Objetivo: fuertes en casa

Roberto Morales (EFE)
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El Madrid tiene que superar su miedo como local en Champions para poder eliminar al Atalanta

Objetivo: fuertes en casa

El Real Madrid recibe este martes al Atalanta con el reto de superar dos años de estancamiento en los octavos de la Liga de Campeones, con el poderío goleador del equipo italiano como gran peligro, el recuerdo de dos derrotas de local en sus dos últimas eliminatorias europeas y la necesidad de recuperar la fortaleza en casa, donde solo ganó tres de sus nueve últimas citas.

La impotencia marcó los dos últimos encuentros del cuadro merengue en su estadio en los octavos. Goleado por el Ajax y sintiéndose inferior ante el Manchester City. Fueron partidos que extendieron una dinámica negativa en la competición de mayor prestigio, apenas tres triunfos en sus nueve últimos choques de local.

Las obras del Bernabéu se iniciaron con una pérdida de poderío del ‘rey de Europa’ en su templo. Solo había ganado tres partidos -Roma (3-0), Viktoria Pilsen (2-1) y Galatasaray (6-0)-, de sus 10 últimos como equipo local y todos ellos en la fase de grupos de dos ediciones.

El dato era demoledor para un club que quiere volver a reinar en el continente. Hasta la visita hace un año del City, Zidane, el técnico de las tres Champions consecutivas, solo había perdido un partido de local en una competición a la que tenía tomada la medida. Rumbo a esas tres conquistas históricas, solo la Juventus fue capaz de derrotarle en el Bernabéu (1-3). Y lo hizo en un choque de vuelta de unos cuartos de final encarrilados en Turín con tres tantos de ventaja que provocaron el bajón de intensidad.

El ‘factor Bernabéu’ fue clave en la primera etapa del galo en el banquillo madridista. En la segunda, rebajó su influencia. Desde su adiós tras la conquista de la decimotercera Copa de Europa en Kiev, el Madrid dejó de imponer respeto en su casa. Lopetegui ganó los dos que le dio tiempo a dirigir, ante Roma y Viktoria, pero la derrota ante el CSKA Moscú con la que cerraba la fase de grupos (0-3), en un duelo que no se jugaba nada pero que sirvió de aviso a lo que estaba por llegar, dio paso a un desplome en octavos del que el madridismo no se acordaba.

La segunda peor goleada, encajada con una debilidad defensiva sin precedentes en competición europea en el Bernabéu, la firmó ante el Ajax tirando por tierra la ventaja de la ida. Ese 1-4 sentenció a Solari. 

A Zidane le ha costado recuperar la fortaleza en casa tras su regreso al banquillo. Tres victorias, dos empates y dos derrotas. En la pasada edición, el modesto Brujas y el PSG igualaron en el Bernabéu con el mismo marcador en la fase de grupos (2-2). Acabó segundo y el sorteo deparó un cruce temido, el Manchester City de Pep Guardiola. El examen de altura no lo superó (1-2).

Y con esa fragilidad inició la presente edición de la Champions. Sufriendo un revolcón de un equipo repleto de bajas como el Shakhtar Donetsk, que le endosaba tres tantos en la primera mitad (2-3). Es el último capítulo de debilidad madridista. Ya en el estadio Alfredo di Stéfano, donde perdió ese encuentro pero se rearmó ante el Inter y el Mönchengladbach.