Messi y el Mundial

Diego Izco (SPC)
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El argentino ha arrancado el año comprometido con la nueva idea de Galtier para el Paris Saint-Germain... y, ya a los 35 años, con el sueño de devolver a Argentina a lo más alto

Un humorista argentino decía que, futbolísticamente, su país estaba dividido en dos: los 'maradonistas' de Maradona… y los 'maradonistas' de Messi. En efecto, todos son 'del Diego' porque regateó a seis ingleses en 1986 y días más tarde levantó la Copa del Mundo. Ese trofeo es la excusa perfecta para quien no quiere conceder al del PSG el peldaño más alto a pesar de que ganó más títulos, jugó más partidos, marcó más goles, dio más asistencias, disputó más temporadas y fue mejor ejemplo que Maradona. 

Leo no tiene el Mundial y ahora, con 35 años, afronta la última oportunidad. Y el París Saint-Germain es el vehículo perfecto para conducir con esa extraña mezcla de prisa y calma que Messi aplica a su fútbol: dirá que el objetivo es el día a día… pero a largo plazo es la Champions, «esa copa tan bonita», y a medio, Catar'22. 

El zurdo del PSG necesita mejorar sus prestaciones en la competición francesa (tal vez la de mayor exigencia física en la actualidad) para llegar pletórico a la gran cita del año. El pasado curso 21/22 apenas anotó seis dianas en el torneo galo, su cifra más baja desde la 05/06, cuando apenas tenía 18 años y militaba en el Barça. 

Un 2022 pletórico

Si ya terminó la pasada temporada haciendo historia con Argentina (cerrando un amistoso con un póquer de goles ante Estonia), el capitán de la Albiceleste ha arrancado la campaña con ganas, con fútbol y con gol. El pasado domingo alargó la inmensa sombra de su historia en finales, la número 48º de su carrera entre clubes y selección; fue ante el Nantes, en la Supercopa de Francia, y abrió el marcador del 4-0 definitivo para dar el primer título del año al París Saint-Germain… y seguir superando la marca de Pelé: el genio brasileño marcó 29 tantos en finales, y su marca estuvo vigente durante 47 años, hasta que Messi la igualó y amplió: ya son 32.

El cambio de técnico le ha sentado bien. «La idea es que Messi se involucre más en el juego y que sus compañeros se vinculen más con él durante los partidos, lo cual no pasó mucho la temporada pasada», señaló Christophe Galtier. «Por lo que he visto hasta la fecha, está comprometido completamente». 

Ese compromiso se ha puesto en duda en los mentideros alrededor del PSG, una constante caldera de rumores y ruido, ya que se sospecha que se 'reservará' para el Mundial. Es cierto que desde hace tres años, Messi ha trazado un plan preciso con su tocayo Scaloni, seleccionador argentino… y todo va sobre ruedas: la última derrota de la Albiceleste se produjo un 2 de julio de 2019 (2-0 ante Brasil), lleva 33 encuentros invicta (22 victorias y 11 empates), conquistó la Copa América, la 'Finalissima' de este año ante Italia… y aparece como una de las serias candidatas al título. 

Messi lo ha interpretado como una oportunidad irrepetible en la que sacarse la espina de Brasil'14, donde cayó ante Alemania en la final (1-0). «Parece más fino, más rápido y más feliz que el año pasado», escribía François Verdenet en L'Equipe. Su reflexión se basaba en la lógica: después de tantos años en el mismo club (Barça), la primera temporada del cambio siempre es dura incluso para alguien que lleva el fútbol en las venas. «La segunda siempre es mejor». Integrar al genio en su juego aumentará las posibilidades del equipo… y un buen PSG elevará las opciones de Leo de acercarse a esa Copa delMundo que le 'separa' de Maradona.