La Rioja vuelve a estar en el punto de mira de una macrooperación policial de ámbito nacional. En este caso, se trata de un operativo de la Guardia Civil para desmantelar una red de distribución y venta de tabaco falsificado, que se ha saldado de momento con el registro de una nave industrial en Alfaro y con varias detenciones en el municipio riojabajeño -algunas fuentes hablan de siete arrestos- y en otras localidades de distintas provincias.

La intervención policial en suelo riojano se desarrolló en la madrugada del lunes al martes a cargo de un grupo de agentes de la Guardia Civil desplazados desde Sevilla, con apoyo de efectivos del cuerpo en La Rioja, que entraron en una nave del polígono industrial alfareño de Tambarría, relacionada con una red de distribución ilegal de tabaco y que tendría su punto principal de operaciones en varios municipios de Sevilla.

Según apuntan medios informativos andaluces, el operativo, que se encuentra sujeto al secreto de sumario, se habría saldado ya con numerosas detenciones y con registros de naves industriales y viviendas. Sería, de acuerdo con estas mismas fuentes, uno de los mayores golpes contra el tráfico ilegal de tabaco.

En la operación, que se coordina desde la Comandancia de la Guardia Civil en Sevilla, se procedió a un registro por sorpresa y de madrugada a la nave de Alfaro, en la que algunos medios de comunicación andaluces sitúan una de las dos fábricas de tabaco falsificado, junto con otra en la localidad sevillana de Écija. Se han llevado a cabo también intervenciones en otras cinco municipios de la provincia de Sevilla, así como en Málaga, Valencia y Zaragoza.

Según publicó en su edición del lunes la edición sevillana del diario ABC, la red manufacturaba picadura de tabaco que luego se distribuía en cajetillas, muchas de las cuales han sido intervenidas en los registros. Pese a la discreción que impone el secreto sumarial, fuentes consultadas por El Día de La Rioja indicaron que las instalaciones registradas en Alfaro corresponden a una nave sin actividad industrial en la actualidad, que tenían alquilada ciudadanos sevillanos. El pabellón pertenece a empresarios alfareños, que en su día trasladaron la producción a Tudela.