La madre de Carolina acusa a su madre de matar a la niña

Bárbara Moreno
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La acusada por el asesinato de la niña en un hotel declara que no participó en nada, que al despertarse su hija estaba muerta. La acusación dice que la mató por venganza al padre y porque la creía solo suya, "la mató porque era suya"

Un policía le quita las esposas a la acusada, en la primera jornada del juicio. - Foto: Ingrid

Ayer arrancó el juicio contra Adriana U., la madre de la niña Carolina que apareció muerta en la habitación de un hotel en Logroño el 27 de enero. A esta se le acusa de un delito de asesinato con alevosía de una persona especialmente vulnerable, su hija de cinco años, por lo que tanto la Fiscalía como la acusación particular del padre y la acusación popular piden para ella prisión permanente revisable. 

La madre de la niña declaró ayer ante el jurado popular (que decidirá la culpabilidad o inocencia de la misma) y el tribunal y culpó a su madre, la abuela, de matar a la niña. De la misma forma que aseguró que ella en ningún momento ha atentado contra ella ni contra su hija. La defensa de la misma reiteró que Adriana no planeó ni participó en el asesinato, siendo una víctima más de su madre. «Fue la abuela la que atentó contra la vida de su hija y la dejó desangrándose». De forma que ha pedido la libre absolución. 

Por otro lado, las acusaciones han insistido en que la encausada no tenía ningún trastorno psiquiátrico, que hacía cuatro meses que había tomado la determinación de matar a la niña porque le estaban administrando con somníferos. «La mató porque no quería que tuviera una vida con su padre, la mató porque era suya». Y entre las pruebas más importantes, se apoyan en  los vídeos  y cartas que la madre dejó como despedida unos días antes de la muerte en la que decía que se iba a ir junto a su hija. Para la acusación ambas, madre e hija planificaron la muerte de la niña.

Es la primera vez en estos dos años que se conoce la versión de la madre que, según ha asegurado su letrada, la abuela cometió el asesinato de la niña y después se quitó la vida en el Ebro porque tenía un problema económico tras ser estafada. 

Las pruebas de los manuscritos dejados escritos por la acusada y las grabaciones han tomado gran relevancia porque ahí podría explica el móvil, quería matar a la niña para que no estuviera con el padre, «en venganza», aseguró la acusación particular, «porque no podía admitir que era feliz con su padre». 

Si bien, la madre ha asegurado que escribió esas notas en su cuaderno, «no son cartas», y dejó grabaciones de despedida por si le pasaba algo, pero que no eran despedidas. La acusada argumentó que le rompieron un manguito de los frenos de su coche y que tenía miedo de que le pudiera pasar algo como un accidente con el coche. «Nunca atenté ni atentaría contra mi vida ni la de mi hija. A día de hoy aun me cuesta asimilar lo que ha pasado».

La acusación insistió en el hecho de que  por qué la madre dejó órdenes de dejar su dinero (el plan de pensiones), a su hermano y nada a su hija, si es que no pensaba que a la niña le iba a pasar algo, a lo que argumentó que «mi hija tenía bienes, tenía una cuenta bancaria». 

La acusada manifestó en todo momento que la niña venía sucia cuando venía de estar con su padre y que tenía una enfermedad auto inmune por la que no le dejaba ver a su padre. El padre tenía la custodia de la niña porque un juez se la quitó a su madre por entender que la madre solo pensaba en ella, según la acusación. 

Ante la pregunta de por qué estaba en el hotel ese fin de semana, la acusada indicó que la madre le pidió que cogiera el coche y le llevara a Logroño y que siempre ha hecho caso a su madre, «mi madre llevaba todo, yo solo le obedecía». 

Y sobre si pudiera haber sido testigo de la muerte de la niña, ella reitero que «noté un zas, un corte en la muñeca y ahí ya no me pude levantar, me desperté en la bañera con el agua hasta el cuello y llena de sangre, entonces fui a ver a la niña, vi que estaba tapada y como de gelatina y me fui a la ventana».

 

La salida del hotel.

La hora de la muerte se estima que fue entre la una y las siete de la tarde del domingo. Hay unas grabaciones que aseguran que la madre salió del hotel durante una hora con el coche a eso de las siete de la mañana de ese lunes. Es uno de los hechos en los que la acusación ponen su acento porque echaría por tierra todo el argumento de la madre de que se despertó en una bañera y seguido intentó suicidarse. La acusada asegura que ella no salió del hotel ni cogió el coche, «sigo trabajando con la psiquiatra ese aspecto». También indicó que no se acuerda de cómo llegó al hospital. 

Para la acusación esta era la crónica de una muerte anunciada. «En los buscadores de teléfonos buscaban asfixia de un niño mayor de un año, las cartas encontradas y entregadas por la familia, las grabaciones que mandaron a amigos como si hubieran hecho algo». El segundo grupo de pruebas, según la Fiscalía los aportarán los policías que además enseñarán las pruebas de Adriana circulando con el coche tras la supuesta muerte de su hija, sin pedir auxilio. «También dirán cómo espontáneamente dijo que ella asumía la responsabilidad». 

La terceras pruebas serán las forenses, «donde se demostrará que la niña murió de asfixia y aunque tuviera neutropenia, no tiene nada que ver con la muerte. Recibía somníferos desde hace cuatro meses». 

La acusación particular, ejercida por el padre, destacó que su acusación, «parte del dolor de un padre que es víctima sobreviviente de esta tragedia si es que se puede sobrevivir».

 

El primer juicio de los 8 trágicos sucesos en 20 meses

Hace justo dos años que la muerte de la pequeña Carolina en un hotel de Logroño conmocionó a toda la sociedad, por lo truculento del suceso: una madre que se quiere suicidar, una habitación llena de sangre, una niña muerta, una abuela que aparece muerta en el Ebro a los dos días. Ni las peores películas de asesinatos podrían tener como guión este suceso con tantas frías incógnitas en su momento. Eso sí poco a poco se van esgrimiendo las actuaciones. Y así se pudo ver en la primera sesión de este juicio que solo ayer duró casi 8 horas. La autopsia de la niña determinó que le habían administrado un somnífero, pero que falleció por asfixia.

Esta fue la primera tragedia de las ocho que se sucedieron en el tiempo en La Rioja en tan solo 20 meses. El juicio comenzó ayer con la exposición al jurado de las primeras conclusiones y con el interrogatorio a la supuesta asesina, la madre de Carolina. 

En próximas fechas la sala de vistas tendrá que volver a acoger más juicios con trágicos siniestros como el del asesinato del niño Álex en Lardero de manos de un reincidente en libertad condicional. También habrá que celebrar los juicios del repartidor de bici asesinado,  del parricida de Nájera o del profesor jubilado. Y aun faltan por esclarecer qué pasó con el desaparecido en Entrena, el cadáver sin identificar encontrado en el Ecoparque o la mujer asesinada en Los Lirios.