El Colegio de Arquitectos (COAR), donde se muestran todos los proyectos que optaron a ampliar el teatro Bretón, fue el lugar elegido para que los arquitectos ganadores, los estudios Pereira-Royo Arquitectos y Seguí Arquitectura y Planeamiento, explicaran los detalles de un proyecto que han denominado 'Destinados a entenderse', un lema que define la filosofía que ha inspirado el diseño de la actuación.
José Seguí argumentó que se alude al vínculo que ha de unir a ambos inmuebles, el actual Bretón y su ampliación, [el edificio nuevo de los antiguos juzgados], pero también al nexo que se ha de crear entre el teatro y los logroñeses, a los que su propuesta cultural «debe enamorar».
Iván Lozano Pereira y Fernando Royo, los otros dos artífices del proyecto, informaron que cuenta con una gran sala polivalente, «sobre la que se sustenta todo el proyecto», y un vestíbulo que se vincula con el del actual Bretón, que «te conduce hacia una terraza», con vistas a las torres de La Redonda.
Seguí, que ha trabajado en la rehabilitación de seis teatros, incluido el de Málaga, por el que fue galardonado con el premio Europa Nostra, destacó la «ilusión» con el que ambos equipos afrontan la concreción del proyecto, «que quiere ser una ampliación», sin hurtar protagonismo al actual Bretón. Sin perjuicio de ello, «tiene su propia personalidad» y tres son las características que se establecen como ejes del proyecto, la funcionalidad, las innovaciones que requiere la actual actividad teatral y la flexibilidad. «En un mundo tan líquido y difícil de concretar», la ampliación del teatro se adaptará a todas las manifestaciones escénicas. «Esa es su virtud», razonó el redactor del proyecto, que aseguró que la nueva sala podrá albergar cualquier tipo de experiencia teatral. «Será el hijo más pequeño, pero el más querido del teatro principal», reflexionó Seguí, que se mostró convencido de que sus uso será intensivo.
Respecto a la tercera arista del proyecto, su funcionalidad, apuntó que escapa del concepto tradicional de un escenario y «gente detrás», y se configura como «las antiguas corralas, una gran sala donde se podrá improvisar» cualquier innovación artística, teatral, musical o 'happening'.
El jurado valoró la versatilidad de las salas escénicas y el aforo que permiten la fluidez de los espacios, además de la buena resolución de las conexiones públicas y privadas que permiten atender indistintamente a ambos edificios, y Seguí explicó que se conjugan «respeto e innovación». Así, la fachada está concebida con elementos de cristal traslúcido de color azulado, que entonan con el color de la del teatro original, «y que reflejarán lo que sucede detrás, casi con una aportación de la imaginación de quien lo ve, y cambiará con un camaleón».