La Rioja se queda fuera del Perte del automóvil

Feli Agustín
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Las firmas de la Comunidad no han logrado su inclusión en los consorcios para la fabricación del coche eléctrico

Un vehículo eléctrico carga en Avenida de Burgos de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

Tras meses de negociación, la Comisión Europea ha dado el visto bueno al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte-Vec),  el primero presentado por el Gobierno de España que recibe el respaldo de Bruselas. Para el programa, que prevé el apoyo a inversiones en investigación, desarrollo e innovación, protección medioambiental y eficiencia energética en toda la cadena de esta industria se contemplan 3.000 millones, parte de los cuales serán financiados con los fondos europeos para la recuperación Next Generation.

Con un esquema de financiación que contempla subvenciones directas y créditos blandos, se abre, según la ministra de Industria, Reyes Maroto, «una oportunidad histórica de convertir la fabricación del vehículo eléctrico y conectado en un proyecto tractor que refuerce la industria de automoción en todo el país» aunque, de momento, no se han despejado las incógnitas que se ciernen sobre un proyecto cuyas ayudas no se han convocado todavía.

Así las cosas,  en España, donde se ubican unas 1.000 empresas del sector, entre ellas 16 plantas fabricantes de automóvil -eran 17 con Nissan Barcelona,  que cerró a finales de la semana pasada-  Volkswagen ha confirmado que  su decisión de producir eléctricos en España dependerá de los incentivos gubernamentales.

La Rioja, con importante presencia del sector –da trabajo a más de 7.000 personas, entre empleo directo e indirecto, y genera un volumen de negocio de más de 500 millones euros, el 7% del PIB de la Comunidad– carece de una gran fabricante, que han de ser quienes lideren los proyectos. En concreto, para acceder a estos fondos se deberá constituir una agrupación de empresas con como mínimo cinco compañías con  la participación de al menos dos comunidades autónomas; el 40% deberán ser pymes, rendija por la que pretendían introducirse algunas empresas de la región, de momento, sin éxito.

 Daniel Rueda, secretario general del Clúster del Automoción de La Rioja, informa de que se ha trabajado durante los últimos meses para participar en las agrupaciones que se están creando alrededor de los grandes fabricantes que han manifestado su intención de presentar algún proyecto para acceder al Perte. 

«Los consorcios que se están creando son relativamente pequeños, entre ocho y 12 empresas socias», explica Rueda, que apunta que «lo primero» que hacen los fabricantes es buscar la colaboración de los proveedores que «tienen cerca», de tal manera que las pymes riojanas que han intentado participar «no han sido seleccionadas».

El responsable del clúster argumenta que «un gran fabricante, que va acompañado por cuatro cinco pymes, tiene las plazas dadas». «Ahora mismo, en las líneas en las que hemos intentado introducir una pyme riojana no hemos obtenido frutos», lamenta Rueda, que destaca que las plazas «están caras». Así pues, La Rioja no va a recibir de manera directa subvenciones del Perte de automoción  «porque no nos consta que en  ninguno de los consorcios que se está trabajando esté presente ninguna empresa riojana».

No obstante, el secretario general de la asociación riojana se muestra optimista porque «si a nuestros clientes les va bien, a nosotros nos va bien», destaca,  a la vez que recuerda que parece que «algunos de nuestros clientes van a estar en el Perte».

Incide en este argumento y señala que «aunque no llegue ningún euro de manera directa, nos interesa que la industria española reciba ayuda» porque considera fundamental la existencia de un polo de automoción nacional.

«Si a nuestro cliente le va bien,  eso que tenemos ganados», reitera, a la que vez que constata que la presencia de 16 fabricantes de vehículos en España es crucial «para que detrás haya una cadena importante de proveedores».

El escenario riojano. En este contexto, las empresas auxiliares de componentes se enfrentan también a un nuevo escenario de protagonismo de la movilidad y la fabricación de vehículos eléctricos en el que se abren varias vertientes en función de las características de los componentes que elaboren. Las factorías de dedicadas a sistemas de propulsión, como motor o tubos de escape, deberán realizar una profunda reconversión;hay otras que no se verán en absolutamente afectadas porque los productos que fabrican no dependen  del combustible que utilice el vehículo. Y hay un tercer grupo que deberá realizar algunas adaptaciones, como las factorías de antivibratorios «porque un coche de combustión no genera las mismas vibraciones que uno eléctrico», explica el secretario general del clúster de automoción, que resume que, de manera general, la implantación del vehículo eléctrico tendrá influencia en el sector riojano «pero en unos más que a otros».

 

La crisis de los chips, hasta 2023. La falta de semiconductores, que está afectando desde hace meses al sector del automóvil obligando a cierres y cancelación de turnos, amenaza con convertirse en un problema habitual. «Es casi rutinario», afirma el secretario general del Clúster riojano de Automoción, que sin ánimo de «jugar a ser adivino», vislumbra que 2022 «será un año malo» y dilata como «gran esperanza» hasta el segundo semestre de 2023 el inicio de la recuperación.

«No sabemos cuándo volverá la normalidad, pero 2022 será problemático entero», adelanta Rueda, que cita expertos que difieren la solución a la escasez de chips hasta la Navidad de 2023.

«No quiero ser tan negativo porque si esto sigue así va a poner en jaque a empresas nacionales», vaticina, al tiempo que constata que los ERTE siguen salvando el empleo a la espera de la estrategia de las empresas a la vuelta de las vacaciones navideñas. «Es un escenario muy negativo; si una empresa produce un 30 o 40% menos, la lógica indica que mantener la misma plantilla que cuando se producía el 100% no es sostenible», concluye.