"El plan de recuperación abre la puerta a la alta velocidad"

El Día
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El consejero riojano de Sostenibilidad y Transición Ecológica asegura que la agilización del corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo será una línea de acción prioritaria en 2021. El objetivo es lograr financiación del fondo Next Generation UE

Álex Dorado, en el exterior de la Consejería de Sostenibilidad, en una imagen de archivo. - Foto: Clara Larrea

Que el consejero de Sostenibilidad y Transición Ecológica del Gobierno de La Rioja se desplace en bici a su despacho siempre que puede no es una impostura del recién llegado al cargo, sino una costumbre que ya practicaba a diario en Suecia, donde vivió un año. Álex Dorado Nájera (Logroño, 1982), licenciado en Ciencias Biológicas, experto en Derecho Ambiental y máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales, se ha propuesto que la sostenibilidad impregne toda la acción del Ejecutivo regional, desde la economía a las políticas sociales. El poco tiempo libre que deja el cargo, el responsable de la política medioambiental del Gobierno Andreu lo reparte entre familiares y amigos, las montañas riojanas, los paseos con su perra, la lectura y las series televisivas de temática política.

 

Al tomar posesión del cargo, hace un mes, anunció su intención de intentar atraer fondos europeos para proyectos de tipo medioambiental, de economía circular, reciclaje o rehabilitación de viviendas. ¿Hay ya proyectos preparados?

Estamos en un momento de recopilar y recabar información y de alertar a agentes sociales y municipios para que participen también en este proceso. Todo esto pivotará sobre una normativa que depende del Parlamento Europeo que todavía no se ha creado, por lo que todo son aproximaciones hacia el Pacto Verde.

 

¿En qué ejes incidirán?

De lo que se desprende de las instituciones europeas son seis ejes a las que nos podemos adaptar bien, porque son también prioridades de esta Consejería, como la economía circular, gestión sostenible de recursos hídricos, adaptación y mitigación del cambio climático, reducción de la contaminación y la biodiversidad.

 

Uno de los proyectos prioritarios para el Gobierno de La Rioja es la Ciudad del Envase, pero da la impresión de que la pandemia lo ha ralentizado. ¿Hay alguna acción en marcha?

Es uno de los proyectos susceptibles de captar financiación europea, porque tiene todo que ver con la economía circular, que es uno de los ejes del Pacto Verde. Estamos en conversaciones con otras consejerías para impulsarlo para que entre en ese pacto europeo. El interlocutor con la Comisión Europea será el Gobierno de España, que debe acogerlo y presentarlo dentro del plan nacional de inversiones y reformas.

 

¿Y hay empresas vinculadas a la economía circular o verde interesadas en implantarse en La Rioja?

Que nos conste en mi Consejería hay muchas empresas fotovoltaicas y de otras fuentes renovables de energía interesadas en implantarse, y supongo que habrá otras en la Consejería de Desarrollo Autonómico. En el campo de los plásticos hay unos tres mil trabajadores riojanos en industrias que tendrán que tener un proceso de transformación hacia la sostenibilidad, con un nuevo ciclo de vida para esos productos o una forma de producir diferente para contaminar menos.

 

¿Cómo puede contribuir un territorio pequeño como La Rioja a un objetivo tan amplio como la lucha contra el cambio climático?

Tenemos que aportar, porque somos Estado y estamos vinculados a objetivos europeos. Más allá de lo que nos corresponda por población o PIB, tenemos gran potencial para conseguir una economía verde, lo más descarbonizada posible y potenciar las energías renovables.

 

¿Cuáles son las grandes amenazas medioambientales en la región?

Las que tienen la mayor parte de España y de Europa: cambio climático; desertificación, que es especialmente dura en La Rioja, porque abarca prácticamente a un treinta por ciento de nuestro territorio; y la pérdida de biodiversidad, y de ahí la lucha del Gobierno por preservar especies emblemáticas, como el visón europeo o el desmán ibérico.

 

¿Es compatible la central de ciclo combinado de Arrúbal con la lucha contra el cambio climático?

El objetivo va por etapas. Lo primero son las centrales de carbón, de las que en La Rioja no hay ninguna. Este tipo de centrales tiene un futuro, pero deberán adaptarse con tecnología para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y reconvirtiéndose en industrias más limpias.

 

¿Y el yacimiento de gas de Sotés?

Todo esto va por horizontes. En el horizonte de 2050, ese tipo de combustibles estarán más en desuso y el objetivo es aumentar la energía obtenida con fuentes renovables y que las energías fósiles, sea cual sea su tipo, vayan teniendo menor peso en el mix energético. La primera prioridad es el carbón, que está en extinción, y el gas dentro de esas energías es la más limpia.

 

¿De entre las renovables, por cuál se apostará más, fotovoltaica, eólica...?

Las dos son buenas opciones. Llevamos mucho tiempo desarrollando la eólica y la fotovoltaica está teniendo últimamente más protagonismo, quizás porque se han abaratado las tecnologías. Y queremos explorar también otras alternativas, como la geotermia, sobre todo en La Rioja Baja, en el valle del Cidacos, y que se utiliza ya en algunas bodegas.

 

¿Por qué no se han desarrollado más las instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo en edificios particulares?

Porque había un sistema regulatorio que impedía que ese autoconsumo se desarrollase y que cambió el Gobierno de Pedro Sánchez, con Teresa Ribera a la cabeza. Incluso esta Consejería tiene ese tipo de instalaciones, con paneles solares que nos permiten reducir el consumo y en algunas épocas del año, inyectar a la red.

 

En el Valle de Ocón hay un proyecto eólico, con aerogeneradores de gran tamaño, que ha suscitado rechazo vecinal por su impacto. ¿Qué opinión tiene su Consejería?

No lo conozco con detalle, pero se estudiará desde la Consejería y lógicamente se tendrán en cuenta las opiniones de todas las partes, incluida la de los vecinos. Hay que intentar aunar voluntades y encontrar un punto de encuentro.

 

¿El objetivo en la red de carreteras de la Comunidad es hacer obras de mantenimiento o se plantean alguna de nueva construcción?

Lógicamente querríamos acometer infraestructuras nuevas, pero por desgracia el estado de conservación de las carreteras riojanas después de 24 años de poca inversión nos obliga a dirigir muchos de los esfuerzos al reacondicionamiento y conservación. Ahora estamos invirtiendo 16 millones en infraestructuras y hay más de un centenar de obras de menor calado.

Es de imaginar que el esfuerzo económico para hacer frente al coronavirus no permitirá grandes alegrías al presupuestar obras nuevas.

Estamos en proceso de elaboración de los presupuestos, que se presentarán antes de fin de año, y veremos los recursos con los que contamos. Pero es verdad que este año, en unas circunstancias muy difíciles, la cantidad de obra ejecutada o en ejecución es digna de admirar. Y eso es parte del trabajo de los funcionarios, del director general de Infraestructuras y del anterior consejero.

 

De cara a los presupuestos de 2021, ¿cuál será su proyecto estrella?

Dependerá mucho del plan de inversiones y reformas y de los fondos que obtengamos de las instituciones europeas. Una de las apuestas del Gobierno riojano será el ferrocarril como medio de transporte sostenible, específicamente el corredor Cantábrico-Mediterráneo de alta velocidad y las conexiones con Castejón y Miranda de Ebro. Otros proyectos que se pueden traducir en atracción de turismo sostenible y creación de empleo en zonas de montaña son el parque natural del Alto Najerilla y la iniciativa del geoparque, una figura de reconocimiento que regula la Unesco cuando hay unas características geológicas que merecen especial atención.

 

¿En qué se traduciría la creación de ese geoparque?

Hay que concursar a esa figura y creemos que cumplimos con los requisitos en la zona de los yacimientos de huellas de dinosaurios, en los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama-Linares. Es una etiqueta de calidad que designa el carácter único de ese patrimonio geológico de La Rioja, que es inigualable en Europa y me atrevería a decir que en el mundo. Queremos sobreponer ese geoparque a la figura que ya existe de Reserva de la Biosfera, lo que da una referencia a un turista de calidad interesado en el patrimonio geológico y revitalizaría la economía de la sierra.

 

Con respecto al ferrocarril de alta velocidad, se trata de una obra de financiación estatal y europea. ¿Qué pasos dará el Gobierno regional?

Una de las intenciones es incluirlo en el plan nacional y que se realice con cierta agilidad, con plazos de ejecución más breves que los que estamos acostumbrados en las grandes infraestructuras. El Next Generation UE (plan europeo para la recuperación), que es el fondo que se acordó en el Consejo Europeo en julio, abre la puerta para materializar esta apuesta por la movilidad sostenible, y el tren tiene que ser la base, para personas y mercancías, y que vertebre el corredor por el que transcurra, en este caso el Cantábrico-Mediterráneo. En La Rioja, la vía férrea no ha variado su trazado en 160 años, tiene tramos lentos y necesita inversión. El Gobierno de España es consciente y estamos en conversaciones para que sea una de las prioridades de España para acudir a los fondos europeos.

 

La propuesta de trazados para el tramo Logroño-Miranda tuvo contestación social en Rioja Alta por el impacto sobre el paisaje del viñedo. ¿Qué postura mantendrá el Gobierno regional?

Estamos mirando qué trazado es más respetuoso con las comarcas de Rioja Alta para conciliar intereses.

 

¿Hay ya alternativas de trazado sobre la mesa?

No. Está en proceso de estudio en estos momentos.

 

¿Con los embalses de Enciso y Soto Terroba a punto de entrar en servicio quedan cubiertas las necesidades en materia hidráulica?

Tenemos varios proyectos en cartera, como el supramunicipal del Cidacos, que servirá para proporcionar agua de boca a 70.000 riojanos; el diseño está realizado y estamos acordando con los ayuntamientos la mejor forma de ponerlo en marcha. Quedan infraestructuras que mejorar, como el plan de fugas.

 

¿Hay acciones previstas para reducir la contaminación del Ebro?

Involucra sobre todo a la Confederación Hidrográfica, pero nosotros tenemos que apostar por ello. Está la Estrategia Ebro Resilience, con las comunidades autónomas ribereñas para la restauración ambiental de las riberas contra los efectos climáticos agresivos y de los ecosistemas.

 

Uno de los grandes objetivos, previos a la pandemia, era el reto demográfico, y para ello las comunicaciones son vitales. ¿Cambiará la actual red de transporte público?

La red actual de transporte público funciona correctamente, pero queremos mejorarla en cuanto a la sostenibilidad de los vehículos y empezar a hablar de transporte ciclista para áreas metropolitanas o conexión de varios pueblos. Con la pandemia se ha reducido el número de viajeros, pero el transporte público es seguro desde el punto de vista sanitario, fiable y de baja contaminación.

 

¿Saben ya qué déficit económico tendrán que afrontar por esa reducción en el número de viajeros?

El Gobierno de España nos ha dotado con más de dos millones de euros para sufragar ese déficit. Veremos cómo evoluciona la situación sanitaria y la afectación sobre el transporte.

 

¿En qué consistiría esa idea que apunta de transporte ciclista?

Lo definirá un proyecto, pero la estrategia del Ministerio va por ahí y es una forma de transporte que hay que potenciar. Muchas de las competencias son municipales, pero nuestro interés es también tenerlo en cuenta a la hora de acometer cualquier tipo de infraestructura.

 

El uso del vehículo cien por cien eléctrico es aún minoritario. ¿Hay planes desde el Gobierno para impulsar esa tecnología?

Dentro de poco el Boletín Oficial de La Rioja publicará el Plan Moves II, que viene del Gobierno de España, con ayudas a la compra de vehículos limpios y a la infraestructura de recarga eléctrica.

 

¿No deberían dar ejemplo las administraciones incorporando vehículos eléctricos a sus flotas?

Lo estamos haciendo. En las licitaciones de compra de vehículos es un requisito que está en los pliegos, siempre que se pueda.

 

¿Se plantea la creación de otro parque natural, además de Sierra Cebollera, o alguna otra figura de espacio protegido?

El parque natural del Alto Najerilla es una posibilidad y vamos a apostar por ello, con el acuerdo de los municipios de la zona, con los que se está en conversaciones. Y tenemos que intentar ampliar los espacios de la Red Natura.

 

Logroño aspira a ser capital verde europea. ¿Cómo respaldará el Gobierno regional esa candidatura?

Nos tenemos que dejar guiar por el Ayuntamiento y los tiempos que ellos marquen, pero tienen todo el apoyo institucional del Gobierno de La Rioja. Es un proceso competitivo que exige inversiones para obtener ese galardón, por lo que tenemos que tener esa conversación con el Ayuntamiento de Logroño.

 

¿Qué planes tiene para el complejo de la Fombera?

Acabamos de aprobar una inversión de 4,3 millones de euros para acondicionar las instalaciones, que acogen el centro de recuperación de animales silvestres, instalaciones de la lucha contra incendios y los viveros, que sirven para las repoblaciones y para criar las tres especies de flora amenazada de La Rioja, el Laurel de Portugal, la Androsela Riojana y el Grosellero de roca. La apuesta es mejorar todas esas capacidades.

 

Usted está casi recién llegado, después de un verano de mucho ajetreo y cambios en el Gobierno regional. ¿Tiene en mente algún retoque en su departamento?

De momento no. Estoy muy contento con el nivel profesional y humano que hay en la Consejería.

 

Ha trabajado en los ámbitos nacional e internacional. ¿Se plantea la política regional como un reto a largo plazo?

Estoy concentrado en La Rioja y no hay nada más internacional y también más local que el medio ambiente. Es la famosa frase de ‘piensa globalmente, actúa localmente’, y esta es la oportunidad de aunar ambos ámbitos.