Una tractorada para la historia

Feli Agustín
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13 años después, los vehículos de los agricultores traen a la capital su malestar en una manifestación que constata la unidad del sector

Los tractores seperan el paso de los peatones - Foto: Óscar Solorzano

Me quito el sombrero por los que hoy estáis aquí y por vuestro éxito», exclamó con fervor el secretario de organización de UPA, Néstor Alcolea, desprendiéndose de la gorra, antes de dirigirse a los manifestantes reunidos en El Espolón al término de la tractorada. Aunque lejos queda la  tractorada del 77, este gesto, después de las intervenciones emocionadas de los secretarios generales de ARAG-Asaja, Eduardo Pérez, y UAGR, Óscar Salazar, constaba que se trata de un momento histórico y ejemplifica el sentir de las cerca de 3.000 personas que participaron ayer en una movilización unitaria que trajo a las calzadas de la capital el desasosiego del campo.

La jornada había empezado de madrugada para las cerca de 300 personas que habían traído sus tractores a Logroño, que discurrieron por el centro de Logroño acompañados por un rebaño de 80 ovejas de una explotación de Lardero y dos vacas de la granja escuela El Carrascal de Entrena y muchos agricultores y ganaderos, que iban recogiendo a su paso el apoyo de numerosos ciudadanos.

Numerosas mujeres y muchos jóvenes contradecían la realidad de un sector masculinizado y envejecido, reclamando la necesidad de aplicar medidas para permitir su incorporación a un sector que teme por su supervivencia.

Precisamente, 'Por un futuro con agricultores y ganadores' era el lema global de una de esas tractoradas históricas -no se asistía a una desde 2009-, como rezaba la pancarta que inauguraba la manifestación, salpicada por bandoleras verdes, rojas y naranjas, colores representativos de las tres organizaciones convocasteis, ARAG-Asaja, Unión de Agricultores y Unión de Pequeños Agricultores.

Durante el recorrido, que fue prologado por un almuerzo del que disfrutaron los concentrados, los tractores hicieron sonar sus bocinas y las vacas sus cencerros, como acompañamientos a las pancartas en las que se  podían leer mensajes como 'Futuro sin ganadería, ¡menuda porquería!, 'No es posible hacer enorregión con tanto hormigón', 'Se nos agota la paciencia' o ¡Menos lobos y más ganaderos'. Precisamente fue esta reivindicación la que se plasmó de una manera más gráfica, con el cadáver de una oveja frente al Palacete.