Francisco Muro de Iscar

MUY PERSONAL

Francisco Muro de Iscar

Periodista


Sumar no Podemos

20/03/2023

Lo mejor que le puede pasar al PP de Núñez Feijóo es que Yolanda Díaz y Pablo Iglesias lleguen finalmente a un acuerdo y acudan juntos a las elecciones generales de diciembre, pierdan las parcelas de poder que les ha regalado Pedro Sánchez para garantizarse la permanencia en el poder --en el Gobierno y en el PSOE, que todo va unido y no hubiera sido posible sin el abrazo con Iglesias-- y pasen a la oposición.

¿Cuánto durarían unidos, en la oposición, en un mismo grupo Parlamentario o en el partido-movimiento que los agrupe electoralmente, Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra, Echenique, Monedero, Lilith Verstringe, Garzón, Enrique Santiago, Ada Colau, Mónica Oltra, los de las Mareas... y Pablo Iglesias, en la sombra, tratando de dirigirlo todo? Ah, se me olvidaba, y con "la increíble Pam", la secretaria de Estado de Igualdad, un dechado de incompetencia y de falta de racionalidad y profesionalidad, haciendo vídeos en TikTok. Estallarían inmediatamente los egos inmensos de casi todos y la soberbia infantil, que no sólo caracteriza la incompetencia demostrada ante la ley del 'sólo sí es sí', sino toda su actividad política. Si ahora están peleados entre sí y con la otra parte del Gobierno, si Sánchez y sus ministros no se fían de los ministros de Podemos y viceversa, si los de Podemos no se fían de Yolanda Díaz y no se hablan con ella, si se esconden unos a otros los proyectos, si hacen leyes que hay que rectificar por sus efectos indeseables y no son capaces de aceptar los gravísimos errores cometidos y sólo les une el poder, ¿qué pasaría si no tuvieran ni poder ni presupuestos que gastar sin ton ni son en campañas sin sentido? ¿Cuánto tardarían en quitarse la "máscara moral" y en enfrentarse entre ellos? Si acabaron con el movimiento ciudadano, con las asambleas populares, perder el poder acabaría con ellos. Para Podemos no hay adversarios, sólo enemigos. Y casi siempre los peores son los internos.

Se entienden claramente las reticencias de Iglesias al proyecto de Díaz, porque ésta --a la que designó vicepresidenta Iglesias y no Sánchez-- no solo porque no tiene detrás una estructura que la permita lanzar una acción electoral en toda España en los pocos meses que quedan hasta las elecciones, lo cual es un impedimento muy importante, ni un programa de Gobierno --que es menos importante electoralmente--, sino, sobre todo, porque le ha traicionado y no está dispuesta a acatar a Pablo Iglesias como jefe absoluto ni la disciplina de Podemos, como ha demostrado en sus últimos meses en el Gobierno jugando a dos barajas, ni tampoco aclara quiénes van a ser su núcleo duro, que no serían ni Montero ni Belarra.

Yolanda es, de momento, una sonrisa, un modelo nuevo cada día y una manera educada de hacer política. Poco más de momento. A lo que de verdad puede aspirar es a ser la número 2 de Pedo Sánchez y, si a este no le va bien en las elecciones de mayo, a ser su sucesora. El PSOE está cayendo cada vez más por el acantilado del personalismo sin ideología reconocible y no hay nadie en las filas socialistas que se atreva a levantar la bandera de una izquierda moderna. Yolanda está siendo la pantalla de Sánchez ante Podemos, la que hace el juego sucio con su oposición o con su silencio, y cae bien a la gente, por lo que no es descartable que Sánchez piense en ella como sucesora o como compañía en el cartel electoral, presentándose juntos como "toda la izquierda unida y sensata" y despachar así a Iglesias y los suyos al abismo. Tiempo al tiempo.