"Hay un gran esfuerzo por atraer médicos de otras regiones"

Gustavo Basurto
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La consejera de Salud del Gobierno de La Rioja, María Somalo, repasa en una entrevista con El Día de La Rioja las principales cuestiones de la sanidad riojana

María Somalo, en su despacho de la Consejería de Salud, en una imagen de archivo - Foto: Óscar Solorzano

Hace dos semanas se hacía cargo de la Consejería de Salud, todo un desafío en medio de una pandemia. María Somalo tiene por delante, además, el reto de sentar las bases de la sanidad de la nueva era. La consejera de Salud repasa en una entrevista en El Día de La Rioja las principales cuestiones de la sanidad riojana.

 

Usted ha llegado al cargo en plena sexta ola de la pandemia, en un momento en el que los expertos apuntan que se ha alcanzado el pico de forma inminente y los datos de contagios e incidencia indican una clara mejoría. ¿Más pronto que tarde tendrá que ocuparse de los problemas de la sanidad en general o queda covid para rato?

La previsión y el deseo es que quede covid para poco tiempo, pero en esta Consejería se vienen trabajando de manera simultánea en la gestión de la pandemia y de las cuestiones ordinarias de la sanidad. Mi intención es avanzar en esas cuestiones ordinarias, que hagan que la calidad de la sanidad riojana mejore en lo posible en el menor plazo posible.

 

En su toma de posesión citó como objetivo contribuir a cambiar el sistema sanitario riojano para darle a la ciudadanía la sanidad que merece. ¿Hay muchas carencias?

La pandemia ha incidido de manera importante tanto en la atención primaria como en la hospitalaria. Fundamentalmente, en servicios básicos de atención primaria, como pueden ser la atención de los médicos de familia y de los de emergencia o la hospitalización a domicilio. Evidentemente, la situación de la pandemia ha hecho que estos servicios de atención primaria hayan estado y, en cierto modo, sigan estando tensionados. Pero, esa tensión que todavía se mantiene está haciendo que la atención primaria, en general, salga reforzada.

 

¿Cuál es la primera medida que ha tomado o tomará en ese reto de mejorar el sistema?

Muchas de las mejoras están ya comenzadas y en desarrollo en distintos ámbitos. La principal prioridad es finalizar los compromisos de reversión de los servicios privados al ámbito público; y en ese sentido el camino está en gran medida hecho y están prácticamente cumplidos todos los acuerdos de gobierno del Partido Socialista con Izquierda Unida y Podemos. Quedarían tres grandes cuestiones por resolver en 2022 en lo que queda de legislatura. A partir del 1 de abril la internalización del transporte sanitario en la empresa pública recientemente creada. Queda por finalizar la conversión de la Fundación Hospital de Calahorra en una fundación pública sanitaria, con la integración o subrogación del personal dentro del Servicio Riojano de Salud, una iniciativa que está ya en vía parlamentaria. Y queda pendiente la internalización para su gestión pública del servicio de hemodiálisis, que se incorporará al cien por cien en el ámbito del Hospital San Pedro. Oftalmología, con las operaciones de cataratas, ha sido uno de los servicios recuperados para la sanidad pública.

 

¿Se mantiene en el San Pedro el ritmo de intervenciones que había en la clínica privada de los Manzanos?

El número de operaciones que se externalizaban eran unas 450 al año y ahora se hacen internamente. La recuperación de servicios a lo público está funcionando con normalidad; no hay más retrasos que los normales por la situación de pandemia.

 

¿Cómo cree que será la convivencia con el coronavirus en los próximos años?

Una vez superada esta sexta ola, lo que tenemos que hacer todos es intentar integrar la convivencia con el virus en todos los aspectos de la vida diaria. Y lógicamente habrá que integrar esa convivencia en el ámbito de todos los servicios sanitarios públicos. Al final, el virus y la pandemia nos han dejado una situación de cansancio generalizado, pero también han hecho que determinados servicios que han tenido que inventarse o reinventarse se queden en un futuro como un añadido. Por ejemplo, la telemedicina, con la gestión de la sanidad de medios que no son estrictamente los presenciales; son herramientas que vienen a sumar en la mejora de la calidad de servicio, siempre que se puedan compaginar con la actividad presencial, que ha sido siempre predominante.

 

¿No cree que la telemedicina genera un cierto temor en personas mayores que piensen que perderán contacto directo con su médico?

Para eso se está ya dando flexibilidad para que, dependiendo de los colectivos de que se trate, puedan optar a la modalidad de servicio que les resulte más apetecible. En atención primaria ya se da la opción de elegir la atención presencial o la modalidad vía telefónica o telemática. Aquellos colectivos, como puede ser el de personas mayores, que tienen menos habilidades digitales y que prefieran ser atendidos por el método presencial tradicional, puedan optar entre una cosa y otra. Para otros sectores, como la población más joven, que tenga que conciliar vida laboral y familiar, puede ser más efectivo el contacto telemático o telefónico sin tener que acudir a consulta.

 

Una de las carencias recurrentes, también en otras comunidades, es la falta de médicos. ¿Cuántos se necesitan en La Rioja?

Durante todo 2021 se ha hecho un esfuerzo tremendo en cuanto a captación de profesionales de otras comunidades autónomas y sobre todo respecto a la posibilidad de estabilización de profesionales, médicos y personal de enfermería, que ya estaban trabajando en la sanidad riojana. En las ofertas de empleo público se ha hecho un esfuerzo importante por hacer las convocatorias que estaban pendientes desde 2018. Y esas ofertas de 2018 a 2021 supondrán la incorporación y estabilización en plantilla de aproximadamente 489 profesionales. Y ya ha tenido su efecto, porque en 2021 se han incorporado 59 médicos de atención primaria y cinco pediatras.

 

Da la impresión de que hay una especie de competición entre comunidades por fichar facultativos y tradicionalmente se ha dicho que Navarra y País Vasco ofrecen sueldos más altos, pero también están Castilla y León o Aragón en esa 'carrera'.

Se está haciendo un esfuerzo grande para atraer profesionales de comunidades autónomas limítrofes, que tradicionalmente eran las que nos quitaban, por así decirlo, ese personal. Y estamos consiguiendo que la situación revierta, no solo mejorando las condiciones laborales de los profesionales, sino también consiguiendo que La Rioja sea un destino atractivo con otras series de complementos, como la posibilidad de darles un desarrollo profesional o la incorporación a proyectos innovadores importantes. En el último mes se ha producido la incorporación de profesionales de Navarra y estamos consiguiendo también que médicos MIR se queden en nuestra comunidad autónoma, cosa que tradicionalmente era poco habitual.

 

Hay médicos jubilados que se han reincorporado a labores administrativas y asistenciales. ¿Llegarán más?

En general, en 2021 entre contrataciones de personal eventual e interinos ha habido aproximadamente 370 y de esos, 293 siguen estando como personal interino de refuerzo a día de hoy en el Seris. Es un complemento importante. En cuanto a los médicos jubilados, tenemos cinco en Atención Primaria y tres en el hospital San Pedro.

 

La presidenta del Colegio Oficial de Enfermería se quejaba hace poco de que estos profesionales están muy 'quemados' por la pandemia. ¿Qué le parece ese lamento?

Efectivamente, entendemos que los profesionales de enfermería están cansados, porque están haciendo un gran esfuerzo, pero la tensión la tienen también el resto de colectivos del sistema porque hay un problema estructural en toda España por falta de personal médico y de enfermería. Y esa escasez hace que todos tengamos déficit de personal de enfermería. Ya, ni siquiera la mejora de las condicionales laborales puede paliar ese déficit estructural. Y en ese sentido, todos debemos ser flexibles, y creo que el Colegio de Enfermería también lo debería ser, a la hora de facilitar la incorporación, a determinadas tareas, de profesionales afines. No se puede exigir que haya enfermeros en un número suficiente y que realicen solo determinadas tareas, cuando todos sabemos que no hay personal de enfermería suficiente para atender esas necesidades. El Colegio de Enfermería dice que el problema no es la falta de enfermeras; pero si no lo es, que nos digan dónde están, que las contratamos. Y resulta que luego no hay enfermeras para contratar. Es una realidad que se ve de manera diferente desde el punto de vista de quien quiere contratar al del Colegio de Enfermería, que alega que ese no es el problema.

 

La tendencia descendente en los contagios y una presión hospitalaria que no es agobiante han permitido relajar las restricciones. Pero pese a ello se han seguido produciendo muertes por covid.

Tenemos que decir que hay fallecimientos que en principio se catalogan como covid, pero que muchas veces responden a personas de avanzada edad que en ocasiones tienen ya pluripatologías crónicas severas, por lo que muchas veces se podría decir que se fallece con covid pero no por covid. En el caso de fallecimientos de personas de mediana edad, que no tienen esos problemas crónicos, sabemos que aproximadamente el 70 por ciento de ellas no tenía la pauta completa de vacunación.

 

Una vez suprimidas esas restricciones, ¿cómo se conjugará esa mejoría en los datos con la prudencia a la que siempre apela Salud?

Tenemos que estar un poco pendientes de lo que hacen las comunidades autónomas vecinas, porque intentamos ir un poco a la par y de manera coordinada para evitar el efecto llamada que pueda haber, sobre todo referido al ocio nocturno. Pero creo que en cuanto a presión asistencial estamos en una situación considerablemente mejor que Navarra, País Vasco o Aragón.

 

El Gobierno ha decidido mantener el pasaporte covid. ¿No comparten la impresión de algunas regiones que cuestionan su eficacia?

Lo que tenemos claro es que el pasaporte covid ha tenido su efecto, al menos respecto al aumento de personas que han tomado la decisión de vacunarse, cuando hasta ese momento no habían hecho esa reflexión. Entendemos que el beneficio de esa vacunación añadida que ha venida como consecuencia del establecimiento del pasaporte covid compensa, y mucho, las posibles molestias que pueda ocasionar, tanto para el sector de la hostelería como para los ciudadanos. Es una medida que, de momento y aunque solo sea por el incremento en el número de vacunas, ha tenido su efectividad.

 

¿Cuál es el reto ahora en cuanto a la vacunación?

Afortunadamente nos quedan pocos retos, porque tenemos un nivel y un ritmo de vacunación elevados. Aproximadamente el 92 por ciento de la población riojana tiene la pauta completa y alcanza aproximadamente el 96 por ciento de vacunados con al menos una dosis. Esos datos nos hacen estar en una posición privilegiada respecto al resto de España. Y respecto a la vacunación pediátrica, estamos en torno a un 60 por ciento de vacunación de los menores de 5 a 11 años y a finales de mes alcanzaremos probablemente el 70 por ciento de vacunados con una dosis en ese intervalo de edad. No solo se ha acabado la vacunación en los colegios, sino que se está acometiendo por parte de personal del Hospital San Pedro las repescas de alumnos por estar en confinamiento o ser positivos no pudieron ser vacunados en sus colegios. Y además se va a habilitar el Hospital San Pedro un sábado de cada mes para que sea un punto de vacunación con autocita para puedan acceder niños.

 

¿Se puede dar un plazo para alcanzar el famoso pico de la sexta ola?

Hablando desde la prudencia, hace dos semanas estaba previsto para la primera semana de febrero y luego fue bajando hasta el 22 o 23 de enero, con lo que podemos decir que probablemente ya estemos meseteando.

 

¿Se mantendrán las operaciones quirúrgicas por la tarde para reducir las listas de espera?

Esa medida se puso en marcha en marcha en septiembre y se mantuvo hasta el 22 de diciembre. La voluntad es retomar las intervenciones quirúrgicas en horario de tarde, como una posibilidad que se quede ya de manera ordinaria.

 

Hay quejas entre los usuarios porque se tardan varios días en conseguir una cita en los centros de salud. ¿Es un plazo de espera normal?

La previsión es ir acortándola lo máximo posible con la progresiva incorporación de médicos de atención primaria que irán llegando con las ofertas de empleo público. Hay que decir también que se ha aumentado de seis a diez minutos el tiempo dedicado a cada paciente en la consulta, lo que provoca un retraso, pero se gana en calidad. Pero estamos recuperando poco a poco y progresivamente la normalidad.


El plan de atención continuada, que tantas protestas generó en el ámbito rural en su día, ¿es ya historia?

En un principio es historia, porque ahora mismo se ha superado 2021 sin que hayamos tenido que cerrar ni un solo centro de salud ni consultorio médico. Se ha tenido que hacer encaje de bolillos para que la atención en el ámbito rural sea la máxima posible y con la mayor calidad posible. Actualmente, se presta de manera normal, con atención presencial. Uno de los retos de futuro es que vaya teniendo la mejor calidad posible. La incorporación de médicos de atención primaria y la progresiva asignación de los pediatras de nueva incorporación también dará un respiro importante a la atención en el mundo rural.

 

Hay una demanda histórica en Lardero y Villamediana, poblaciones con gran crecimiento, que se quejan de tener que ir a urgencias al centro de salud de Alberite. ¿Se va a cambiar esa situación?

En un principio tenemos previsto hacer inversiones en centros de salud en algunos municipios y Alberite es uno de ellos. Está en la previsión de inversiones.

 

Usted abogó por aumentar la coordinación con Servicios Sociales. ¿En qué se traducirá?

Es un reto que tenemos que acometer dentro de la mejora de la calidad del servicio en el ámbito sociosanitario. Probablemente estemos ahora ante una oportunidad única para avanzar en esa necesaria coordinación sociosanitaria. No podemos obviar que en La Rioja tenemos una población envejecida, con un porcentaje superior a la media española, y una esperanza media de vida de 81 años en hombres y de casi 87 en mujeres. Tenemos claro que a partir de ahora será prioritaria la atención al envejecimiento y a la cronicidad en las patologías y tanto la atención primaria como la coordinación sociosanitaria tienen que ir enfocadas a dar la debida respuesta a este perfil. Para ello, sanidad y servicios sociales deben ir de la mano, porque la demanda de recursos sociosanitarios va a ser mucho mayor. Y debemos dar una respuesta, por ejemplo coordinando de la mejor manera posible las relaciones de los centros de salud con las residencias de mayores y las de discapacidad.

 

Con lo aprendido en la pandemia, ¿es preciso cambiar el sistema de funcionamiento de las residencias de mayores?

Son cambios que se venían anticipando y que la situación de la pandemia ha puesto de manifiesto esa necesidad. Hay que acometer cambios no solo en el sistema estructural de las propias residencias, que tradicionalmente oscila entre el modelo hotelero y el hospitalario. Y tenemos que hacer que se vayan acercando lo más posible a lo que es el diseño de un hogar en condiciones de seguridad. La tendencia será a que las personas mayores estén en unidades de convivencia en foros más pequeños que permitan, en situaciones de pandemia, acometer las debidas sectorizaciones, de forma que se dificulte la transmisión del virus y que estén en un entorno lo más parecido a sus hogares.

 

¿El futuro del hospital de La Rioja se vislumbra como centro para subagudos?

Los planes están muy avanzados y tienen mucho que ver con esa tendencia al envejecimiento y a la cronicidad. La previsión es convertirlo en una especie de hospital de la fragilidad o de la cronicidad; especializar los servicios, como puede ser centralizar toda la rehabilitación en el Hospital Provincial y convertirlo en un recurso para atender con continuidad necesidades que vengan del ámbito de la dependencia, de la fragilidad o de la cronicidad en general.

 

¿Qué planes tiene para el Centro de Investigación Biomédica?

Para el Cibir hay un proyecto importante para convertirlo en un instituto de investigación sanitaria. Creemos que será un paso importante para consolidar todos los proyectos de investigación en marcha, y también para acceder a la financiación estatal y europeos de otros de mayor envergadura aún. También se han introducido proyectos relacionados con el big data, que van a resultar interesantes en el futuro.