Abriendo las puertas del futuro

Feli Agustín
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Ainara forma parte de los 1.466 estudiantes que ayer empezaron las pruebas de acceso a la Universidad en busca de su profesión

Estudiantes preparándose la prueba de la EBAU de este año. - Foto: Ingrid Fernández

Ainara Gil Marchal se levantó ayer a las 7 y media de la mañana, después de una noche en la que apenas pudo conciliar el sueño. Y eso que no se había acostado muy tarde; a las 12 había dado un último repaso, a la materia de historia, que le trae a maltraer. «Los nervios me tuvieron en un duermevela», confesaba esta chica, que se está enfrentando estos días al examen más difícil de su vida. Ainara, que ha cursado el Bachillerato en Jesuitas, donde llegó de La Laboral, desayunó a gusto y se enfundó ropa cómoda, aunque, supersticiosa o no, no olvidó una «pulserita» que le regaló su pareja, David, que ayer también se enfrentaba a Selectividad. Su madre, Lumi, le dio un beso, un abrazo y le deseó suerte para afrontar una de esas pruebas que, aunque pasen 20, 30 o 40 años, todo el mundo recuerda.

En esta EBAU extraña, que reparte a los alumnos por 15 sedes, a Ainara le tocó IES Tomás Mingot, donde había quedado con sus compañeros, no menos nerviosos que ella. «Hemos estado en contacto durante toda la pandemia, hacíamos videollamadas para, entre otras cosas, aclarar dudas», relata esta estudiante de Ciencias, a cuyos amigos la historia, como a ella, les trae de cabeza. Y eso que confiesa que, aficionad a la lectura, le gusta la serie El ministerio del tiempo, aunque lo suyo son otras disciplinas. Quedaron prácticamente una hora antes de que se iniciaran las pruebas para, seguramente, darse apoyo y compartir nervios. «Me hubiera hecho ilusión hacer la EBAU en la universidad», relata Ainara, cuya pareja, alumno de Marianistas sí ha tenido esa suerte. ¿Yqué van a estudiar? Pues sus compañeros psicología, enfermería y dos, medicina; su novio, mecatrónica.

Y llegó la hora de la verdad, la del examen. «Cuando lo he visto me he quedado más tranquila», cuenta Ainara.Y eso que el examen de Lengua, el primero al que se enfrentó, incluía dos textos; uno sobre el coronavirus y el otro sobre la ansiedad y la depresión. «Me ha salido muy bien», aseguró esta aspirante a química, que tuvo más problemas con la historia, y eso «que el examen era asequible». ¿Y qué quiere ser Ainara de mayor? Pues viróloga, un deseo surgido en la pandemia, o policía científica «de las que trabajan en el laboratorio».