Lejos de limar desencuentros, Policía Local y Ayuntamiento de Logroño trazan casi a diario un camino más escarpado y sobre todo, más lejano. Las recientes Navidades han dejado de nuevo evidencias de que cualquier pasado fue mejor y el presente no vislumbra signos de solución, salvo el margen que siempre queda a merced de la sorpresa. Fue la propia Policía, según  el equipo de Gobierno municipal, quien solicitó recortar el itinerario de la Cabalgata de Reyes (suprimiendo San Antón y parte de Vara de Rey), «por motivos técnicos y de organización de la Policía Local». Decisión que, según el Consistorio, fue apoyada por todas las partes inmersas en la organización del desfile del cinco de enero.

Desde la calle San Antón, los comerciantes afirman que el propio Hermoso de Mendoza les trasladó días antes que «no había efectivos suficientes como para cortar el tráfico en Gran Vía» en el acceso a la céntrica calle comercial. Una Cabalgata que transcurrió con normalidad y sin incidencia alguna pero que generó una mayor concentración de público en algunos tramos del recorrido.

En definitiva, un desencuentro que se remonta al 15 de junio del pasado año 2022, cuando según el sindicato policial (SPPME) el alcalde dio por finalizado el acuerdo de horas extraordinarias que debía permanecer vigente hasta finales del presente ejercicio 2023. Hasta ese momento, citas especiales como la cabalgata se cubrían con voluntarios si bien, en la actualidad, ningún agente presenta su solicitud para este tipo de eventos de carácter especial. 

«Quedará reflejado en la llamada». De hecho, la falta de agentes ha sido evidente durante las pasadas fiestas. Una grabación de la emisora de Policía remitida por un particular a El Día de La Rioja deja patente la situación ante la llamada de un ciudadano reclamando asistencia. El agente responde literalmente: «Esta noche, 31 de diciembre, no hay ninguna patrulla de Policía». El ciudadano, con calma, pero con cierto tono de resignación, desea una buena noche al agente y a continuación le invita a «dejar por escrito» su evidente indignación con insultos directos hacia el primer edil. El agente responde que «eso no lo voy a escribir. Quedará reflejado en la llamada, pero no lo voy a escribir». 

El ciudadano insiste en su indignación y busca otros responsables mientras el agente le informa que el máximo responsable de la Policía Local «es el alcalde» por lo que el ciudadano insiste en sus descalificaciones hacia Pablo Hermoso de Mendoza.

No es el único episodio ocurrido durante las Navidades derivado de las turbulentas relaciones que arrastran desde mediados del año pasado Policía Local y equipo de Gobierno.