La decepción de no haber sido elegida Ciudad Verde europea en 2023, galardón al que aspiran Helsingborg (Suecia), Cracovia (Polonia), Sofía (Bulgaria) y Tallín (Estonia), no ha desanimado al Ayuntamiento de Logroño, cuyo alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, reiteró ayer que volverá a optar a la siguiente convocatoria, la de 2024, cuyas bases espera que se publiquen el próximo septiembre.
Acompañado por los concejales de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, y de Medio Ambiente, José Manuel Zúñiga, el primer edil de la capital dio ayer cuenta de la valoración realizado por la Comisión europa para un proyecto «de ciudad», que se desarrolla con vistas a medio plazo, y que exige la implicación de «todas las personas colectivos y empresas».
El alcalde, que se mostró satisfecho con el hecho de que Logroño se colocará en el «selecto grupo» de finalistas, afirmó que en la evaluación se ha valorado el uso sostenible del suelo, la biodiversidad y el proceso de naturalización de la ciudad, además del crecimiento de parques, la descripción exhaustiva del arbolado o la movilidad sostenible.
Pero también recoge aspectos en los que es «necesario mejorar, para estar, a corto plazo, en mejores condiciones para volver a presentar una candidatura, como la calidad del aire, la gestión del agua, el ruido, la eficiencia energética y la información, sensibilización y participación de la ciudadanía en el proceso.
Sensores y tuberías. El informe sugiere mejorar en aspectos como la medición de la calidad del aire, rebajar el ruido, mejorar la eficiencia energética con tecnología led o impedir la pérdida de agua por las tuberías. Para corregir todos estos defectos, Hermoso de Mendoza avanzó que se desplegarán sensores que medirán la calidad del aire y espera en unos meses actualizar el mapa de ruidos de la capital para poner el acento, sobre todo, en el provocado por el tráfico. Se insistirá en la tecnología led en el alumbrado público y se actuará en abastecimiento de agua. «Hay un porcentaje elevado de tuberías de fibrocemento y la Comisión se centra, más allá del material, en identificar y definir la cantidad de agua que se puede estar perdiendo», apuntó el alcalde, que señaló como necesario renovar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que data de 2013, y aumentar la «escasa» utilización del transporte, con un porcentaje de uso del 9%. Concienciar para reducir el empleo de plástico es también una de las exigencias de la Comisión Europea para lograr un galardón «que no te lo regalan» y que permitirá avanzar en una candidatura «sólida».