Odiado por los más pequeños

Bruno Calleja Escalona
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Servicios Sociales fue durante décadas el principal punto de vacunación infantil. El edificio lo inauguró Franco en 1954

Un guardia municipal y dos transeúntes le dan el toque humano a esta estampa del Instituto Provincial de Higiene de 1960. - Foto: Colección de Taquio Uzqueda

El coronavirus ha confirmado a las vacunas como el gran arma sanitaria para contratacar a epidemias y prevenir enfermedades. Con el covid, su uso se ha redoblado, pero el 'pinchacito' protector nos acompaña a todos desde pequeños. 

Durante muchos años, el 'vacunódromo' infantil de Logroño fue el Instituto Provincial de Higiene, popularmente bautizado como el dispensario, un edificio de estilo funcional con fachadas a la calle Villamediana y las avenidas de Colón y Solidaridad (antigua calle Jorge Vigón), que hoy  acoge la sede de la Consejería de Servicios Sociales y Gobernanza Pública del Gobierno de La Rioja. 

El solar que ocupa no fue urbanizado hasta bien entrado el siglo XX. Anteriormente, esos  terrenos eran huertas aledañas a las antiguas vías de tren. Con las primeras décadas del siglo XX, el crecimiento urbano fue llegando a esta área, saltando las vías. Pronto se pensó en desplazar el trazado ferroviario para que no dividiera en dos la ciudad. Aún así, las obras del Dispensario comenzaron antes del traslado de la vía férrea.

Se trata de un inmueble con planta trapezoidal, simétrica, rematado con dos torreones cuadrangulares en los lados. La primera piedra se colocó el 20 de marzo de 1947. El proyecto fue realizado por los arquitectos Jesús Guinea y Emilio Apraiz. El edificio acogería, según narra el cronista logroñés Jerónimo Jiménez, a la Jefatura Provincial de Sanidad, además de otros servicios de higiene infantil y de prevención de enfermedades infecciosas.

 Las obras se prolongaron durante siete años. El edificio fue inaugurado el día 16 de octubre de 1954 en un acto al que acudieron numerosas autoridades locales y nacionales, entre ellas Francisco Franco. Ese mismo día quedaron inaugurados también el Hospital San Millán y el sanatorio.

Desde entonces, el edificio de la esquina entre las calles Villamediana y Colón cumplió su función sin apenas modificaciones y fue punto de vacunación infantil contra las principales infecciosas del momento. En los últimos años, el edificio mudó su uso al de Consejería de Servicios Sociales, aunque mantiene su estructura básica sin grandes cambios de planta simétrica y dos alas que conectan en un cuerpo central. Eso sí la entrada ajardinada al recinto luce hoy más verde, con dos cedros y una acacia de buen porte.