La pandemia agilizó el segundo título de campeona del grupo XVI a una SDL que la única vez que ascendió a Segunda B lo hizo como primera de grupo. La octava fase de ascenso para los logroñeses será inédita: en su antigua casa, con sus compañeros de grupo y sabiendo que cualquier posible empate en semifinales o en la final les favorecen. Además, en caso de mal dadas, la SDL se garantizará una segunda oportunidad en una repesca nacional aún por definirse.
Albert Aguilá (Almacelles, 1970) afrontará su segundo ‘play off’ después de que el pasado curso sólo perdiera un partido en diecisiete jornadas (trece de liga y cuatro de fase de ascenso). El hecho de volver a enfrentarse a los primeros del grupo XVI no resta atractivo. «Sean equipos riojanos o de fuera, como lo eran el Cayón y Las Rozas, es un partido de ‘play off’. Se ha visto en los últimos años que el campeón de La Rioja ha subido. Los equipos del grupo XVI no desmerecen. Va a ser una fase de ascenso muy atractiva», argumenta.
El Arnedo, cuarto clasificado, espera a la SDL el 18 de julio en Las Gaunas. Los riojabajeños ya derrotaron en Sendero a los de Aguilá aunque estos, se cobraron la venganza el 1 de marzo (3-0). El técnico ilerdense tiene palabras de respeto para el equipo de Elías Tomé: «Es un equipo muy completo que ha demostrado que puede jugar tanto en transición como en ataque posicional, trabaja muy bien la estrategia y tiene diferentes alternativas de juego».
El empate en semifinales vale a los logroñeses y le servirá nuevamente si alcanza la final aunque este detalle, no menor, no alterará los planes de los blanquirrojos. «Es un detalle que es mejor tener a tu favor que no tenerlo, pero creo que nos equivocaríamos sin especulásemos con eso», puntualiza. Somos atrevidos con nuestro juego y así vamos a afrontar la eliminatoria», defiende, «aunque tenemos que saber jugar con ese detalle».
Además, la SDL cuenta con una de las mejores defensas de los 18 grupos de Tercera con doce goles recibidos en 28 jornadas (uno de ellos en Sendero). Su sobriedad defensiva es una garantía aunque no es definitiva. «Concedemos lo mínimo posible, pero no puedes sólo defender. Hay que ser valientes, hacer daño al rival, exigirle al máximo».
Aunque el Arnedo lleva varias décadas sin asomarse a la división de bronce ni a una fase de ascenso, la plantilla de Elías Tomé no está exenta de experiencia. Los blanquirrojos tienen a su favor esta baza, un dato nada baladí «en un deporte que prima los detalles».
A menos de dos semanas de las ansiadas semifinales, el preparador ilerdense está satisfecho con el grado de compenetración que están alcanzando sus jugadores: «Estamos mejorando cada día y deseando que llegue el sábado. Es una pretemporada atípica, no es una al uso, no podemos jugar amistosos aunque venimos con una base que nos hemos perdido».
Con doce días por delante para recuperar «lo físico, táctico y reforzando lo mental», el objetivo es alcanzar la plenitud, o acercarse a ella toda vez que la consigna para regresar a Segunda B pasa, desde el más estricto respeto al rival, por ser «fieles a nuestra forma de jugar, a la idea que nos ha llevado hasta aquí» .