirse en  el ‘silicon valley’ de determinados sectores, aquellos en los que tenemos dos o tres empresas punteras para aprovechar sinergias, al igual que ha hecho el sector del calzado.


El turismo, que supone otro del 10% del PIB, es también uno de los campos más castigados. ¿Qué propuestas se le ocurren?
Somos un turismo de paso, pero muy importante;sin olvidar la importancia del enoturismo. Se pueden acometer acciones para promocionar la llegada de visitantes, como sorteos de estancias, por ejemplo, en los que entiendo que se deben implicar las administraciones. Esas acciones son interesantes porque logran enganchar. Todo el mundo que llega de fuera pregunta por Laurel y no por el supuesto cuadro de Miguel Ángel que hay en La Redonda;igual habría que poner unos tornos en los accesos a la zona. Hay que buscar fórmulas para ponernos en marcha;vamos a intentar volver a la normalidad, porque es importante que la gente deje de estar en pánico, que es lo peor que puede pasar.

 

¿Habrá negocios que no puedan seguir adelante?
Será complicado para quien tenga que pagar alquileres. Nuestro consejo es que ambas partes se repartan el coste al 50%;ninguno tiene la culpa de la crisis que estamos sufriendo. Me parece la solución más razonable.

 

¿Yel Plan  de Reestructuración Económica del Gobierno de La Rioja?
No lo hemos visto, nosotros estamos colaborando con ADER para que las ayudas puedan llegar con rapidez y sean útiles. Aunque sé que es difícil, hay que hacer un esfuerzo ímprobo para que esas subvenciones lleguen en el menor tiempo posible. Hay que decir que la gran mayoría de los funcionarios están trabajando como nunca;hemos visto resoluciones firmadas en sábados y domingos pero hay que hacer mayor esfuerzo. Al respecto, quiero dar la enhorabuena al Gobierno de La Rioja, porque la aprobación de los ERTE ha sido impoluta y en un tiempo récord. Han cogido personas de diferentes consejerías para resolverlos en el menor tiempo posible;posiblemente era lo que se tendría que haber hecho a nivel nacional con el desempleo.

 

¿Qué papel debe jugar la Administración?
Debe aportar seguridad, tranquilidad y apoyo, incluso, emocional;si hay que retrasar la presentación de la declaración de la renta, se aplaza. Hay que intentar tomar decisiones con previsión para que la gente esté tranquila y se centre en lo importante, su salud y la posibilidad de continuar con sus negocios a corto plazo

 

¿Ycómo se va a pagar todo esto?
Como en la comunidad de propietarios, con una derrama. No sirve de  nada engañar a la ciudadanía y hay que decir la verdad: no va a ser nada fácil. En 2008 contábamos con una ventaja enorme:nuestra deuda era del 40% del PIB; ahora es un poco superior del 100%, con lo cual el margen de maniobra es nulo. Onos ponemos en orden, nos olvidamos de la demagogia y vamos de la mano de Europa o esto va a ser muy difícil. No creo que el camino sea subir los impuestos de cualquier manera;España no puede recorrer un camino distinto al que andan otros países del mundo. Obviamente, habrá que subir los impuestos, pero hay un margen enorme logrando la eficacia de la administración pública, hay que ser capaces de hacer más con menos, disponer de herramientas para comprobar cómo se emplea el gasto o aplicar formas novedosas de elaborar un presupuesto de tal manera que se puede ver cómo se emplea, cómo se puede gastar mejor y cómo llega a la ciudadanía. No hay dinero mejor invertido que el empleado en el control de costes.


Dicen en Cáritas que lo peor está por venir. ¿Está de acuerdo?
Soy positivo y quiero pensar que hemos pasado lo peor. Lo que opino que le ha sucedido al tercer sector en estos dos meses es que se han volcado en atender y estos mecanismos de emergencia han funcionado perfectamente. Ahora están detectando que se agotan los recursos, entonces, ¿qué va a pasar en otoño o invierno si vuelve a haber un brote de coronavirus si nos hemos gastado todo el dinero? Ese es su mayor temor, el mecanismo de seguridad ha funcionado, pero está tocado y no sea capaz de reaccionar con la debida rapidez si vuelve a pasar. Habría que bonificar las donaciones.