El aparcamiento sale caro

C.S.
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Logroño completa la regulación de un millar de plazas de la ORA, la mayor parte para residentes. Los vecinos critican que aparcar les resulta más difícil en zonas donde no hay otra alternativa a dejar el coche en el calle

Espacios libres de la nueva zona verde en San Millán. - Foto: Óscar Solorzano

Logroño acaba de completar la ampliación de cerca de un millar de plazas de aparcamiento reguladas a través de la ORA. Son 854 verdes, para residentes, y 64 azules, las que se han cambiado de color el mapa de la capital riojana que mayoritariamente se localizan en la zona este, centro y oeste. Una actuación que no ha dejado indiferente a nadie y que desde hace escasas semanas ha trastocado a los vecinos y comerciantes de las áreas afectadas. 

La falta de aparcamientos es una realidad que se ha agudizado en Logroño con las recientes reestructuraciones urbanísticas que se han acometido, centradas en promover el uso de medios de transporte alternativos al vehículo privado como la bicicleta o el autobús urbano y en favorecer una movilidad sostenible.

Lo cierto es que desde que en Logroño se ha ampliado la ORA,  calles como San Millán, Cigüeña, Huesca o Rey Pastor han cambiado parte su paisaje urbano. No en los tramos que han escapado a la regulación, donde se hace aún más difícil aparcar y es habitual la doble fila; sino en las nuevas zonas verdes, donde los residente solo pueden aparcar gratis por la mañana o por la tarde. Es ahí ahora donde se encuentra aparcamiento con facilidad cuando antes resultaba imposible. 

En definitiva, que parte del problema derivado de la falta de aparcamiento se ha vuelto a trasladar al residente de la zona afectada en cuestión. Los que no tienen una plaza de garaje y necesitan su vehículo privado para desplazarse, tienen que invertir más tiempo y combustible en aparcar. También hay quien opta por alquilar un parking o hacerse con uno en propiedad, con el desembolso económico que ello implica. La situación no mejora si se trata de zonas de la ciudad en las que gran parte de las edificaciones carecen de garajes y los vecinos se ven abocados a dejar el coche en la calle. 

Pero, encontrar un garaje en la capital riojana no es fácil ni barato, salvo en las zonas más alejadas del centro y de baja demanda. «Hace años en Logroño nadie quería un garaje», según indica el presidente de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Óscar Martínez Solozábal. De ahí que haya muy poca oferta y, a consecuencia de ello, los precios estén por las nubes. No obstante, este experto matiza que el aumento de la demanda que pueda darse ahora no se está trasladando al valor de las transacciones que se realizan.

Tampoco parece que el problema de la oferta vaya a solucionarse a corto plazo. De acuerdo con Martínez Solozábal, «no compensa» promover nuevas construcciones de garajes en Logroño por la normativa que hay que cumplir. 

Comprar una plaza de garaje en la capital riojana puede suponer un desembolso de entre 10.000 y 25.000 euros, una horquilla que depende de la zona (centro o extrarradio) y de las características del bien. En cuanto al alquiler, sucede lo mismo. Arrendar un aparcamiento en el centro puede suponer un gasto mensual de entre 80 y 100 euros, mientras que las plazas más alejadas oscilan entre los 50 y 60 euros.

En el caso del barrio San José, en el que el Ayuntamiento va a ejecutar una nueva fase del programa de 'Calles abiertas', no es casualidad que haya prevista la construcción de 67 plazas de garaje y veinte trasteros en la bajera de un inmueble.El precio parte de los 14.000 euros, que se reduce a  4.400 en el caso de los trasteros.

la opinión de los vecinos. Algunas asociaciones de vecinos claman contra la falta de aparcamientos que hay en determinadas zonas, como puede ser el entorno de la calle Huesca, Murrieta o Gonzalo de Berceo. «La gente se ve muy mal para aparcar», relata la presidenta de la Asociación de Vecinos Avezo, TeresaGómez, que no llega a comprender «qué se está haciendo» desde el Ayuntamiento en este sentido. «No todo el mundo puede comprar o alquilar un garaje», subraya, al tiempo que lamenta que los vecinos ya se han quejado de que se las ven y desean para estacionar sus coches en su día a día. Tampoco se olvida de las protestas que ha recibido de los residentes y comerciantes la zona de Gonzalo de Berceo ante la falta de aparcamientos y los problemas de movilidad. 

No es tan beligerante la Asociación de vecinos de Madre de Dios, otra de las zonas afectadas por la reestructuración de las plazas de aparcamiento. Apuesta por dar más espacio al peatón frente a la «preponderancia del automóvil» que se da especialmente en calles estrechas, como ocurre en la calle Cigüeña, con nuevos tramos de zona verde. Al respecto, matiza que desde esta entidad observan «una calle algo más desahogada de coches», aunque constatan también el «malestar» de algunos vecinos «por los inconvenientes que supone para el estacionamiento permanente». Por último, apuestan por «construir colectivamente un barrio con el lugar que merece en una ciudad habitable y al servicio de las personas».