Que Raphael Dias Belloli sea el máximo goleador del Barça (siete) después del Mundial -marcando los mismos tantos que Lewandowski- o que ya se coloque como el segundo realizador de la plantilla (nueve) tras el polaco son cosas que no se veían venir.    

Lejos de eso, Raphinha (Porto Alegre, 14 de diciembre de 1996) ha vivido durante mucho tiempo señalado como un bulto sospechoso de 58 millones de euros, el noveno fichaje más caro en la historia de la entidad… lo que no es poco, teniendo en cuenta algunos dispendios (140 en Dembélé, 130 en Coutinho, 120 en Neymar) ejecutados por el club catalán en los últimos tiempos. 

Esa sensación nacía de la difícil convivencia con Dembélé, recuperado por Xavi Hernández para la causa después de pulular un par de temporadas entre lesiones y pizzas a deshora. El francés, en forma, está entre los tres mejores extremos diestros del planeta. Y eso genera el choque: Raphinha es 10 veces más letal en el costado diestro. 

Ese fue el puesto en el que mejor se ha desenvuelto desde que aterrizó en Europa con apenas 19 años: recaló en la cantera del Vitoria de Guimaraes, con 21 fue traspasado al Sporting de Portugal, con 22 al Rennes y con 23 al Leeds. «Sabe moverse en la zona de peligro. Ataca muy bien al espacio y va con mucha determinación, con el gol en la cabeza», señaló Marcelo Bielsa sobre el que fue su atacante en Inglaterra: disputó 67 partidos con los 'peacocks', con los que alcanzó 17 dianas y dio 12 asistencias, pero por encima de todas las cosas se demostró a sí mismo que era capaz de competir en la élite.  

Salida y alivio

Fue su sueño desde que abandonó Brasil. Quizás demasiado pronto (apenas jugó un puñado de compromisos en la cantera del Avaí), tal vez empujado por el instinto de supervivencia: «Perdí muchos amigos en el mundo del crimen o en el narcotráfico, amigos que jugaban 10 veces mejor que yo», relataba en septiembre del pasado año. De la fuerza adquirida en Restinga, barrio de Porto Alegre, nace hoy su respuesta sobre el terreno de juego.  

De hecho, la mejor versión del brasileño ha surgido precisamente de la lesión del 'Mosquito', arrimado a la línea de cal 'propiedad' de su compañero. Fue de los mejores en el clásico, de lo poco salvable en la eliminatoria ante el Manchester United, decisivo en varios encuentros… Después de 14 meses sin un solo problema muscular, Dembélé sufrió una rotura en el recto anterior del muslo izquierdo el pasado 28 de enero en Gerona. Desde entonces, el Barcelona ha disputado nueve partidos (seis victorias, un empate y dos derrotas) y el '22' ha marcado cuatro tantos. 

Su influencia en el juego ofensivo del equipo ha justificado el empeño de Xavi en ficharlo procedente del Leeds. Acumula nueve goles y nueve asistencias en 2.047 minutos (37 partidos): marca o genera una diana cada 113 minutos, un porcentaje notable en su primera temporada en el club. Ofrece el segundo mejor rendimiento ofensivo tras el de Lewandowski (25 goles y seis asistencias en 2.694 minutos: cada 87) y supera al de Dembélé (ocho más siete en 1.862: cada 124). Solo una vez en toda su carrera, en la 17/18, última en Guimaraes, tuvo tanta influencia en ataque: anotó 18 goles y dio cuatro asistencias. 

La reacción

Recordaba Mundo Deportivo una acción que lo cambió todo:cuando fue sustituido ante el United -el Camp Nou pitó a Xavi, ya que Raphinha había dado una asistencia y marcado un gol-, el jugador se quejó amargamente, hasta el punto de lastimarse una rodilla (y no ser titular ante el Cádiz) golpeando una silla del banquillo. El entrenador egarense tendió la mano en público y en privado, y el futbolista se disculpó inmediatamente con el técnico y con sus compañeros. Ni el Barça estaba para perder más efectivos en ataque ni Raphinha, en plenitud a sus 26 años, estaba para desaprovechar el momento. Sus dos últimos tantos hablan por sí solos.