De la isla al mito

Isabel Laguna (EFE)
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Camarón, el genio del flamenco, cumpliría 70 años si el cáncer no le hubiera arrebatado la voz

De la isla al mito

Si un cáncer no le hubiera arrebatado la garganta y la vida, José Monge Cruz, Camarón de la Isla, habría cumplido hoy 70 años y habría tenido tiempo para ver cómo su leyenda, casi tres décadas después de su muerte, sigue  creciente.

«Yo me lo imagino igual, con el pelo canoso, pero igual», cuenta Lolo Picardo, gerente de la Venta de Vargas de San Fernando (Cádiz), a la que Camarón acudía desde niño para escuchar a sus ídolos, el lugar donde forjó su voz y al que siguió acudiendo cada vez que, convertido ya en un mito en vida del flamenco, regresaba a su ciudad natal manteniendo como podía su innata timidez.

Justo enfrente de este local está a punto de abrir sus puertas el museo con el que San Fernando quiere dar respuesta a los miles de admiradores de España y de todo el mundo que cada año llegan a la localidad natal del cantaor buscando sus huellas y acercarse al misterio y magisterio de su quejido.

La pandemia del coronavirus ha trastocado los planes de apertura de este museo, para el que su familia cedió, a cambio de 2.500 euros al mes, una infinidad de recuerdos personales.

Unas 30 guitarras, fotos, coches, ropa, premios, discos y hasta 400 objetos personales de Camarón de la Isla forman parte de este centro.

Su inauguración aguarda ya solo a que las circunstancias permitan una acto de inauguración sin el corsé que impone el distanciamiento social para afrontar la pandemia. Si las previsiones no vuelven a romperse, podría estar abierto en unos meses, 28 años después de la muerte, el 2 de julio de 1992 en Badalona, de un mito de la música, a la altura de figuras como Jim Morrison, Elvis Presley o Jimmy Hendrix.

La crisis sanitaria también ha impedido que en este 70 aniversario de su nacimiento se celebre en San Fernando la segunda edición del festival Fusión x Camarón, una iniciativa que se puso en marcha el año pasado con la vocación de reunir a músicos y admiradores para celebrar cada año su cumpleaños. Pero a buen seguro que nada impedirá que todos sus admiradores celebren este cumpleaños de cifra redonda escuchando su voz y preguntándose qué habría sido del flamenco si hubiera cantado 28 años más. Qué habría sido del flamenco si aún contara con un cantaor que lo mismo se perdía en un pueblo remoto en busca de un cante antiguo, le daba la vuelta a la cinta de un casete para escuchar una grabación del derecho y del revés o que se atrevía en 1979 a revolucionar el flamenco con La leyenda del tiempo.