Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Sin atisbo de acuerdos

19/01/2022

La Ley de Vivienda, la reforma laboral, la gestión de los fondos europeos… Un totum revolutum en el que no hay descanso ni posibilidad de acuerdo entre las fuerzas políticas en el que reaparecen tics del pasado, algo de política antisistema, líneas rojas de los socios de gobierno, recursos a la justicia y amenazas veladas y voluntad de dilación de medidas importantes.  

Como en otras ocasiones el Consejo General del Poder Judicial se ha convertido en otro instrumento de la oposición para entorpecer la labor legislativa del Gobierno.  En el ejercicio de sus funciones el órgano de gobierno de los jueces tumbó el proyecto de informe de uno de sus miembros sobre la Ley de Vivienda del Ejecutivo, el quinto pilar del Estado de bienestar, pactado con mucho esfuerzo entre los dos socios del Gobierno de coalición, para presentar un proyecto que no dejó satisfecha a ninguna de las dos partes. La decisión del CGPJ ha postergado la aprobación del proyecto de ley por el Consejo de ministros un par de semanas, sin que el próximo informe, tenga el tenor que tenga, sirva para impedir que el proyecto acabe remitido a las Cortes por cuanto es preceptivo pero no vinculante. Un retraso que causa tensiones entre los socios del Gobierno, pero en el que tiene mucho que ver la posición de un CGPJ con el mandato caducado hace tres años que suele comportarse como una tercera cámara y que además avanza posibles inconstitucionalidades de la ley, aunque eso lo decidirá en su caso otro órgano constitucional.  A eso se une la decisión del PP de no aplicar la ley en aquellas comunidades autónomas donde gobierne, pero esa cuestión ya la evaluaran los votantes cuando toque.  

Otro tanto ocurre con la validación en el Congreso del decreto de la reforma laboral, pendiente de allegar los votos necesarios para su aprobación porque los socios 'frankenstein' del Gobierno no están por la labor. Con el aval de los agentes sociales, de la patronal y el informe preliminar favorable de la Comisión Europea, más la concepción de ser una pequeña alteración de la reforma laboral del PP según sus propios think tank, la posición del PP solo se entiende por el 'negacionismo' al que hace alusión Pedro Sánchez, quien puede encontrar en Ciudadanos el salvavidas de la reforma laboral como en su día lo encontró en Vox para la aprobación del plan de ejecución de los fondos europeos,  que le serviría para piropear al partido naranja por su sentido de Estado. En este asunto, al presidente del Gobierno le da lo mismo el color del gato, lo importante es que cace ratones si las gestiones de Yolanda Díaz con nacionalistas e independentistas no fructifican, aunque prefiera que la reforma laboral salga adelante con los apoyos tradicionales. 

El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, se ha encontrado un aliado inesperado en el presidente del PP, Pablo Casado, quien ha puesto el acento en las palabras del dirigente germano de que más pronto que tarde habrá que volver a las políticas austericidas, que él tendrá que gestionar si ganas las próximas elecciones, con las consecuencias sociales que suelen acarrear. Una actitud que se suma a su ya tradicional oposición a la llegada y gestión de los fondos europeos y al recurso a los tribunales a la menor oportunidad. Casado es otro campeón del "no es no" para llegar a La Moncloa.