La entidad social Cocina Económica prevé repartir unas 6.500 raciones de comida, la mitad de ellas calientes, entre los trabajadores temporeros que se alojen en el polideportivo universitario de Logroño durante el mes que funcionará el dispositivo especial por la vendimia, hasta el próximo 7 de octubre.

El gerente de Cocina Económica, Javier Porres, ha detallado a Efe que la pandemia de coronavirus ha obligado a cambiar la forma de distribuir la comida para los trabajadores agrícolas que se desplazan a Logroño para trabajar durante la vendimia.

Para evitar contagios, el pasado lunes, 7 de septiembre, entró en funcionamiento el alojamiento temporal instalado en el polideportivo de la Universidad de La Rioja (UR), que cuenta con 105 plazas y se completa con una carpa exterior en la que se proporcionan cenas calientes en cuatro turnos de un máximo de 25 comensales cada uno.

Porres ha explicado que el empeoramiento de la situación epidemiológica en las últimas semanas ha impedido abrir su comedor social, situado en su sede de la calle Rodríguez Paterna, donde cada día se distribuyen en fiambreras unas 90 raciones de comida y cena.

Con la apertura del alojamiento para temporeros en el polideportivo universitario, se evita que estos trabajadores tengan que pasar por la sede de esta entidad social, con lo que se reduce el riesgo de posibles contagios, ha precisado, aunque a todos los temporeros se les hace una prueba PCR para descartar que tengan COVID-19.

Cada mañana, los temporeros alojados en este espacio de la UR reciben una bolsa preparada por Cocina Económica con el "pack de trabajo", con el desayuno y el almuerzo, para que lo consuman durante su jornada laboral y que incluye fruta, dulces, pan y latas de conserva, que son productos que no se estropean.

Cuando regresan del campo pueden tomar una cena caliente, elaborada con ingredientes "más potentes", para reponer fuerzas después de un intenso día de trabajo, ha destacado Porres.

Así, desde las cuatro de la tarde, los seis cocineros de esta entidad social preparan platos calientes como legumbres guisadas, pasta, arroz y pollo, pero sin incluir cerdo, como forma de respeto hacia los temporeros musulmanes, ademá de incluir fruta, dulces, agua y pan.

Otros diez voluntarios de esta entidad social se encargan cada tarde de envasar las cenas en fiambreras desechables individuales, que después recoge un vehículo de Cruz Roja para llevarlo hasta el polideportivo universitario.

Para conservar la temperatura de los alimentos, Cocina Económica utiliza unos contenedores especiales que mantienen el calor de la cena mientras se sirve en los diferentes turnos, que comienzan a las ocho de la tarde.

La carpa comedor, que cuenta con suelo de tarima, tiene 25 mesas individuales separadas por la distancia reglamentaria que marca la normativa sanitaria, de más de 1,5 metros.

Además, para evitar que se mezclen los grupos de temporeros, se ha hecho una separación por colores (rojo, amarillo, verde y azul) que les identifica a la hora de las cenas con el fin de minimizar los contagios.

Después de cada turno, que se extiende durante media hora, los voluntarios se encargan de limpiar y desinfectar las mesas y sillas del comedor instalado en esta carpa.

Porres ha detallado que, durante esta semana, el día con mayor afluencia de comensales ha habido 70 temporeros, pero Cocina Económica siempre prepara 105 raciones cenas calientes y 105 "packs de trabajo", pero "no se tira nada", ya que la comida que sobra se distribuye entre familias con dificultades.

Ha agradecido la colaboración y coordinación lograda entre los voluntarios de Cruz Roja, Cáritas, trabajadores sociales del Ayuntamiento y miembros de la Iglesia de Jesucristo de los últimos días -conocidos como mormones-, quienes ayudan todos en la distribución de las cenas.