La apertura de la hostelería en Logroño tras un mes de cierre se ha visto condicionada por la prohibición por parte del Ayuntamiento a los bares de Laurel y San Juan de ubicar barricas y mesa altas en la calle, lo que ha causado una mezcla de perplejidad e indignación entre los profesionales, que quieren que las cosas sigan como estaban.

El alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, informó ayer de que estos días se estudiará con el sector hostelero del centro cómo disponer el mobiliario en la calle, que está prohibido por una normativa vigente desde mayo, sustentada en la falta de distancia para el tránsito peatonal.

Los hosteleros de Laurel confían en que ese encuentro se produzca este miércoles y sirva para solucionar una medida que rechazan. «Esperamos solventar un tema que nos ha creado el Ayuntamiento», avanza el presidente de los bares de Laurel, Fernando Elías, que defiende la instalación de mesas y barricas. «Será mejor tener tres o cuatro personas colocadas alrededor de una mesa, con su comida y bebida, que deja sitio para poder pasar porque si no las hay, la gente se sitúa en las calles y  ocupa toda la vía pública, lo que es peor», argumenta.

Elías muestra su incomprensión ante la medida adoptada por el Consistorio y exige una justificación. «Nosotros no lo sabemos», afirma y asegura que nadie les ha explicado cuál es la razón para retirar el mobiliario de la calle.

«¿Por qué ahora, de repente, hay que quitarlo? ¿Qué problema está generando?», se pregunta el hostelero, que señala que «nadie les ha informado» de que esta medidas está vigente desde mayo. «Nadie sabe por qué se ha hecho esto, por qué se ha cambiado y con qué criterios», reitera el presidenta de la Asociación de Laurel que, de la misma manera, exige que se defienda con argumentos sólidos que su retirada es una medida obligada por la pandemia.

«Una vez que las conozcamos, las estudiaremos con ellos, pero no pueden decir que la normativa data del 8 de mayo y no aplicarla hasta noviembre», recalca Elías, que recuerda que el mobiliario ha permanecido en la calle durante los meses que la hostelería ha estado abierto durante el verano.

Al respecto, el alcalde argumentó que los datos de contagios eran muy diferentes, de hecho, estaba permitido el consumo en barra y no había la misma limitación de aforos, que se fija por el Gobierno de La Rioja.