Sin covid, por fin

Bárbara Moreno
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Bajo un sol de justicia, cientos de invitados asistieron al acto institucional por el Día de La Rioja. Pedro Sanz hizo posible que el PP se uniera en una foto. En la del PSOE faltaron cinco diputados, pero parece que nadie les echó de menos

A falta de pamelas y sombreros, varias mujeres se protegen la cabeza del sol con los pañuelos conmemorativos. - Foto: Ingrid

Bajo un sol de justicia, o de injusticia para quienes lo soportaron sin protección solar, los cientos de invitados al acto institucional de Día de La Rioja, este año en la plaza de España de Nájera, asistieron a un acto de casi dos horas de duración que cambió el telón de fondo habitual de las centenarias piedras del monasterio de Yuso por las no menos insignes de Santa María La Real.

La presentación corrió a cargo de seis jóvenes de la comarca del Najerilla: Estela, Sara Gómez y Sara Lacalle, Lucía, Elena y Malena, en un guiño hacia la juventud y el espíritu de renovación del sentimiento riojanista, después de 40 años de Estatuto de Autonomía.

No se echó en falta la larga presentación de otros años de las vidas de los galardonados y unos  escuetos pero elocuentes vídeos protagonizados por los propios premiados dieron cuenta de lo más destacado de sus vidas.

Concha Andreu fue la encargada de entregar todos los reconocimientos  y se mostró cariñosa con Pedro Sanz, el presidente  que estuvo al cargo de la Comunidad durante la mitad de los 40 años de Autonomía. Los presentes seguro que agradecieron a Andreu que no se hubiera achantado ante el enfado de algunos  diputados de su partido porque el Gobierno de La Rioja hubiera decidido otorgar la distinción de Riojano Ilustre a Sanz, como así se le ha reconocido a los anteriores presidentes autonómicos aun gobernando dirigentes de otros colores políticos. En realidad, nadie echó de menos a los cinco diputados socialistas que no acudieron al acto como protesta por esta medalla a Sanz. Y en realidad, no hubo ninguna silla vacía en el acto.

Los momentos más emotivos de la mañana se dieron durante los discursos de Carmen Chover y su llamada a todos los partidos políticos a defender la democracia «porque fue algo por lo que se perdieron miles de vidas». Y también fue emotivo el momento en el que Pedro Sanz agradeció públicamente a su familia el tiempo que había faltado de casa por dedicarlo a la política. Ahí incluso su mujer no podía dejar de llorar. 

Sanz, con un discurso de lucha y esfuerzo como si aún fuera presidente de Gobierno, fue el primero que, tras concluir el acto, llamó a su familia para hacerse fotos juntos. Y ya pidió a todo su partido que se juntara para hacerse una foto muy buscada.

Tampoco quisieron quedarse sin una imagen para el recuerdo los miembros del PSOE, por mucho que en la cabeza de alguno de ellos rondase la conveniencia o inconveniencia de sus compañeros ausentes por voluntad propia.

El rosa ganó al rojo. La presidenta lució un vestido rojo, un color que tanto le gusta a sabiendas de que le sienta bien, pero triunfó el rosa y el fucsia, que está de moda. Algunas diputadas habían hecho poco caso de las páginas del tiempo que decían que iba a estar nublado durante el día y que no iba a pasar el termómetro de los 25 grados y se pusieron pamela. O quizás Henar Moreno se la puso porque simplemente le gusta e iba a juego con sus zapatos y sabía que no iba a competir con las que hace años traía a estos actos Aránzanzu Vallejo. Destacó también en rosas la senadora Ana Lourdes González, con un bonito vestido acampanado de los que tanto le gustan. Y un vestido que casi quería ser de ese estilo que lucía la consejera de Igualdad, Raquel Romero, que protagonizó una instantánea curiosa al ayudar a su compañera de Gobierno, la consejera Eva Hita, a protegerse el rostro con crema solar. 

Este año no se echó de menos tampoco al covid, ni  se le concedió mucho tiempo. Alguna que otra mascarilla se pudo ver.