Javier Peña: «Peatonalizar beneficia a quien lo habita»

Feli Agustín
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El logroñés Javier Peña es el artífice de Concéntrico, un festival que atraerá a la capital ejemplos de arquitectura y urbanismo de vanguardia, que marcan la evolución de un sistema en constante cambio, a la par que sus moradores, la ciudad

Javier Peña posa en uno de los montajes de Concéntrico, en el barrio de La Villanueva. - Foto: Ingrid

El logroñés Javier Peña es el artífice de Concéntrico, un festival que por séptimo año traerá a la capital ejemplos de arquitectura y urbanismo de vanguardia, que marcan la evolución de un sistema en constante cambio, a la par que sus moradores, la ciudad. Investigador, docente y consultor de arquitectura y diseño, Javier Peña es el impulsor de Concéntrico, que se ha convertido en una cita ineludible para todos los estudiosos del urbanismo y la ciudad. En esta edición del festival, que se celebra del 2 al 5 de septiembre, se han introducido nuevos emplazamientos para realizar más intervenciones, 18, con profesionales llegados desde varios países de Europa y América. El objetivo es invitar al observador a reflexionar sobre el papel que juega el espacio público y cómo han de conformarse los entramados urbanos para facilitar la convivencia.

 

Es la VII edición de Concéntrico. ¿Se están consolidando los objetivos con los que se puso en marcha?

Es un proyecto que surgió con el horizonte de una permanente evolución, como un acompañante del propio cambio de la ciudad; los temas de los que se hablaba en 2015 no son los mismos que se debaten en 2021 y cualquier visitante al festival lo percibe. Concéntrico es un organismo vivo, al igual que lo es la ciudad. El trabajo que hacemos evoluciona conforme a los intereses que percibimos y sobre los que podemos opinar y ofrecer una respuesta.

 

¿Logroño ha evolucionado a la par que la arquitectura y Concéntrico?

Yo creo que sí. Tengo claro que la ciudad es un organismo vivo, con muchas capas, que obligan a permanecer muy alerta para entender cuando se producen cambios sociales en determinados puntos o el deterioro de alguna zona. Nadie esperaba hace siete años que la calle María Teresa Gil de Gárate fuera lo que hoy es, al igual que otras áreas que se han deteriorado o mejorado. Es en ese cambio constante, inherente a la propia ciudad y a la vida que se desarrolla en ella, en el registro en el que nosotros trabajamos.

 

Esta edición de Concéntrico cuenta con el mayor número de intervenciones, 18, de diversos países. ¿Es la muestra del éxito y la proyección del festival?

Siempre hemos pensado hacer de Concéntrico y de Logroño un caso de estudio para estos ámbitos de pensamiento y reflexión. Entendimos que es algo que tenía mucho interés, no solo para nosotros, sino para otros observadores de la ciudad, profesionales que entienden que las urbes son los espacios de mayor desarrollo e innovación en los que se puede trabajar. Sobre ese concepto, partiendo de un base muy local, que entienda claramente la composición de nuestra ciudad y de sus diferentes zonas, hemos querido hacer un proyecto muy internacional para captar esa perspectiva externa que nos permite mirarnos de otra forma. Una mirada externa siempre ofrece la posibilidad de tener menos prejuicios sobre lo inmediato y eso es lo más atractivo para los que nos encontramos en Logroño y el festival. Creo que este año es el que más vuelta de tuerca se da, en el que más a fondo se abordan determinados temas y en el que más innovación vamos a encontrarnos.

 

Hay nuevos emplazamientos. ¿Con qué interés?

Hemos encontrado en el río Ebro un eje vertebrador de Concéntrico. Durante la pandemia hemos demandado espacios cada vez más abiertos, intentar conectar con la naturaleza durante este tiempo que hemos estado encerrados. Por ello, nos parecía muy sugerente dotar al río de mayor protagonismo que en otras ocasiones, con lo cual hay cuatro intervenciones que se dejan bañar por el río Ebro. Tres de ellas son en el tramo urbano para intentar reconectar esa proximidad de parque, de espacio verde, con la ciudad para dotarle de otro contenido que no únicamente el exclusivo de ocio de fines de semana. Dentro de este concepto, hemos incorporado una intervención en la otra orilla del río, porque nos cuesta mucho cruzar a la ribera norte de la ciudad y hemos querido significar ese paseo de la Casa de las Ciencias como un gran mirador sobre la ciudad, además del entorno del parque del Ebro, bajo el Puente de Hierro, con la chimenea de la antigua alcoholera. Las intervenciones continúan en la zona de Viña Lanciano, de Bodegas LAN, junto al puente Mantible, donde también mantenemos una mirada sobre el entorno natural.

 

El Ebro. ¿Qué papel debe jugar en Logroño? ¿Cómo se integra en la ciudad?

Pienso que habría que organizar actividades en el entorno del río para hacerlo más atractivo y útil. Si lo ponemos en uso, seguro que aparecen nuevas posibilidades de disfrutar ese entorno natural, que es muy privilegiado. Podríamos mirar el ejemplo de otras ciudades europeas, donde el río es un elemento de mucho movimiento y genera también actividad económica. Es un recurso único al que debemos aproximarnos.

 

Otro de los entornos nuevos es La Villanueva, que el alcalde quiere convertir en polo de atracción tecnológica. Bosonit va a construir un edificio que deja gran parte de su espacio para uso de los ciudadanos. ¿Es el camino que han de seguir ese tipo de construcciones?

Para mi ese entorno tiene un importante componente emocional porque he vivido toda la vida en Avenida de Navarra y mis padres tenían una carnicería en la esquina de las calles Cadena y Mayor. Entronca con mis vivencias personales, donde yo vivía y jugaba, de tal manera que me ha dado mucha pena el abandono que ha sufrido por parte de todos. Por ello también queríamos poner desde Concéntrico la mirada sobre ello para hacer entender que es un espacio de oportunidad y aprovechamiento, además de ponerlo en el ojo público y en el ojo crítico. Es interesante llevar a la gente a esa zona, para que la perciba y la vea, de tal manera que cualquier inversión que ponga la mirada sobre este entorno es algo positivo. Cierto es también que se están realizando operaciones urbanas que mezclan diferentes tipos de usos, con lo que esta flexibilidad que permite integrar lo público y lo privado en estos edificios híbridos seguro que redundan en el bien de la ciudad.

 

Otra de las ubicaciones que se estrenan es la estación intermodal. ¿Qué opinión le merece todo el enclave?

Me parece muy interesante porque muestra la complejidad en esos tres o cuatro niveles que recorre, al igual que una ciudad, que tiene diferentes capas de infraestructuras, uso público, parque o viales. Es una mezcla que se ha resuelto de una manera bastante hábil en su configuración. No obstante, para entender cómo va a funcionar en la ciudad le faltan 15 años de desarrollo para que se consolide, funcione y se entienda en su contexto. La herida de la estación está todavía abierta; es un entorno que no está resuelto del todo, pero se vislumbra que puede funcionar y ser un buen ejercicio para la ciudad. La respuesta la dará la historia y el funcionamiento que de ello hagan las personas.

 

El Ayuntamiento ha licitado hace un mes el Nudo de Vara de Rey, no sin poca polémica. ¿Qué le parece la solución adoptada?

No soy experto en movilidad ni en flujos, pero hay un gran trabajo técnico detrás. Yo, personalmente, nuca he sido muy partidario de los túneles porque crean entornos bastante desfavorables a su alrededor. Las diferentes cotas de aproximación que permiten en su entorno no generan una ciudad cómoda. Cualquier proyecto en el que aparece una boca subterránea no favorece la pacificación del área ni el tránsito peatonal. A mí, si esta es la solución adecuada para este contexto, me parece bien sin conocer cuál ha sido la motivación para la toma de esta decisión.

 

El alcalde es el gran impulsor de un proyecto denominado Calles Abiertas, que ha generado no pocas controversias. ¿Cómo lo contempla?

Me cuesta opinar porque todo el debate al respecto parece que lleva a la confrontación. Si analizáramos el planteamiento desde las necesidades actuales de la ciudad todos estaríamos más de acuerdo en lo que se tiene que hacer. Pero los proyecto se emborronan y las posturas se enconan. La ciudad tiene que evolucionar y hay que tomar decisiones para estar en un contexto contemporáneo porque el reparto de los espacios públicos debe repensarse. En la ciudad cabe todo, pero hay que equilibrarlo, y creo que en ese equilibrio está este proyecto, aunque hay aspectos estéticos que no me agradan. En ese avance siempre se producen errores que hay que analizar, pero no desde ese enconamiento. Pienso que también es un proyecto que debe reposar para ver cómo funciona o como puede repartir el espacio público. Este tipo de debates de desarrollo de la ciudad deben quedar al margen de posturas ideológicas, porque se trata de discusiones técnicas y de forma y de un bien para la ciudad.

 

¿Qué es lo que no le gusta?

Los bolardos, entre otros elementos; los colores no me parecen los más adecuados. Pienso que se podía haber hecho un ejercicio de unificación porque cualquier elemento que se introduce en la ciudad, como las papeleras o las señaléticas, debe estar pensado, porque puede generar ruido visual. Me parece que Calles Abiertas adolece de una visión general, un problema que sufren otros proyectos que se han desarrollado en la ciudad, que han partido de lógicas parciales.

 

¿Y el eje ciclista?

Todavía está en ejecución y no se sabe como va a funcionar, pero soy usuario de la bicicleta y voy por donde me dejan, pero entiendo que los carriles bici son completamente necesarios porque hay muchos tipos de usuarios que no pueden circular por la calzada, como los niños, etapa en la que más se puede potenciar su uso como medio de transporte. La circulación por las calzadas debe repartirse conforme a los diferentes modos de movilidad.

 

¿Es partidario de las peatonalizaciones de grandes avenidas? ¿De usos compartidos?

Pienso que las peatonalizaciones son muy beneficiosas para las personas que viven en esas zonas y entender la ciudad de proximidad, con un entorno más agradable y con menos ruido. Estoy a favor y creo que las diferentes peatonalizaciones que se han acometido han deparado en buenos resultados.

 

Monte Cantabria, que ha sido visitado hasta niveles de aglomeración durante la pandemia, contaba con un proyecto que quedó aparcado. ¿Qué debe hacerse con él?

Es un recurso natural que acoge restos arqueológicos que permiten conocer la historia de Logroño y está conectado con el Camino de Santiago. Se está ejecutando un proyecto de rehabilitación, y el acceso es lo más problemático. Esos entornos periféricos que construyen y dejan airearse a la ciudad también son necesarios. Creo que hay que dejarlo así.

 

Logroño está redactando un Plan General Municipal. ¿Qué ejes deben sustentarlo?

Los planes generales son herramientas que deben durar tiempo porque una ciudad no debe cambiar de hoy para mañana. Son instrucciones de uso con afecciones de toda índole, económicas, sociológicas... Deben ser producto de una reflexión calmada en el tiempo para que permita responder a desafíos futuros. Lo entiendo como un plan maestro.

 

La Corporación entiende que Logroño debe mirar hacia adentro.

Eso es algo que también vio el equipo de Cuca Gamarra y es razonable después de la crisis de 2008, cuando se comprobó que ese continuo crecimiento de las ciudades no tenía lógica. Es preferible mejorar, colmatar y consolidar los entornos cercanos que seguir creciendo. La lógica del crecimiento debe ser equilibrada y eficaz para el mantenimiento de los servicios públicos.

 

La sostenibilidad es una de las principales guías de Concéntrico. ¿Cómo se hace sostenible la arquitectura urbana?

Entre otros aspectos, con el empleo de determinados materiales. En nuestro caso, la madera de Garnica, que tiene un proceso de producción sostenible, que además se cultiva en entornos que permiten una economía circular y mantener la población rural y es vertebrador del proceso económico de muchos entornos que quedan olvidados. Cada vez se está introduciendo más en la construcción tradicional como una material de mayor sostenibilidad.

 

¿Deben acomodarse las ciudades a entornos de pandemia? No hemos superado ese proceso y pienso que no se deben tomar decisiones en medio de la batalla. Las ciudades en las que ahora vivimos son consecuencia de otras pandemias y otras situaciones sanitarias que han afectado a la psicología de la ciudad y que han permitido modificar sus calles, más amplias, con viviendas más aireadas y salubres. No sé si esta pandemia va a influir en la forma en la que construimos o habitamos, pero sí tendremos que entender que los entornos abiertos son más beneficiosos para nuestro bienestar diario y creo que van a ser más reclamados