Crecen un 50% las madres solteras en la reproducción asistida

Bárbara Moreno
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La ley permite que una mujer que quiera ser madre pueda ser inseminada. En 2022 ya han acudido al servicio 22, el año pasado 14

Imagen del Hospital San Pedro - Foto: Ingrid

Uno de cada 10 niños en La Rioja nace de la reproducción asistida ya sea pública o privada. Ese es un dato que ya se ha constatado hace al menos cinco años en La Rioja, y con una pandemia mediante, se mantiene, de lo contrario podría haber aumentado, porque es una tendencia que cada vez va a mas. La razón de más peso, «que la mujer atrasa la edad de la maternidad  y el reloj biológico es el que es, haya cambiado la sociedad o no, la vida o la manera de vivir».  

Así de claro quieren dar el mensaje las ginecólogas María José Puente, la jefa de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Pedro, y Carmina Salvador, coordinadora de la Unidad de Reproducción Asistida. Un servicio que se inauguró en La Rioja en 2014.

Y hay otra tendencia clara, cada vez hay más familias monoparentales y mujeres solteras que deciden ser madres.

Puente explica que con la pandemia se redujo la atención en Reproducción Asistida, pero que ya el año pasado empezó a coger ritmo el servicio y ya está aumentando el número de ciclos y de tratamientos. Este año por ejemplo se han realizado ya 110 punciones funiculares (fecundaciones in vitro) y 258 inseminaciones artificiales. Y por ejemplo en todo 2021 se realizaron 132 , y 238 respectivamente. «Intentamos ir aumentando, la pandemia ha hecho mucho daño,  los quirófanos los dejaron para emergencias y pacientes Covid, y obviamente esto no era una emergencia», explican las ginecólogas. 

Para que una mujer pueda acudir a este servicio público, debe tener entre 25 y 40 años, y el hombre  menos de 55. Si la mujer tiene más de 35 años ha debido estar durante al menos medio año intentando quedarse embarazada de forma natural, y en el caso de mujeres de menos de 35 años ha tenido que estar intentándolo durante al menos un año. Pero, la ley permite que el servicio ofrezca este servicio a mujeres con pareja mujer, o sin pareja.  Es además un servicio que cada vez está siendo más demandado por mujeres, según las ginecólogas. Según las cifras, de las 238 inseminaciones realizadas el año pasado, 14 eran mujeres sin pareja masculina, y en 8 casos lograron llevar el embarazo a término. Y este año, de las 258 inseminaciones, 22 son mujeres sin parejas (7 de ellas están en estudio). En porcentaje también aumenta considerablemente pasando del 5% de las mujeres solteras en tratamiento respecto al total del año pasado, al 10% de este año.

En cualquier caso, a día de hoy,  no hay lista de espera para inseminación, una vez ya realizada la visita y todo lo que tiene que ver con el estudio. Pero para una intervención de fecundación in vitro hay una lista de espera de 10 meses. 75 parejas están en esa lista. «Estamos no obstante mejor que la media española de los centro públicos». La demora para la primera visita y ser acogido en la Unidad es de 5 meses. En estos momentos hay 30 parejas en tratamiento.

En el sistema público se hace el estudio, y según el diagnóstico, se recurre a la inseminación o a la fecundación in vitro directamente (por ejemplo cuando la mujer tiene más de 39 años), «o también se puede dar el caso de que ya veamos que va a ser muy difícil. También lo decimos». En el sistema público se ofrecen tres ciclos o intentos máximos de FIV. Y las ginecólogas son conscientes de que, una vez transcurridos estos intentos y no haber conseguido el embarazo, muchas mujeres acuden al servicio privado donde sí consiguen en muchos casos el éxito. 

«La ovodonación por ejemplo tiene más éxito», explica Salvador. Pero es una técnica que no se hace en el Servicio Público. Precisamente según la Sociedad Estatal de Fertilidad, en los dos últimos años ha aumentado en La Rioja el número de centros ginecológicos privados que practican la reproducción asistida, y ya son cuatro.

Mientras, en el público, las ginecólogas demandan otro embriólogo para que se pueda trabajar en fin de semana. (El servicio está compuesto por tres ginecólogos, dos enfermeras y un embriólogo).

 

El proceso para evitar enfermedades genéticas

Desde hace cuatro años la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital San Pedro ofrece el servicio de Diagnóstico genético, para realizar un proceso genético preimplantacional (PGP). Y es una técnica que quieren potenciar.

La doctora Carmina Salvador explica que en los últimos cuatro años se han realizado 22 procesos genéticos preimplantacionales. Se estudian los embriones cuando uno de los progenitores tiene alguna anomalía y la pueden pasar al bebé. Se hace uso de un servicio externo de Barcelona. Es allí donde estudian esas anomalías que se pueden hallar en cromosomas, o otras enfermedades de tipo molecular que sufren los progenitores para que no lo sufra la descendencia,  personas con hemofilia o distrofias musculares, poliquistosis renalY tras analizar esos embriones, se transfieren los sanos a la mujer.

Estas técnicas también tuvieron que frenarse con la pandemia pero han cogido ritmo y ahora se está practicando uno mensual, más o menos explican desde la Unidad de Reproducción.

Preservación ovárica antes de la Quimioterapia. También desde hace cuatro años la Unidad de Reproducción ofrece el servicio de la preservación ovocitaria y de semen para personas que les hayan diagnosticad cáncer y vayan a ser sometidos a técnicas de quimioterapia. 

Estos pacientes vienen ya derivados del servicio de Oncología. La jefa de Obstetricia y Ginecología del Hospital, María José Puente, explica que quieren que se conozca más este servicio, que se sepa que se puede hacer. En realidad está preservado para aquellos pacientes de cáncer que quieren ser padres en un futuro. El proceso es que se les extrae óvulos o semen y se congela antes de la quimioterapia para poder utilizarlo cuando se curen o concluyan la quimioterapia en caso de que quieran someterse a la técnica. En el caso de los hombres es muy fácil, no tanto en la mujer. Durante 2019 por ejemplo se sometieron a esta técnica 10 mujeres y 8 hombres. La mayor parte de los pacientes que lo solicitan han sido diagnosticados o de cáncer de mama, o de cáncer de tipo hematológico y suelen tener poco más de  20 años.