El daño en cultivos por la fauna cinegética crece un 70%

Bárbara Moreno
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Los conejos, jabalíes y corzos arrasaron el año pasado al menos 1.500 hectáreas de cereal y viñas. Los agricultores piden a la Administración acabar con la plaga

Un productor muestra daños en los perales a causa de los conejos en una fina de Entrena. - Foto: Óscar Solorzano

Los daños provocados por conejos, jabalíes y corzos principalmente en los cultivos riojanos van a más, con un crecimiento de al menos el 70% en el último año. Y para los agricultores ya se ha convertido en una plaga incontrolable que nada tiene que ver con la caza, sino con una gestión que tiene que solucionar los problemas que llevan meses denunciando con imágenes de hectáreas de diferentes cultivos, especialmente cereales y viñas destrozados, pero también perales, olivos, almendros. En el escenario interactuan varios actores: agricultores, administradores, cazadores y hasta ecologistas. Unos culpan a la sequía, otros a que se ha cazado poco, otros a la pandemia, otros a que podría haberse repoblado el monte con un tipo de animal híbrido no autóctono y más resistente por tanto a enfermedades que controlaban la población, otros a que no se limpian bien los cultivos. Lo cierto es que unos por otros no acaba de solucionarse el problema y mientras, la fauna cinegética va aumentando y campando a sus anchas. 

Los datos indican cómo en el último año ha crecido el daño en los cultivos por la fauna cinegética de las 893 hectáreas arrasadas en 2020 de 1.619 parcelas a las 1.538 hectáreas de 2.689 fincas de 2021. Y esto solo son los daños en fincas aseguradas y que por tanto ha pagado Agroseguro. El riesgo de fauna tiene cobertura en todas las líneas de aseguramiento, con una franquicia del 20%. Los cultivos en los que tiene mayor repercusión el daño de fauna es en los herbáceos extensivos (trigo, cebada) y en la viña, según Agroseguro. 

El año pasado se indemnizó con 762.730 euros, por lo que las pérdidas fueron de  3,8 millones.

Respecto a la superficie de siniestros que ha recibido este año Agroseguro, asciende a 69 hectáreas, (cifra similar al inicio de 2021).

Los agricultores insisten en que esto no tiene nada que ver con la caza, «esto es ya una plaga, es un problema de gestión de daños que la administración tiene que atajar, se ha ido de las manos la población de los animales y ahora hay que acabar con la superpoblación, hay que controlarla, no es cuestión de echar la culpa a nadie, pero con las medidas que hay no se puede. Por ejemplo en Navarra dejan cazar de noche, pero no a la espera como aquí, esto no sirve para nada». Así se expresa el miembro de la Comisión Permanente de UAGR, Pedro Martínez Escalona. Precisamente fue el encargado de defender la semana pasada ante la comisión de Sostenibilidad y Transición Ecológica del Parlamento, la opinión de su organización sobre el proyecto de Ley de Caza de La Rioja.

Desde este sindicato agrario, los daños han crecido por las restricciones impuestas a la caza por la pandemia. Y explica que hay muchas más parcelas dañadas que las aseguradas, es decir, que esas 1.538 que hectáreas, porque hay muchas fincas que «no tienen seguro para estos daños y otras lo han perdido al haber sufrido los mismos siniestros tres años seguidos».

Martínez quiere dejar claro que, «no nos metemos con la caza ni con los cazadores, sino con algunas especies que se han descontrolado».

Javier Izquierdo, un agricultor de Entrena, ve cada día cómo los conejos entran en su finca y acaban con los troncos de los perales, también de olivos, «es una especie que no es autóctona y sobreviven a las enfermedades típicas que controlaban la población, esto es una plaga. Llegas un día a la finca y tienes a más de 50 conejos que salen de la huerta, secan todos los árboles. Hay que poner una solución ya», plantea. 

Y el problema se agudiza si el cultivo está fuera de un coto, como es el caso de una finca en Logroño, en concreto en Pradoviejo. Javier Terroba explica que ahí no se puede cazar y están totalmente desprotegidos ante la plaga de conejos o decenas  de jabalíes.

Más permisos de caza.

Desde el Gobierno de La Rioja, el director general de Biodiversidad, José Luis Rubio, asegura que  este año por la climatología el problema de la población podría ser mayor. Pero, independientemente de culpabilidades, asegura que quiere estar en continuo contacto y en sintonía con los cotos, federación de cazadores, ayuntamientos y asociaciones agrarias, «porque nuestro objetivo es el mismo».                                                

Rubio quiere dejar claro que se está cazando más y no están siendo restrictivos. Se dan permisos excepcionales. 

«Tenemos localizados muy bien los cotos que tienen conejos ya desbordados y les permitimos cazar todos los días. Nosotros ya en lo que respecta al conejo se permite cazar en media veda, del 15 de agosto al 27 de septiembre. El 31 de enero se debería acabar pero lo alargamos».  Con datos asegura que hoy en el 50% de los cotos por tener más población de conejos se puede solicitar la caza nocturna, con hasta 10 cazadores a la espera.

 Precisamente ayer el Gobierno de La Rioja autorizó de manera excepcional la caza de conejo con hurón o red en zonas de seguridad de la autopista AP-68 para favorecer el control poblacional de especies cinegéticas y minimizar los daños en explotaciones agrarias. «Estas zonas son refugio para conejos porque no hay actividad cinegética» 

En la caza mayor se permiten aumentar más las batidas. «Hemos autorizado 1.021». Este fin de semana acaba la temporada. Se han cazado 2.200 jabalíes,  2000 ciervos y 450 corzos. Y se ha cazado más de media por batida.

Así, el director indica que «permitimos las acciones de caza, pero no por cazar más se soluciona esto, ayudamos a los cotos con desbroces de zonas que lindan con cultivos, y se subvenciona parte proporcional de vallados de agricultores. Y el Gobierno también tiene una cuadrilla colaboradora que puede cazar si se pide».

Rubio dice que «determinados cotos están poniendo todo y más de su parte. Al igual que los agricultores que muchas veces  coincide que un agricultor es cazador». Aún con todo, Rubio reconoce que, «nos sentimos impotentes. Algo falla. Es importante que con la nueva ley quede bien ajustado todo para ser más flexibles y que se permita cazar en un escenario de superpoblación. De ahí la importancia de la emergencia cinegética».