Resurgir de las cenizas

Feli Agustín
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«Cuando nos juntamos somos la leche», resalta el alcalde de Santo Domingo, uno de los municipios más castigados por la covid, que se ha sobrepuesto al dolor y ha recibido el Premio al Pueblo Ejemplar del Grupo Promecal

David Mena, alcalde de Santo Domingo, recoge el Premio a Pueblo Ejemplar. - Foto: Ingrid

Era el 14 de abril de 2020, fecha en la que el Gobierno de La Rioja publicó, por primera vez, los datos de la pandemia de covid detallados por zonas de salud, cuando se constató la incidencia que la enfermedad estaba teniendo en la de Santo Domingo, donde el 4,11% de los 10.525 pacientes inscritos en su Zona Básica se había contagiado, frente a la incidencia media  en La Rioja (que contaba entonces con la tasa más elevada del país) era de un 1,1%. De hecho, el periódico inglés The guardian situó a la localidad calceatense como uno de los puntos críticos del covid en Europa y citaba al párroco Francisco Suárez, que creía que calculaba que 42 personas murieron en las seis semanas posteriores al 16 de marzo, uno cada día.

El alcalde de Santo Domingo, David Mena, no pudo evitar iniciar su discurso de reconocimiento por la recepción del Premio al pueblo ejemplar, después de felicitar a los otros municipios nominados, Camprovín y Arnedo, aunque una confusión le hizo mencionar a Nájera, y al grupo Promecal, recordando el dolor que causó la primera ola de la pandemia en el municipio. «Se ha pasado muy mal, hemos sufrido mucho, se perdieron muchas vidas  y gestionar ese dolor fue difícil y complicado», aseguró Mena, que constató que «en una ciudad en la que nos conocemos todos», se fue consciente «de primera mano» de ese sufrimiento. «Para un alcalde, y lo extiendo a todos mis compañeros, ha sido un dolor enorme», afirmó Mena que, no obstante, resaltó que los calcetenses,  como lo demuestra este premio, «somos fuertes, con carácter, de muchas sensibilidades, pero cuando nos juntamos somos los mejores». 

Como el ave fénix. Pero los momentos más duros ya han pasado y el municipio ha sabido resurgir de las cenizas. «Nos pusimos manos a la obra y hemos pasado de ser una noticia negativa a ser conocidos como una ciudad segura, tranquila y acogedora», dijo el alcalde calceatense, que atribuyó al Santo «mostrarles el camino».

«Somos una ciudad turística; contamos con dos paradores; nuestra joya de  la corona, que es la catedral con la torre exenta; con un albergue de peregrinos, que es la envidia del Camino; y entre todos, hemos podido conseguir que la gente vuelva, algo que deseábamos», enumeró Mena, que destacó que  se ha revertido la situación «y ha sido un placer lograrlo». 

Y Santo Domingo va a terminar el año con «otro esfuerzo, que le supone «un orgullo»,  las ferias de la Inmaculada, que empiezan mañana. «Lo que más me gusta es que toda la ciudad se involucra en ello y es el mayor ejemplo de como se puede resurgir de ellas cenizas, como estábamos nosotros. Cuando nos unimos somos la leche, y queremos seguir siendo así», concluyó el regidor.