La ansiada y exitosa celebración esta semana de dos festejos de altura como son las Fallas de Valencia y la Goyesca de Ronda, en Málaga, ha hecho posible olvidar momentáneamente una pandemia que obligó a suspender ambos eventos -como tantos otros- el año pasado por la crisis sanitaria desatada por el coronavirus. Dos citas de lujo que han podido regresar en este 2021, con las que no solo se ha podido recuperar el típico bullir de alegría y emoción, sino que también funcionan como experimento de cara a los próximos meses para saber si las grandes fiestas pueden ya convivir con la COVID-19.

Con más de cinco meses de retraso respecto a su fecha tradicional y la sensación de cierta normalidad, Valencia ha acogido estos días las Fallas 2021, que ayer tuvo una de sus jornadas grandes con el espectáculo pirotécnico de la Nit del Foc, además de la continuación de la Ofrenda a la Virgen. Todo ello fue la antesala de la Cremà, que empezará a las 20 horas (un horario especial debido, precisamente a la pandemia) con la quema de los más de 700 monumentos y acabará a las 23 horas, cuando sea pasto de las llamas la falla municipal Esto también pasará con el rostro de la meditadora, ahora sin la mascarilla que fue símbolo de la resistencia al coronavirus. 

De esta manera, Valencia pondrá fin a las Fallas suspendidas en 2020 y aplazadas de nuevo el pasado marzo por la COVID. Más allá de la emoción y la diversión propias de estas fiestas, las medidas sanitarias -estricta distancia de separación en los desfiles y el uso de la mascarilla- han estado presentes en todo momento, sin que haya que reseñar apenas incidencias relacionadas con las restricciones. Así, la Ciudad del Turia se centra ya en recuperar la plena normalidad festiva en marzo de 2022.

Sin Cayetano

Y de los vestidos falleros a los trajes de luces, el mundo taurino también consiguió recuperar ayer una de las fechas más tradicionales de su calendario con el esperado regreso de la Goyesca de Ronda.