«Si no se hace bien, no es útil dar otras materias en inglés»

Feli Agustín
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Elena Merino Rivera, directora de la Escuela de Idiomas de la UNIR, apuesta por incluir herramientas que supongan un atractivo emocional y buscar métodos de aprendizaje del inglés que sean placenteros para cada estudiante

Elena Merino Rivera, directora de la Escuela de Idiomas de la UNIR. - Foto: El Día

La directora de la Escuela de Idiomas de la UNIR, Elena Merino, señala que hay que personalizar la enseñanza en función del alumno y constata que «no es lo mismo un profesional que un niño o un adolescente»;destaca que hay que saber «quién es mi alumno y cuáles son sus necesidades». En función de ello, se abre un abanico de posibilidades en un contexto en el que la neuroeducación «ha avanzado mucho» y se constata que lo «que aprendemos es aquello que nos gusta». Sobre esta base, apuesta por incluir herramientas que supongan un atractivo emocional y buscar métodos de aprendizaje que sean placenteros para cada estudiante. «Estoy preparando unas clases de inglés basadas en la serie Los anillos del poder», comenta a manera de ejemplo la profesora, que apunta que esta puede ser una herramienta útil. Reflexiona, según el conocimiento adquirido con la experiencia, que a los niños se les induce a «muchos errores» porque «muchas veces los profesores no están suficientemente bien formados, no conocen el idioma y no utilizan materiales» de inglés real.

 «Una cosa es el académico y gramatical y otra es el inglés que se utiliza», señala Merino, que aconseja buscar centros o materiales «que tenga muy cuenta no solo el aprendizaje teórico de la lengua, sino su práctico». Respecto a la impartición de diversas materias del currículo en inglés, opina que «se debe hacer exquisitamente bien para ser efectivo» porque, de lo contrario, «se descompensa el lexicón de los niños, que desconocen en castellano términos que van a necesitar; y «no podemos criar a niños que no sepan su lengua materna». Opina que es «fundamental» para el aprendizaje ver versiones originales subtituladas y leer libros en inglés porque «nos permiten  acceder a muestras reales del idioma sin estar viviendo en un país angloparlante». 

Para explicar la dificultad de los españoles para hablar este idioma, expone la «potencia y la entidad cultural» del castellano, que contiene menor número de sonidos vocálicos, lo que nos dificulta comprender y asimilar fonéticas más complejas.