Los riojanos, con menos dificultades para llegar a fin de mes

Feli Agustín
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A pesar de sufrir menor afección de la pobreza, Cáritas alerta de un grupo estructural siempre en riesgo, que puede verse incrementado por la subida desbocada de los precios

Los alimentos son uno de los bienes que más han sufrido el incremento de precios. - Foto: Óscar Solorzano

Según recoge la Encuesta de Condiciones de Vida, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó en nuestro país hasta un 27,8% en 2021, tras subir ocho décimas en un año, lo que supone el porcentaje más elevado desde 2016. La tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE se elabora teniendo en cuenta varios criterios e incluye a las personas que están en riesgo de pobreza, con carencias material y social severa o con baja intensidad en el empleo.

«La tasa de pobreza en nuestro país se mantiene y afecta a una cuarta parte de los españoles, que se encuentra en una situación de exclusión severa», reflexiona José Andrés Pérez, delegado de Cáritas en La Rioja, que considera «preocupante» que no se logre disminuir la tasa, «por lo que algo no estamos haciendo bien». Reconoce que los porcentajes en La Rioja «están siempre algo por debajo» y, según los datos que ayer hizo públicos el INE, la tasa AROPE se eleva al 21,3%, solo por detrás de Navarra, País Vasco y Aragón.

En cuanto al riesgo de pobreza, lo sufre el 16,1% de la población riojana, 1,1 punto superior al año pasado y casi cuatro puntos más elevado que en 2019 (12,3), aunque es inferior a la media nacional, del 21,7%.  «Si estos datos los completamos con otros, como el informe FOESSA [que elabora Cáritas], en La Rioja también hay una bolsa de pobreza que no disminuye», relata Pérez, que apunta, que según la Encuesta de Condiciones de Vida, «los hogares riojanos son los que menos dificultades tienen para llegar a fin de mes, un 3,1%» que, aunque es para «estar contento», no es óbice «para seguir trabajando e intentar bajar estas cifras».

Hay otros parámetros que apuntan que esta comunidad se encuentra entre las más favorecidas y es en la que menos hogares se retrasan en los pagos relacionados con la vivienda principal o en las compras a plazos, en concreto, el 8%. El 22,5% afirma que no tiene capacidad para afrontar riesgos imprevistos -solo por detrás de Navarra y País Vasco- y también se encuentra entre las comunidades con menores porcentajes de personas que no podían permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año en 2021, el 22,4%, solo más alto que País Vasco y Madrid.

el impuesto de los pobres. Aun con todo, el delegado diocesano de Cáritas alerta de que la importante subida de los precios -el IPC se dispara en junio un 10,2%, su nivel más alto desde 1985- puede empeorar este panorama. «La inflación es el impuesto de los pobres», señala José Andrés Pérez, que ejemplifica su afirmación en que, con esta subida, «a una familia con ingresos de 700 euros se le quedan en 630», lo que supone que «quien tiene que apretarse mucho el cinturón», contará con 70 euros menos para pagar la luz o la comida». «La inflación afecta más a los hogares con rentas más bajas», constata el delegado de Cáritas, que recalca que los factores de pobreza «son los de siempre», la escasa formación -el 72% de las personas en riesgo de exclusión solo han concluido Primaria o primer ciclo de ESO- o son familias monoparentales, ya que el 54,3% de las personas que vivían en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo se situaba en riesgo de pobreza o exclusión social.

Recuerda además que un contrato de trabajo o el cobro de una pensión de jubilación no evita estar en riesgo de pobreza.