"Sería un fracaso que el PR no vuelva al Parlamento en 2023"

Gustavo Basurto
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El presidente del Partido Riojano comenta en una entrevista con El Día de La Rioja el horizonte que se marca para su partido, tras su reelección como presidente, y su visión sobre la situación de la Comunidad autónoma y sus retos

Rubén Antoñanzas, en la calle Portales, donde tiene su sede el Partido Riojano. - Foto: Ingrid

El 18 de diciembre los afiliados volvían encomendarle las riendas del Partido Riojano. Bregado en el movimiento vecinal y la política municipal, como concejal en Logroño, Rubén Antoñanzas aspira a devolver al regionalismo al Parlamento autonómico.

 

Hace apenas un mes fue reelegido presidente del Partido Riojano. Usted llegó a la política desde lo municipal y a ese ámbito desde los movimientos vecinales. ¿Se siente ya un político profesional, parte de la 'casta', por decirlo de alguna manera?
Parte de la casta no, pero la parte de profesional está. Aunque, hay cosas que me mantienen vinculado a mi vida no política: Logroño Deporte es política, pero es una empresa pública que gestiona servicios para 50.000 abonados y usuarios y casi 400 empleados directos o indirectos, con lo cual hay un trabajo más de gestión. La parte más política la tengo como presidente del Partido Riojano, pero nuestro modelo es muy de tú a tú; nuestros despachos están en la calle y no recibimos directrices de fuera. 

 

Usted ha enunciado retos de región como la industrialización, frenar la despoblación, la protección del paisaje o las infraestructuras de transporte, pero esos mismos objetivos los citan los partidos mayoritarios. ¿Qué particularidad aporta el PR?
Que nos lo creemos. Si de algo han adolecido las políticas que se han llevado a cabo, por ejemplo sobre despoblación, es que se han diseñado en despachos por políticos sin vinculación con el medio rural. Nosotros tenemos una gran red de afiliación en el mundo rural y la cercanía de vivirlo en el día a día. El Gobierno de La Rioja constituyó una mesa sobre despoblación cuando ya estaban hechos los presupuestos y sin representación de los jóvenes, que son el futuro. Además, a nosotros no nos condiciona lo que pase en otras regiones, mientras que aquí tenemos un gobierno que calla cuando en otros lugares el Estado invierte y pasa de largo en La Rioja. Y da igual que sean unos u otros, porque las llamadas desde Madrid o desde Barcelona tienen mucho peso.

 

¿Y qué haría el PR+ para impulsar la industrialización?
Tenemos un Parlamento pequeño que debería ser ágil y no lo es. Hay muchas políticas que se podrían activar para ayudar a nuestras empresas y muchas veces no se hace porque crea conflictos en los partidos grandes con otras comunidades. Nosotros nos preocupamos de dar respuestas a los de aquí. Pongo el ejemplo de mi concejalía: en las licitaciones de obra de Logroño Deporte, más del 80 por ciento se lo han llevado empresas riojanas, y en servicios el 92% lo prestan empresas de aquí. 

 

Por contra, cabría pensar que si todos los territorios hicieran lo mismo, las empresas riojanas no lograrían contratos en otras regiones.
Nos podemos poner una venda en los ojos, pero eso está pasando. Podemos verlo en el País Vasco o en la Ribera navarra y si hablamos con pequeñas empresas constructoras de los pueblos de alrededor, o si vamos a Cantabria; donde hay fuertes regionalismos, las empresas son las de la tierra, las de fuera, o van en UTE con esas empresas, o no consiguen nada. Y además, nuestras empresas son pequeñas y medianas. La realidad es que las comunidades vecinas tienen políticas de mucha protección a sus empresas y nosotros no. 

 

Con los pies en el suelo, ¿el Partido Riojano puede aspirar a ser algo más que tercera o cuarta fuerza política?
En alcaldías y concejalías, somos la tercera fuerza política y gobernamos en ayuntamientos de ciudades y pueblos importantes. No estamos orgullosos de donde nos han puesto los riojanos, pero nuestra intención es crecer; y cada vez cala más el mensaje de zonas de España que nos sentimos discriminadas por el abandono de los grandes partidos. No aspiramos a seguir siendo tercera fuerza política, sino a volver al Parlamento de La Rioja y a gobernar en La Rioja.

 

¿Se sumará el PR+ a esas plataformas locales o regionales que aspiran a concurrir a las elecciones en torno a la marca España Vaciada?
Esa realidad de discriminación de algunos territorios, como Soria o Teruel, la vivimos también en La Rioja. Compartimos problemas y realidades, como regiones en donde el Estado no está invirtiendo y con una población cada vez más envejecida. Es fantástico que se diga 'basta ya'. Tenemos conversaciones con varias agrupaciones y encontrar soluciones, juntos, con otras regiones, es una línea de trabajo en la que estamos. 

 

El primer ensayo serán las elecciones en Castilla y León, en las que la España Vaciada concurre en cinco provincias.
No sé si será un experimento, pero sí una base para ir fijando este tipo de movimiento, aunque nuestro sistema electoral está muy pensado para los grandes partidos. Cada vez hay más sensación de que tenemos que defender nuestra región, aunque conseguirlo es difícil, porque en La Rioja hace falta un 20 por ciento de voto para llegar. 

 

¿El modelo ideal para el PR+ es Teruel Existe o el Partido Regionalista de Cantabria de Revilla?
Tenemos relaciones estrechísimas con el Partido Regionalista de Cantabria; de hecho, nuestra Comunidad le debe mucho, porque su senador y su diputado nacional están constantemente preguntando y defendiendo los intereses de La Rioja en el Parlamento y en el Senado, mientras que los senadores y diputados riojanos de PP y PSOE no preguntan. 

 

Teruel recibirá un centro de competencias digitales y un instituto de investigación. ¿La Rioja debe pelear por algún ente estatal o ya, en parte, está logrado con los proyectos de Ciudad del Envase y el Embalaje y Valle de la Lengua? 
Son cuestiones diferentes. Una son los fondos europeos para reactivar la economía y en ese sentido van la Ciudad del Envase y el Embalaje y Valle de la Lengua, que valoro como proyectos muy interesantes, pero el reloj está pasando y todavía no tenemos concreciones. Y luego están las inversiones del Estado o de sus organismos, pero aquí estamos acostumbrados a verlas pasar. El año pasado el Gobierno de España anunció un laboratorio de robótica sobre la construcción y fue a Navarra. Aquí tenemos una empresa aeronáutica como es Masa y 10 millones de euros de los presupuestos del Estado del año pasado fueron a ayudas a empresas aeronáuticas de Álava, frente a cero euros en La Rioja. 

 

¿Qué le parecen los proyectos del Plan de Transformación de La Rioja?
Sobre el papel, ilusionantes. Es cierto que tenemos que crecer en turismo y potenciar todo lo que tiene que ver con la lengua, unido a nuestra reivindicación histórica de las Glosas y los marfiles de San Millán. ¿Pero no es extraño que no tengamos ninguna delegación del Instituto Cervantes en la cuna del castellano? Es un ejemplo más de abandono. Nosotros creemos mucho en la iniciativa privada y desde el PR habríamos planteado un modelo con mucha más presencia de nuestro empresariado. Dicho esto, le deseo mucha suerte a la presidenta Andreu para que esto salga adelante.

 

En una España en la que los partidos regionalistas tuvieran mucho peso, ¿no se correría el riesgo de crear 'reinos de taifas', de perder una visión de Estado?
¿Pero usted cree que ahora hay una visión de Estado o que cuando una comunidad como Cataluña recibe más fondos europeos es por estrategia de Estado? Ahora mismo no hay una visión de Estado. La ventaja de los partidos regionalistas es que tenemos capacidad de trabajar juntos con un concepto de Estado que otros no tienen. Como riojano, me interesa que al resto le vaya bien y no haya grandes diferencias entre comunidades.

 

Llevamos décadas hablando del efecto frontera por la fiscalidad vasca y navarra. ¿Se ha frenado?
El problema es que no sabemos qué coste tiene para La Rioja, aunque sabemos que existe porque vemos a empresas que se han ido y por el crecimiento económico de esas regiones, mientras nosotros decrecemos. Hemos reclamado desde el PR conocer ese impacto y el Gobierno adquirió ese compromiso, pero no se está haciendo. Hasta ahora se ha valorado en 18 millones al año, que es lo que venía en los presupuestos, pero es una cifra que no sabemos de dónde sale. Lo terrible es que tenemos una herramienta fantástica en nuestro Estatuto de Autonomía, que es la cláusula del efecto frontera, y nuestros políticos que han tenido el poder han sido incapaces de hacerla valer para que se nos compense. Solo con esos 18 millones se podrían hacer muchas cosas. Que los vascos y los navarros tengan que lo que tienen que tener, pero nosotros debemos conseguir que el Estado valore ese efecto frontera.

 

El aeropuerto no acaba de despegar. Con las cifras de vuelos en la mano, ¿tiene futuro?
Reconociendo que Cantabria tiene más turismo que nosotros, su aeropuerto era deficitario; en cuanto entró el PRC al Gobierno, creció sobre todo en la parte de activación económica, al vincularlo con el puerto para mercancías, y no genera déficit. Para nosotros el aeropuerto es fundamental. Nuestras mercancías tienen que llegar a otros mercados, y ahí tenemos un problema porque nuestras comunicaciones por carretera son un desastre, el tren es desolador y con el aeropuerto no hemos conseguido que sea un centro de mercancías. El de Vitoria mueve paquetería. No diré que sea fácil darle actividad económica al nuestro, pero otros lo han hecho y la solución no es dar millones por tener una servilleta que ponga 'La Rioja'. 

 

Proyectos de grandes parques eólicos y solares generan rechazo social, pero hay una necesidad de potenciar las energías limpias ¿Dónde está el equilibrio?
El PR ha estado desde un primer momento en las manifestaciones y yo miraba a izquierda y derecha y en unos sitios veía a alcaldes del PP, si era una zona gobernada por el PSOE, y en otros al revés. El PR cree que hay que apoyar las energías verdes, pero tenemos un terreno muy limitado y la mayoría de esas inversiones no generan riqueza ni empleo en la región, como la que plantea atravesar La Rioja con líneas eléctricas para dar servicio a Aragón; o parques eólicos que el País Vasco no quiere. Desde nuestros ayuntamientos estaremos en contra; vamos a creer en proyectos muy localizados y estudiándolos bien, pero no permitiremos que vengan unos señores de fuera y se lleven el dinero. Que mercadeen con otras comunidades; con La Rioja, en la medida de nuestras posibilidades, no lo consentiremos.

 

Ustedes presumen de no tener líos internos. ¿Tal vez sea porque los líos llegan cuando se gobierna o hay expectativas de tocar poder?
Gobernamos con alcaldes y concejales en ayuntamientos, algunos en localidades importantes, y gestionamos mucho dinero público y las previsiones del regionalismo son crecientes y creo que tenemos expectativas de entrar en el Gobierno de La Rioja, lo cual podía haber creado movimientos internos y no los ha habido. Por lo general, quien está en el PR tiene muy claro su interés por La Rioja y no busca su futuro de vida. Otra diferencia es que nosotros damos mucha libertad a nuestros alcaldes y concejales y nos une sentirnos atacados como región.

 

El PR lleva dos legislaturas fuera del Parlamento de La Rioja, después de tener presencia desde los inicios de la Comunidad. ¿Sería un fracaso no volver en las elecciones de 2023 al antiguo convento de La Merced?
El objetivo es ganar en presencia territorial y volver al Parlamento con la máxima fuerza, porque nuestra intención es gobernar esta Comunidad, ser absolutamente decisivos para el Gobierno regional. Sí, sería un fracaso tremendo no conseguir ese objetivo. En esta legislatura gobernamos en muchos ayuntamientos y los riojanos y las riojanas pueden ver la buena política que hacen nuestros representantes. 

 

¿La crisis interna de Ciudadanos puede allanar al PR el camino electoral?
La nueva política ha sido la mayor decepción que han podido vivir muchas personas que confiaban en ello. Venían a renovar la política y con honestidad y hemos visto, por ejemplo en el Ayuntamiento de Logroño, algunas dimisiones por meter la mano en la caja, cómo se preocupaban más de sus cuestiones personales o cómo se disuelven los grupos. Ha sido el gran engaño. Indudablemente, los ciudadanos ven que si son incapaces de gestionarse internamente, cómo van a gestionar los recursos de todos. No sé cómo llegarán a las próximas elecciones, pero nosotros tenemos un electorado muy amplio que puede ser más de derechas, de izquierda o de centro, pero que tiene preocupación por La Rioja y a ellos nos dirigimos. 

 

Usted ya tiene la experiencia de gobernar en Logroño en coalición con el PSOE. ¿Se ve como hipotético socio de Gobierno con Andreu o bien con el PP?
Aspiramos a estar en el Gobierno, pero hay que ser realistas y no vamos a poder gobernar solos y tendremos que formar coalición. Con Andreu, o quien esté, no vamos a preocuparnos de tener apañado nuestro corralito; para cualquier negociación, sentaremos las bases de una política de crecimiento de La Rioja y ahí hablaremos de actividad económica y de reivindicaciones históricas ante el Estado y de las carencias que tenemos. Que haya acuerdos claros y a cumplirlos, y si no, a buscar otras opciones.  

 

¿Su intención es seguir en el Ayuntamiento de Logroño o tratar de dar el salto al Parlamento de La Rioja? 
Queda muchísimo y no nos lo hemos planteado. En lo personal, a mí me apasiona la política municipal; vengo del movimiento vecinal y veo muy parecida la labor de un concejal y la de un presidente de una asociación de vecinos. Sé que es una frase muy manida, pero será el partido el que vea lo que es más interesante.