Andreu: "Han sido 4 décadas en las que nos hemos reinventado"

Feli Agustín
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La presidenta destaca en el Día de La Rioja que el Estatuto ha deparado cuatro décadas de éxito moral, social y político, sinónimos de «libertad, autogobierno y horizonte de futuro»

Concha Andreu, presidenta del Gobierno, durante el acto institucional del Día de La Rioja, celebrado en Nájera. - Foto: Ingrid

Era el 8 de octubre de 1978 cuando, seguro que a los sones del himno no oficial  de la autonomía, La Rioja existe, pero no es, al que ponían voz Carmen, Jesús e Iñaki, 20.000 ciudadanos  celebraron el primer día de La Rioja reivindicando en Nájera que esta tierra merecía ser y estar en esta España que se adentraba de manera balbuceante en la democracia.

Hubo que esperar hasta el 9 de junio de 1982 para que el Estatuto fuera sancionado por el rey; 40 años después, fue ayer la capital del antiguo reino de Nájera-Pamplona la que ha acogido la celebración del Día de La Rioja.

A pleno sol, la plaza de España asistió al acto institucional, que se inició a los sones de la zanfoña, con una voz en off que recordaba la historia de La Rioja y con una corte de damas y caballeros, participantes en las Crónicas najerenses, que escoltaban a la presidenta de La Rioja.  

El acto, que condujeron seis chicas, se inició, precisamente, con la entrega de la Medalla de La Rioja a Pedro Sanz, presidente entre 1995 y 2015, por parte de quien ocupa el puesto en la actualidad, Concha Andreu, que señaló que ese Estatuto fue «conclusión de y respuesta a» una aspiración política expresa, popular y reiterada por miles de ciudadanos que sabían que La Rioja empezaba a caminar.

Y hoy, 40 años después, «estamos aquí para constatar, con el orgullo y la misma confianza del primer día, que ha merecido la pena», afirmó Andreu, que calificó de «fructíferos y productivos» estos 40 años, un logro alcanzado  gracias, al trabajo, la perseverancia y el ejercicio democrático. 

«Cuarenta años que son sinónimo de libertad, autogobierno y horizonte de futuro, de éxito moral, social y político», destacó la jefa del Ejecutivo regional, que añadió que estos 40 años ganados para el progreso y la modernidad «han merecido la pena», han sido cuatro décadas en las que «nos hemos reinventado».

 «Nadie dijo que fuera fácil», mencionó Andreu, que apeló a imaginar cómo hubiera sido hoy La Rioja sin el resultado de estos 40 años de autonomía,  sin el respaldo constitucional que «nos otorga una autonomía propia».

Considera que «resulta, sencillamente, inimaginable otro escenario», sería, dijo, como «reingresar en un túnel cegado, en el que no podríamos evolucionar, ni reconocernos, ni movernos».

El Estatuto de Autonomía de 1982, «arbitrado en el corazón de la Transición», incorporó a La Rioja a la estructura y dinámica del cuerpo del estado autonómico que articula nuestra nación, «acrecentando como región nuestra presencia, responsabilidad y voz en el sumatorio que constituye la España moderna».

Esta carta magna regional ha deparado un fruto que es necesario transmitir a generaciones más jóvenes, protagonistas ya de la época actual y la venideras, «agentes de los futuros días de La Rioja», después de un reciente tiempo de fragilidad y temor.

Presumió de que La Rioja es una tierra «pacífica y tolerante», en la que nunca se ha utilizado la violencia ni el vandalismo como solución a los conflictos y mencionó que la conexión interterritorial y la colaboración transacional son imprescindibles para la superación de los recientes traumas que está sufriendo la sociedad, que provocan «un efecto colateral y regresivo, el rédito ideológico de populismos y extremismos», empeñados en desacreditar los logros alcanzados.

Tierra conectada.  Su presidenta destacó que La Rioja es una tierra «conectiva, comunicativa, colaborativa y solidaria», como demuestran algunos elementos que nos caracterizan y proyectan socialmente, la cultura del vino o la profesión de castellano, que suponen una oportunidad de «compartir, socializar y expresar».

«Ya Gonzalo de Berceo asociaba el bon vino con el roman paladino y con el hablar al vecino», citó la jefa del Ejecutivo, que aludió al poeta para resaltar que esta tierra está ideada para la vecindad y el entendimiento. «El Estatuto, con la posibilidad que nos otorgó de redifinirnos e instituirnos nos reafirmó en este rasgo y reforzó nuestra aversión a cualquier forma de exclusivismo o exclusión», leyó Andreu como parte de un discurso en el que se esforzó en la entonación.

Así, como enlace entre el pasado y lo que está por venir, afirmó que desde hace 40 años, en La Rioja venimos consolidando un tiempo mejor. «Hemos vivido los mejores años de nuestra vida; ha merecido la pena estar aquí, vivir aquí,  crecer aquí, y seguir aquí, sortear las épocas duras, que han exigido sacrificios y recursos y celebrar su superación, con la esperanza de continuará unidos», aseguró Andreu, que añadió que «nada está cerrado, salvó el compromiso de cumplir otros 40 años y muchos más».