Nájera reina en la red

El Día
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El Reino de Nájera cumple su 52 edición con vídeos en internet al no poder realizar la recreación histórica de forma presencial

Una de las escenas de El Reino de Nájera en una edición anterior. - Foto: Carmelo Betolaza

Herida, pero no vencida. La afamada recreación de El Reino de Nájera, un espectáculo que cada verano desde hace 52 años representa los momentos de mayor brillantez histórica de la localidad y en el que participan como actores más de un centenar de vecinos, no podrá llenar este año de público la Plaza de Santa María, pero sí mantendrá el alma del evento con la tecnología como aliada y una serie de contenidos audiovisuales. «La Crónica no se puede cortar, es una realidad muy viva y por supuesto, si no hay contratiempos, el año que viene volverá a representarse en la plaza», sentencia Jesús Pérez Garibay, miembro de la organización y del Patronato Pro-Representaciones Histórico Najerenses.

 
Como asegura Pérez Garibay con cierta resignación, pero al mismo tiempo con la convicción de que el espectáculo superará este inciso, la edición 52 de El Reino de Nájera «se ha convertido en la edición 5.2». Esa reconversión forzada por la imposibilidad de realizar el espectáculo presencial, por las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia, se traduce en una potente presencia en las redes sociales de contenidos alusivos a la representación.  El arranque de la edición virtual es lo que la organización ha denominado ‘Días de ensayo’, que entre el 6 y el 16 de julio difunde en internet vídeos cortos sobre las representaciones, entrevistas y fotografías. A esto se sumará la Semana de Crónica, que del 19 al 24 de julio emitirá un vídeo que han grabado 140 personas cada uno de los cuales lee un fragmento de guion, así como diferentes escenas de las representaciones.


Además de la difusión en la red, de forma presencial se han programado dos escenas de calle, una de ellas con el título Los berones en el Najerilla (viernes 17 de julio), y otra de presentación de los Reyes de Nájera-Pamplona (sábado 18 de julio). También se ha organizado una Ruta Real (del 15 al 25 de julio), que consiste en una exposición en establecimientos najerinos de trajes medievales, complementos, carteles y otros objetos. Del arraigo y la implicación de los najerinos con su representación histórica habla a las claras un dato. Nada más conocerse que había que recurrir a un ‘plan b’ por la imposibilidad de llevar a cabo la recreación de forma presencial, 140 personas se ofrecieron en menos de 24 horas en el grupo de wasap para apoyar a la organización para lo que fuera necesario. «Eso supuso un impulso inmenso», comenta Jesús Pérez, que resalta el «hilo conductor» tan potente que tiene el Reino de Nájera, que tiene más edad que muchos de los actores y colaboradores que lo hacen posible cada año.


Pérez recuerda que al comienzo de la pandemia se pensó en ir retrasando las fechas de celebración, e incluso se planteó la opción de trasladar la representación al puente de la Inmaculada y ponerla en escena en el interior del monasterio de Santa María la Real, un cambio que no autorizó la Dirección General de Patrimonio. 
«Cuando un espectáculo de este tipo supera el medio siglo de vida es más que un espectáculo, más que un festival, más que simple luz y sonido. El Reino de Nájera es la Historia de un Pueblo», apostillan desde la organización.

 

Cada año, desde 1969 y hasta el aciago 2020, unos 200 actores locales dan vida en Reino de Nájera a reyes, reinas, príncipes, obispos, abades, nobles, caballeros, soldados, campesinos… Personajes reales y legendarios, que junto a la música y la luz crean un ambiente único que sumerge al espectador en la Nájera medieval. Su originalidad, el arraigo popular, su valor cultural junto a su capacidad de atracción de visitantes, su celebración de forma periódica e ininterrumpida fueron claves para que el espectáculo fuese declarado como Fiesta de Interés Turístico de La Rioja. La representación najerina, decana de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, cuenta con la participación de cientos de personas de la localidad y  de grupos y talleres. Además, aúna patrimonio histórico y evento cultural, lo que le ha valido la declaración como Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial.