La pandemia del coronavirus, en su punto más álgido, debió ser el motivo que no dejase ninguna duda a nuestros gobernantes de que la sanidad tiene que afianzarse como un pilar de sus actuaciones. Las transferencias de las competencias en esta materia, al igual que en otras, permitió que cada ejecutivo regional llevase a cabo sus propias políticas sanitarias que, con la llegada del Covid-19 afloraron sus principales carencias, algo de que se debió aprender, ya que la pandemia se llevó por delante demasiadas vidas y, aunque ahora pase a un segundo plano informativo, todavía es el motivo de fallecimientos y deja secuelas en la salud de muchas personas, ya que las cifras de defunciones en este 2022 son superiores a las del anterior y claramente por encima de las que se registraron el 2019, el año anterior a la llegada del coronavirus.
La Comunidad de Madrid es la que está ahora en el foco sanitario, con la huelga de los profesionales que demandan más personal para poder realizar su trabajo de la mejor manera posible, algo que ha llevado a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a reconocer que ve «errores, necesidades y problemas» en la sanidad, pero también contempla una politización en este asunto, algo que a partir de ahora será cada vez más recurrente, con el horizonte de los comicios locales y autonómicos en el próximo mes de mayo y las Elecciones Generales al final del próximo año.
Es preciso analizar si los errores, necesidades y problemas sanitarios solo se producen en el territorio madrileño o es algo común en el resto de comunidades autónomas de nuestro territorio nacional. Es algo que tiene una fácil comprobación con la consulta de profesionales sanitarios y medios de que disponen, del número de cartillas que atiende cada médico de cabecera, del nivel de ocupación de camas que tienen los hospitales, del aumento o disminución de las listas de espera tanto para consultas como para intervenciones quirúrgicas y de un largo etcétera de cuestiones relacionadas con el asunto sanitario.
Todos estos datos sirven para aclarar el panorama sanitario de nuestro país que, no hay que olvidar, fue duramente castigado con la mencionada pandemia del coronavirus, por lo que es preciso que no se olvide lo sucedido durante los más de dos años de horror vividos con el Covid-19 y se trabaje, ya sea en la Comunidad de Madrid o en el resto de consejerías del ramo, para afianzar la sanidad como una de las mejores bazas del estado de bienestar que tanto predican los políticos de distinto signo, que, con un buen trabajo en materia sanitaria tendrán mucho ganado de cara a las distintas elecciones del próximo año que tanto les preocupan.