Roban 4.500 euros a una mujer en Laguardia y la llevan a Haro

El Día
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Los tres asaltantes engañaron a la víctima para que sacara más dinero en Logroño y en la ciudad jarrera, pero la pericia de los empleados de la sucurlas bancaria lo impidieron

Una oficina de BBVA en Haro. - Foto: Google Maps

Dos horas de una estafa que arrancó a las 11 horas del pasado día 13 de octubre en la localidad alavesa de Laguardia y concluyó cerca de las 13 horas en Haro con un botín de 4.500 euros, según consta en la denuncia interpuesta en la Guardia Civil de la ciudad jarrera. E. M. M., una mujer de 78 años vecina de la villa amurallada, relató ante los agentes que mientras se dirigía al centro de  salud de Laguardia, «un varón joven de pelo rubio y rapado por los laterales» que se hacía pasar por minusválido le preguntó si había monjas «porque se había encontrado un bolso con dinero».

A continuación, siempre en base a la denuncia, aparecen una mujer y otro varón, mientras el que se hace pasar por minusválido le dice que tiene hambre. La mujer se ofrece a bajar de su casa unos bollos a lo que el otro varón le indica que baje también el dinero que tiene en casa y la cartilla del banco.

La mujer, tal y como consta en la denuncia, accede y baja de su casa con los bollos, 4.500 euros y la cartilla del BBVA. Acto seguido, los cuatro, ya en el interior de un coche de color negro nuevo, según la descripción de la denunciante, arrancan en dirección a la capital riojana.

La sucursal en la que se detienen no da el dinero ingresado en cuenta por lo que llaman a un banco de Haro, hasta donde se desplazan. Según el relato de E.M.M., en la ciudad jarrera se detienen justo al lado de la entidad financiera, por lo que entiende que «pudieron ser grabados por las cámaras». Tampoco pueden acceder a «los 7.000 euros» que supuestamente la mujer guarda en su cuenta. Y ahí termina, dos horas después, la estafa.

La mujer declaró ante la Guardia Civil que no fue forzada a subir al vehículo negro, pero «si engañada». Tampoco recordó a preguntas de los agentes del puesto de Haro si había sido drogada, aunque afirmó «sentirse desorientada y rara» y describió a los supuestos malhechores como unos jóvenes de entre 25 y 30 años.

La Guardia Civil mantiene abierta la investigación.

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