El 2 de diciembre de 2019, apenas tres meses después de que fuera elegida presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu visitó en Torrecilla las instalaciones de Peñaclara, una de las firmas más emblemáticas del escenario económico riojano y, tal vez, la más conocida fuera de las fronteras de la comunidad. Durante el recorrido por la planta y el manantial, Guillermo Briones, presidente ejecutivo de la compañía, avanzó su interés en llevar a cabo varios proyectos, como la construcción de un pequeño balneario, como el que ya funcionó durante casi un siglo, a caballo entre los siglos XIX y XX. 

Este y cualquier otro plan que la empresa de agua mineral desee acometer tendrán que esperar ante la grave afección que ha sufrido una empresa que obtiene el 80% de su facturación del sector hostelero, prácticamente inactivo durante dos meses, a consecuencia de la pandemia del coronavirus y el estado de alarma subsecuente.

Ignacio Evangelio, director general de la compañía, constata que están sumidos en una inédita y complicada situación, que muestra dos vertientes, la sanitaria,«de la que parece que vemos la salida»   y la crisis económica, que a nadie se le escapa va a ser una las perores en décadas. Explica que la firma esta adscrita a una alianza de seguridad alimentaria que les obliga a ser más preventivos, de tal manera que en enero comenzaron a tomar medidas de seguridad laboral -mascarillas, hidrogeles, guantes o batas- ante la amenaza del virus que venía de China. Esta previsión resultó ser un acierto porque, además de evitar que ninguno de los miembros de la plantilla se contagiara, permitió que los servicios sanitarios riojanos aprovecharan este material durante la pandemia, en concreto, guantes y batas pasaron del manantial de Riva los Baños al Seris. 

Ahora bien, el estado de alarma y el consecuente cierre de la hostelería, que supone el 80% de su facturación, les ha supuesto un considerable descenso de ventas, cifrado en el 35% en mayo, aunque la caída fue menos dramática en junio y también en abril, aproximadamente de la mitad. Esta cifra se explica por la puesta en marcha, por uno de sus distribuidores de Madrid, de un crowdfunding, una recaudación colectiva, para la compra de agua para los hospitales de todo el país, incluido el San Pedro, lo que les ayudó a mantener la producción, «aunque no hayamos ganado dinero».

ICO y ERTE. Para hacer frente a esta caída y salvaguardar el empleo, la dirección de Peñaclara ha recurrido a préstamos ICO «para contar con tesorería suficiente, además de aplazar pagos a los distribuidores», ha reducido los gastos que no son estrictamente necesarios; y presentado un ERTE del que solo él se ha librado, de tal manera que afecta a 23 de sus 24 empleados, que se han organizado para trabajar en dos equipos. 

Evangelio, que con la reanudación de la actividad, mantiene cierto optimismo sobre la evolución de los acontecimientos y vaticina que, con una facturación de entre el 70 y el 75% de la alcanzada el año pasado, cuando fue de 3,7 millones de euros, será posible mantener el negocio y factible conservar el número de trabajadores. «Estamos preparados para lo peor, pero esperando lo mejor», afirma el director general de Peñaclara, que  apela a los riojanos a dar valor a los autónomos y empresas de esta tierra. «En La Rioja tenemos un producto de gran calidad, y las empresas y autónomos crean empleos, pagamos impuestos, colaboramos con ONG, asociaciones culturales y deportivas;todo eso se queda en la tierra», resalta Evangelio, que constata que solo apoyándonos entre nosotros saldremos adelante.