El consumo de antibióticos cae un 33% durante la pandemia

Carmen Sánchez
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La incorporación de nuevos hábitos higiénicos, el confinamiento y las restricciones sociales son parte de las causas de este descenso. El gasto farmacéutico creció en 2021 un 5,34%

Un farmacéutico dispensa un medicamento en una farmacia de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

Si algo bueno ha tenido la pandemia, en términos sanitarios, es que el consumo de antibióticos se ha reducido de forma notable en comparación al año previo al estallido de la crisis sanitaria por la reducción de las infecciones bacterianas. De hecho, 2021 fue el año que menos medicamentos de este tipo se prescribieron. En concreto, un 33 por ciento menos que en 2019, ejercicio en el que se llegaron a recetar 220.681 envases. Pero la caída más acusada se registró en pleno 2020, cuando las farmacias solo dispensaron 157.447 antibióticos, un 28 por ciento menos al ejercicio precedente. Menos notable fue el descenso el año pasado en comparación al anterior, de un 7,2 por ciento.

Pero, ¿a qué se atribuyen estas cifras? Está claro que la pandemia ha incidido directamente en los datos, fruto de las restricciones a la movilidad y a la incorporación de nuevos hábitos de higiene derivados de la crisis del covid. «Esto necesitaría un análisis más profundo, pero pensamos que las medidas higiénicas que se han establecido como las mascarillas y los geles hidroalcohólicos han hecho que haya también menos contagio de infecciones bacterianas, posiblemente. También ha ayudado a que hayan bajado las infecciones el confinamiento y las restricciones sociales», ha analizado el director general de Humanización, Prestaciones y Farmacia, Gonzalo Aparicio.

El consumo de antibióticos, pese a las cifras, no se encuentra dentro de los diez grupos de medicamentos más consumidos en la región. El ranking lo encabezan los agentes contra la úlcera péptica y el reflujo gastroesofágico, como los protectores de estómago, y los modificadores de los lípidos para reducir el colesterol que, en el último lustro han mantenido un crecimiento sostenido y constante, sobre el 2,5 por ciento. 

Por contra, los analgésicos y antipiréticos, donde se encontrarían medicamentos como el ácido acetilsalicílico, el paracetamol o el ibuprofeno, aunque han tenido un crecimiento constante en términos interanuales, fue con el estallido de la pandemia cuando el consumo se disparó un 11 por ciento respecto al 2019, un incremento que se moderó el año pasado hasta el 3,9%.

Otro de los efectos derivados de la pandemia han sido los problemas que ha ocasionado en la salud mental de los ciudadanos. Pero, ¿se podría extrapolar al consumo de los medicamentos indicados para este tipo de dolencias? De acuerdo con los datos, se refleja que en el 2021 el grupo de los antidepresivos escaló del sexto al quinto puesto del ranking, por detrás de los ansiolíticos. No obstante, el incremento de los medicamentos prescritos ha sido regular y no ha experimentado grandes variaciones. En el caso de los ansiolíticos, ronda el tres por ciento hasta 2020, pero baja al 0,58% en 2021 respecto al ejercicio anterior. Los antidepresivos, por contra, el año que más creció el consumo fue el 2019 (+13,5). En 2021 el aumento fue del 6,37% en comparación a la escueta subida del 2020, del 0,32%.

 «Es verdad que los antidepresivos han crecido desde el 2019 al 2021 un diez por ciento, pero en comparación con el periodo prepandemia, entre 2017 y el 2019, ese crecimiento es muy parecido. Es casi lo habitual. Y con los ansiolíticos ocurre lo mismo, al igual que con los antipiréticos. No hay grandes cambios», subraya Aparicio, quien no atribuye a la pandemia el incremento que han experimentado estos tres grupos. 

 

Crecimiento del gasto. El importe que el Gobierno de La Rioja gastó el año pasado en las recetas dispensadas por las farmacias riojanas ascendió a 79,65 millones de euros. Esta cifra fue un 5,34 por ciento superior al gasto anotado en el ejercicio anterior (75,61 millones), el mayor registrado en el último lustro.

Parte de este aumento, en torno al 1,5%, se justifica por la inclusión, desde enero de 2021, de tres nuevos colectivos que estarían exentos del copago farmacéutico, como son los menores con una discapacidad igual o superior al 33%, perceptores de la prestación económica de la Seguridad Social por hijo o menor a cargo en régimen de acogimiento familiar permanente o guarda con fines de adopción y los pensionistas con rentas bajas. Una medida, que el director general de Prestaciones ha «aplaudido», ya que se ayuda a colectivos vulnerables y es un gasto que ha podido asumir la administración. 

Pero la subida del gasto también se explica por el aumento del envejecimiento de la población, que «necesita más medicación». «Tendemos a una tendencia natural de ese incremento y queremos tener control del aumento interanual», afirma Aparicio.

«Fomentar el uso racional de los medicamentos». El Gobierno de La Rioja está trabajando en un nuevo programa específico para «fomentar el uso racional del medicamento». «No hay abuso, pero sí que hay recorrido para racionalizar el uso de la medicación», afirma el director general de Humanización, Prestaciones y Farmacia. Como ejemplo pone a pacientes polimedicados que puedan tener «exceso de medicación», de manera que se revise las prescripciones de medicamentos para «poder adecuar la mediación a la patología que tenga». «Al final lo que queremos es que haya eficiencia y control de los fármacos que se prescriben. Lo primero de todo es velar por la salud del paciente y su calidad de vida».

Aparicio entiende que esta racionalización del uso de los medicamentos «va a derivar en un mejor control de gasto farmacéutico y del gasto asistencial» porque se evitarán consultas y hospitalizaciones.

Otra de las acciones que se pretende desarrollar es reforzar la Unidad de Inspección Farmacéutica con una persona más, que se incorporará a lo largo de este año, «para que puedan hacer más acciones a nivel de prescripción de receta en Atención Primaria y especializada, pero siempre de forma coordinada e interdisciplinar con los médicos y respetando la libertad de prescripción».