Internet y adolescencia, un binomio de riesgo

Víctor Zurrunero
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La Guardia Civil imparte charlas a padres y alumnos en centros escolares de la región donde les explican los peligros de un uso inadecuado de la red y las herramientas para protegerse

El portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, Miguel Ángel Sáez, imparte una charla sobre ciberseguridad. - Foto: Ingrid Fernández

El uso de internet y las nuevas tecnologías han abierto un campo infinito de posibilidades. A través de la red se puede trabajar, comprar, buscar opciones de entretenimiento y relacionarse con otras personas. Pero navegar por el ciberespacio no está exento de peligros, un riego que se puede minimizar con un uso adecuado de las herramientas digitales. Si bien, cualquier persona puede estar expuesta a ser víctima de un ciberdelito, los menores de edad son un colectivo especialmente vulnerable, sobre todo en la edad de la adolescencia. 

 Para promover un uso correcto de internet y de las redes sociales entre los menores de edad, la Guardia Civil imparte unas charlas por los institutos de la región. Una iniciativa que forma parte del Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad de los Centros Educativos. Desde comienzos de año, se han realizado aproximadamente medio centenar de encuentros con padres y alumnos en institutos de diferentes localidades. 

«Visitamos los centros  hablando del uso adecuado de internet y las redes sociales, pero también del acoso escolar, las bandas juveniles, o la prevención del consumo de drogas y alcohol», apunta el portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, Miguel Ángel Sáez, quien  destaca que, a la vez, supone una oportunidad para acercar a los jóvenes la labor de la benemérita.  

Sáez visitó ayer el colegio Villa Patro en Lardero, donde impartió dos charla a alumnos de quinto y sexto de primaria. «En los actuales procesos de aprendizaje, las nuevas tecnologías están incluidas en el día a día de los estudiantes», afirma la directora del centro escolar, Paula Santo Domingo, quien considera la incitativa como muy positiva porque «ellos saben manejar perfectamente ese tipo de herramientas y aplicaciones pero es importante que conozcan qué peligros pueden encontrarse». 

Además, SantoDomingo también cree que es importante que los alumnos sepan «actuar de forma crítica cuando interactúan en una red social, comparten fotografías o se descargan alguna aplicación».

Las nuevas generaciones forman parte de un grupo de población que muchos califican como ‘nativos digitales’ ya que tienen incorporado el uso de la tecnología en todos los aspectos de su vida de una forma natural. Algo que puede suponer una ventaja, pero también supone una mayor fragilidad para ser víctima de ciertos delitos cometidos a través de la red, como el ciberacoso o la actuación de pedófilos. Unos riesgos de los que los adolescentes no son conscientes o ignoran su existencia. « La mayoría de las veces se sorprenden con muchas cosas que les contamos porque desconocen las tácticas y argucias» que utilizan personas mal intencionadas. 

«Ellos no dan importancia al concepto de la privacidad», apunta Sáez, que es un aspecto fundamental porque no son conscientes de que todo el material que publican o comparten en la red se queda ahí y «puede afectarles en un futuro». 

Prácticas como el sexting, que consisten en mandar fotografías personales de contenido erótico, puede desencadenar en situaciones conflictivas e incluso acarrear hechos delictivos por el uso de dicho material.

 Previamente a la charla con los alumnos, se imparte a los padres. « Primero se hace con la familias, para que ellas conozcan lo que se va contar en el aula», explica Santo Domingo y destaca que este tipo de información la consideran «muy necesaria». 

«Muchos padres se quedan asombrados de los contenidos a los que pueden acceder su hijos a través de internet», asegura Sáez. 

Tanto padres como alumnos descubren, por ejemplo, las técnicas que utilizan los pedófilos para captar a menores, principalmente en chats o juegos online. Se ocultan bajo perfiles falsos, haciéndose pasar por niños de edad similar a las víctimas y, a través de engaños, les convencen para que les manden material de contenido sexual con el que poder extorsionarles y que acudan a una cita con ellos.