La temporada acabó abruptamente para el Balonmano Logroño el 14 de marzo. La declaración del estado de alarma canceló su persecución del Ademar León, en busca de la segunda plaza, mientras su aspiración de pelear por los cuartos de final de la Copa EHF se quedó a dos partidos. La competición, como sucedió con la Liga Asobal, se dio por concluida.

Cuatro meses después de este abrupto fin, el Logroño está de vuelta y lo hace en unas circunstancias extraordinarias. La Asobal se ha ampliado a dieciocho equipos pero aún no se ha oficializado el calendario de la temporada 2020-21 al tiempo que se desconoce si la temporada podrá arrancar con público y, en caso de hacerlo, cuál será el aforo del Palacio de los Deportes. La circunstancia no es menor dada la importancia de los abonados a la hora de cuadrar las cuentas.

Jugadores y cuerpo técnico pasaron el lunes y el partes los test serológicas de detección de la Covid y las pruebas físicas de cada pretemporada.

La vuelta al trabajo arranca a las diez de la mañana, en una sesión sin público, ni sin medios de comunicación por precaución.

Desde hoy y hasta el sábado, los de Velasco se ejercitarán en tres escenarios: el gimnasio del Palacio, la cancha y el Centro de Tecnificación del Adarraga.

Será la primera semana de trabajo de las muchas que aun aguardan hasta el inicio de la Asobal. El objetivo es recuperar los automatismos, integrar a los recién llegados y prepararse para un año cargado de incertidumbres.