La ganadería ve un invierno difícil por el precio del pienso

Carmen Sánchez
-

Los ganaderos están vendiendo cabezas de ganado para compensar la subida del cereal, la soja o el maíz y alertan de que esta situación pone la puntilla a la ganadería extensiva, muy castigada por el lobo y la pérdida de pastos

Un ganadero ofrece pienso a sus ovejas en la sierra riojana - Foto: Óscar Solorzano

La escalada de precios de las materias primas afecta de lleno a todos los sectores. Y el campo no es una excepción. Agricultores y ganaderos ya han dado la voz de alarma y han salido a las calles contra la subida de los insumos. Un sobrecoste que se agrava en La Rioja en dos sectores: la ganadería y el pequeño viticultor. Es precisamente la ganadería, en general, y la extensiva, en particular, uno de los sectores que han mostrado su preocupación ante el futuro incierto que se avecina al ver que el pienso ha doblado su precio en este último periodo.

La ganadería extensiva tiene que asumir ahora la alimentación del ganado que, con la llegada de las primeras nieves y del invierno, deja de pastar y regresa a los establos. Pero los ganaderos se encuentran con el precio del pienso disparado que, de seguir al alza, ponen en riesgo su viabilidad. Ahora mismo la cebada supera los 300 euros por tonelada, la soja alcanza los 600 euros y el maíz roza los 400 euros. «Esto no se puede aguantar», sostiene el secretario general de UPA Rioja, José Domingo Ceniceros, quien alerta de que se están cerrando cebaderos y que las explotaciones de extensivo están llevando cabezas de ganado a matadero para poder asumir el sobrecoste del pienso. 

Ceniceros regenta una explotación en Castroviejo.Es una de las pocas de la región que realiza el ciclo completo. En total tiene 400 vacas (madres) para la cría. Ahora contabiliza unos 250 terneros, que engorda para su posterior traslado al matadero. En la línea que están haciendo otras granjas, confirma que se desprenderá de algunas cabezas de ganado aprovechando las navidades y «antes de que los bolsillos se resientan» tras las fiestas. 

De acuerdo con sus datos, dos explotaciones de extensivo han llevado 150 cabezas a sacrificar y han echado el cierre, una en Brieva, por jubilación, y otra en Terroba. Se lamenta de que este tipo de práctica en extensivo no debería producirse. «Es una pena; una ganadería cuesta toda una vida», dice. 

INVIERNO «ADELANTADO». En el caso de la treintena de explotaciones que pertenecen a la comarca de las Siete Villas (Brieva, Ventrosa, Villavelayo, Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo, Canales de la Sierra y Mansilla) han visto este año que el primer temporal de nieve ha adelantado la recogida del ganado y miran con recelo el invierno que se avecina. 

«Ahora es cuando se va a notar la subida de los precios», dice el presidente de la Asociación de Ganaderos de las Siete Villas, Pedro Medel, que, junto a la subida del gasóil, ahora teme que el incremento del pienso suponga un sobrecoste de hasta 4.000 euros a las explotaciones. 

«El futuro es incierto y el ganado extensivo lo va a pasar mal con la presión que hay, sobre todo del lobo», reconoce.Y es que, el daño que ha provocado esta especie ahora protegida se llevó por delante el año pasado entre 400 y 600 cabezas de ganado en la comarca, de acuerdo con los datos de Medel.  Este 2021 reconoce que ha habido menos bajas, pero indica que el lobo ya se ha extendido hacia la zona de Anguiano y Piqueras, que excede al control de la asociación. «La oveja está más controlada con los mastines, pero el ganado mayor lo está menos y es más vulnerable a los ataques del lobo», indica.

La situación para la ganadería extensiva no es la mejor. La subida de los costes de producción es la «puntilla» para el sector, que viene arrastrando los problemas provocados por el lobo y por los recortes y nuevas exigencias de la PAC, recuerda el técnico de UPA Rioja, Néstor Alcolea.

«Todas las explotaciones son inviables con los precios que se pagan», asegura Alcolea. «Esperemos que esto pase porque de lo contrario vamos a ver que muchos van a echar el candado», advierte. 

«Nos vamos a quedar sin patrimonio de ganadería en La Rioja», protesta Ceniceros, quien defiende que la ganadería extensiva es un modelo sostenible, que ayuda a la conservación del patrimonio natural, que aporta tejido social y económico a la región y ayuda a poner coto a la despoblación del medio rural.  

Lo que todas las organizaciones profesionales reclaman es que se cumpla la ley de cadena alimentaria, que obliga a que se paguen precios que están por encima de los costes de producción. 

«7.000 EUROS MÁS EN PIENSO EN UN MES». Paula Fontecha es, a sus 25 años, la dueña de la explotación avícola Fontecha, situada en Nájera. Pese a su juventud lleva siete años al frente del negocio familiar que en su día regentó su padre. Es la segunda empresa avícola más grande de La Rioja, cuenta con cinco empleados y contabiliza en su granja un total de 23.000 aves. Una cifra que, teniendo en cuenta la escalada de precios del pienso, hace que alimentarlas sea cada día más costoso. Solo en el último mes, el kilo de pienso ha tenido que pagarlo diez céntimos más caro, que ha abultado la factura en 7.000 euros de sobrecoste.  Pero no es el único que ha tenido que asumir. En lo que va de año, el cartón ha subido cuatro veces su precio y ha visto cómo se ha encarecido un 30%. A ello suma el incremento de los estuches de huevos en un 15%. Pero tampoco olvida las subidas que han experimentado el gasóil o la luz. Este aumento de los costes de producción se ha trasladado al precio final del producto, que cuesta entre 10 y 15 céntimos más. «Los huevos han subido pero no compensa porque todo se ha encarecido mucho», dice. Pese a los sobrecostes, ha visto cómo desde el verano han aumentado las ventas, y muy especialmente desde que la hostelería ha ido recuperando paulatinamente la actividad. Y es que, el 60% de su producto va a parar a este sector, mientras que el resto se distribuye en tiendas de la región, así como en comunidades y localidades vecinas como Navarra, Miranda de Ebro y Álava. 

Aunque los tiempos sean complicados no va a caer en el desánimo. «Me han dado el negocio hecho pero luego hay que mantenerlo; tienes muchos quebraderos de cabeza, pero compensa porque sigo con el negocio de mi padre», afirma.

LA SIEMBREA, AFECTADA POR LOS FERTILIZANTES. El campo riojano no es ajeno tampoco a la subida de los insumos. La campaña de siembra se está viendo ennegrecida por los altos costes de producción como la subida de los fertilizantes, fitosanitarios y gasóleos, que han llegado a doblar su precio. Una de las opciones que están barajando los agricultores para sortear el encarecimiento de los insumos es emplear menos cantidad de abono, lo que inevitablemente repercutirá en la producción final de la cosecha. «No sé ni lo que vamos a hacer. Los costes han aumentando tanto que tienes que repercutirlo», señala el agricultor Jaime Urbina. 

Este profesional se queja de que la situación que vivía el campo estaba ya maltrecha, y que ahora la incertidumbre es máxima ante la constante escalada de los costes. Lamenta que, por ejemplo, el glifosato, que se utiliza para el cereal o el viñedo, se ha duplicado. «Antes costaba 3,5 euros y ahora no lo encuentras por menos de 7 euros». A ello suma el nitrato, que «cada día pide más dinero» y ha llegado a superar los 600 euros la tonelada. 

Las organizaciones agrarias alertan de que la situación es insostenible para el campo y urgen a que se tomen medidas. «Los agricultores estamos en una situación que no se puede aguantar más», denuncia el presidente de la UAGR-COAG, Óscar Salazar, quien indica que en la actualidad «no está siendo un sector atractivo porque las políticas no son adecuadas ni se está pagando por encima del coste de producción».

En la misma línea abunda Igor Fonseca, secretario general de ARAG-ASAJA, quien reclama medidas «excepcionales», como bonificar la subida de los insumos y que se ponga «coto» a las malas prácticas.