"Es increíble que el 22% de la gente siga fumando"

Gustavo Basurto
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La presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer de La Rioja asegura que en la región no se han parado ni los diagnósticos, ni los tratamientos ni las operaciones oncológicas por la covid

Elena Eguizábal, en la sede de la Asociación Española contra el Cáncer de La Rioja. - Foto: Ingrid

La palabra esperanza está omnipresente en la sede de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en La Rioja; empezando por la charla con su presidenta, Elena Eguizábal, que no desdibuja la sonrisa en ningún momento, aunque en esa ‘casa’ se afronten temas muy serios. La asociación es mucho más que las huchas un día al año. Eguizábal desgrana cómo funciona la entidad en sus tres ejes: prevención, acompañamiento y apoyo e investigación. Eguizábal dirige una de las asociaciones más queridas por la sociedad. 400 voluntarios, 12 profesionales y 5.700 socios dan vida a la Asociación Española contra el Cáncer de La Rioja, que ofrece esperanza de vida a miles de riojanas y riojanos. 

 

El pasado miércoles, la AECC realizaba su cuestación anual. ¿Cómo ha ido este año la jornada en La Rioja en cuanto a dinero recaudado?
No lo tenemos aún cerrado, pero estimamos que sea parecido al año pasado, cuando se recaudaron 17.000 euros. La gente es muy solidaria.

 

Este año, dedicarán los fondos obtenidos a ayudas a personas afectadas por cáncer que lo necesiten. ¿La covid ha empeorado la situación económica de los enfermos tumorales por encima de la media?
Sí, porque todo suma. A los ERE, pérdidas de trabajo y bajas habituales de los enfermos oncológicos se han unido los ERTE propios o de familiares. El coste medio estimado para una familia en la que entra el cáncer es de 9.000 euros. El grueso lo cubre la Seguridad Social, pero hay medicamentos, tratamientos, cuidados y pérdidas de ingresos. Por eso este año, el lema de la cuestación era ‘La otra cara de la moneda’. Las ayudas directas que damos a personas con necesidades económicas han aumentado un 70 por ciento desde 2018, pero solo en este primer trimestre en La Rioja se han incrementado casi un 20 con respecto al año pasado. Damos de diez a doce ayudas al mes de unos 350 o 400 euros.

 
El coronavirus ha cambiado la vida de toda la sociedad. ¿A los enfermos de cáncer de manera especial?
Sí, porque tenían mucho más miedo al contagio, aunque eso afortunadamente parece que va pasando, con la vacuna. También tenían miedo a la vacunación, aunque después desde oncología le llamaban a cada uno para tranquilizarlos.

 

¿Ha perjudicado a los tratamientos o intervenciones oncológicas que el sistema sanitario se haya tenido que volcar con frenar la covid?
Afortunadamente, en La Rioja nos ha pasado mucho menos o casi no nos ha pasado. A nivel nacional, ha ocurrido porque se han parado consultas o por el miedo de las personas a ir al médico; el año pasado se detectó un 20 por ciento menos de tumores. En La Rioja no ha pasado eso y hemos tenido el mismo número de diagnósticos, unos 2.000. Eso es porque no se han parado los screening (cribados) de mama, colon y cuello de útero, tampoco los tratamientos de radio y quimioterapia ni las operaciones oncológicas; se ha dado prioridad al tema oncológico. Los voluntarios de nuestra asociación, que estaban vacunados, casi no han dejado de ir al hospital de día a hacer compañía a pacientes, cuando no dejaban entrar a familiares. En este sentido, casi no hemos tenido problemas en La Rioja, pese a lo fuerte que ha pegado el covid aquí.

 

Uno de los puntos fuertes de la asociación es el acompañamiento a pacientes. ¿Qué se les ofrece?
Hacemos acompañamiento y ayudamos a pacientes y familiares, con varias líneas, como el préstamo de material ortoprotésico, camas articuladas, sillas de ruedas, andadores, muletas, una motito y pelucas, o ayudas directas, para quien además de tener cáncer tiene problemas económicos; el año pasado dimos 30.000 euros. Además, prestamos ayuda psicológica, con cuatro psicólogos, a unos 1.500 pacientes activos. También tenemos un piso de acogida, servicio de fisioterapia y talleres, un grupo de cáncer de mama para que la gente recupere su vida y  atendemos a los familiares de los pacientes. Y todo gratuito. 

 

Ustedes tienen 5.700 socios. ¿Cuesta que la gente que no sufre directamente el cáncer se comprometa?
Normalmente suele ser gente que ha tenido contacto con la enfermedad, ha recibido ayuda y siente la necesidad de apoyar. O también gente puede ayudar y lo hace. La mayoría de la gente es buena y solidaria. En la cuestación siempre hay quien hace como que no te ve, pero malas contestaciones no recibimos de nadie. La gente sabe que la mayoría de las personas que estamos en la calle con la huchita somos voluntarios. La Rioja es muy solidaria y participativa. Que en una comunidad de 300.000 habitantes y una ciudad de 160.000, salgan 11.000 mujeres a la calle a la Carrera de la Mujer es una barbaridad. Y con la carrera de la bici, vendimos 2.000 participaciones en tres días, lo que es una pasada. En septiembre volveremos a hacer la Carrera de la Mujer.

 

Pese a todo, imagino que como toda asociación social necesitarán cuanta más ayuda mejor.
Toda la ayuda es poca. Hacemos un llamamiento para que la gente se anime a hacerse voluntario o socio. Es muy importante, porque el 90 por ciento de nuestros ingresos proceden de socios y de las actividades que organizamos; solo el 10 por ciento es dinero público. El que necesite que le ayudemos, que se acerque a la asociación y el que quiera ayudar como voluntario o como socio también. En esta vida, hay momentos en los que necesitamos ayuda, y hay que tener la humildad de pedirla, y en otros podemos ayudar, y hay que tener generosidad. Aquí todo el mundo es bien recibido. 

 

¿No tiene una sana envidia de la celeridad con que el mundo ha desarrollado la vacuna contra la covid, frente a tantos años de la lucha contra el cáncer en busca de curación?
Sí, pero esto ha traído una cosa buena y es que todo el mundo se ha dado cuenta de la importancia de la investigación. En el cáncer, cada tipo hay que atacarlo de manera distinta, con lo cual es mucho más difícil. Se ha avanzado muchísimo, porque ahora mismo tenemos casi un 60 por ciento de supervivencia de un diagnóstico de cáncer. En el de mama, que se ha investigado mucho, es del 90 por ciento. El objetivo de la asociación es llegar a 2030 con un 70 por ciento de supervivencia. 

 

¿Cuáles son los grandes objetivos de la lucha contra el cáncer?
Lo último en lo que se está trabajando son las vacunas terapéuticas, que pueden atacar a varios tipos de tumores. Esto, junto a la inmunoterapia, que es entrenar a tu propio sistema inmune para que ataque selectivamente a las células malas, y parece que está dando muy buenos resultados. El cáncer de pulmón se está intentando convertir, con la inmunoterapia, en enfermedad crónica. Está habiendo muchos avances. 

 

La AECC en La Rioja costea becas para investigar sobre cáncer. ¿Cómo se afronta ese coste? 
La investigación es la esperanza de todos los enfermos oncológicos. La asociación tiene 400 proyectos en toda España y 70 millones de euros involucrados. En La Rioja, aportamos a la investigación nacional una parte de las cuotas de los socios. Y con la recaudación de la Carrera de la Mujer, que este año cumplirá su sexta edición, salen cuatro becas de investigación, dos en el Cibir y otras dos en la Universidad de La Rioja, y en septiembre empezará una quinta, en la UR. En abril también organizamos una carrera ciclista, cuyo fin es igualmente la investigación. 

 

Podría pensarse que la investigación avanzada es cosa de grandes laboratorios internacionales. ¿Hay líneas prometedoras en la región?
A pesar de ser pequeños, en La Rioja apoyamos mucho la investigación, estamos muy bien y nos tienen mucho en cuenta. Una de las becadas, Iris Bermejo, trabajó en una vacuna terapéutica, con muy buenos resultados. Ahora está en Viena, pero siguen desarrollando ese trabajo Marina y Alicia. En la Universidad de La Rioja hay un equipo de bioquímica muy potente, que lleva muchos años trabajando contra el cáncer. Hay otra línea de investigación en la UR para la detección a través de un simple análisis de sangre. Y en el CIBIR se trabaja con inmunoterapia en cáncer de pulmón. Además, la globalización facilita trabajar con otros laboratorios y hay muchos proyectos conjuntos con EEUU, Europa... 

 

¿Qué reto principal tiene por delante la AECC en La Rioja?
Muchos. Tenemos un programa, en contacto con el Servicio de Cirugía del hospital, para ayudar a pacientes a los que les ponen bolsita de heces, que son unos 60 al año. Vienen aquí para que otros pacientes que han pasado por ello les ayuden a vivir el día a día. También vamos a hacer rehabilitación. Todo como sinónimo de vida y esperanza. Nuestro reto es que todo el que nos necesite, venga a visitarnos.

 

¿La batalla contra el tabaco como causa clara del cáncer de pulmón está aún por ganar?
No solo de pulmón;hay al menos 15 tipos de tumores directamente relacionados con el tabaco y con el humo. Es increíble que el 22 por ciento de la población siga fumando, con todo lo que se sabe sobre sus perjuicios. Nuestra preocupación es que los jóvenes no empiecen a fumar, y por eso damos charlas en colegios e institutos y tenemos el programa ‘Clases y familias sin humo’, con el Ayuntamiento de Logroño. Y damos muchos cursos, que atienden a unas 600 o 700 personas en un año normal. El 60 por ciento de quienes asisten dejan de fumar. Hay un furor por apuntarse, porque nos hemos concienciado todos de lo importante que son nuestros pulmones. Ahora hay siete cursos en marcha. 

 

Pese a ello, mucha gente sigue fumando, después de décadas de campañas y de información. ¿Qué queda por hacer?
Seguir en la misma línea. Creo que cada vez hay menos gente que fuma, aunque un 22 por ciento es mucho. El objetivo es que en 2030 haya una generación, la que cumplirá 18 años en ese momento, que no haya fumado nunca. Sabemos que es utópico, pero tenemos que ir hacia la utopía para conseguir algo. Ahora estamos también incidiendo en los espacios sin humos, de manera que lo que se ha conseguido con la covid de que la gente no pueda fumar en terrazas o en la playa, se mantenga.

 

En algunos tumores, como el de mama, el nivel de curación es muy  elevado. En otros, como el de páncreas, la mortandad es alta. ¿Hay expectativas de mejora en breve?
Al de páncreas le llaman el silencioso porque cuesta detectarlo. Es de los más agresivos, pero hay bastantes estudios en marcha y creo que están saliendo avances que dan esperanza. En el de pulmón hay mucha esperanza en la inmunoterapia y en el de páncreas hay estudios que animan a la esperanza. Se está poniendo el foco de interés en este tipo de cánceres más agresivos.

 

En el caso del virus del papiloma humano, el índice de vacunación en La Rioja es alto comparado con otras comunidades.
También está muy implantada la detección precoz. La verdad es que en La Rioja tenemos mucha suerte, porque está implantado casi todo lo que se puede tener, tanto en detección precoz de cérvix como de mama y colon. Y las vacunas contra el papiloma también tienen más implantación que la media. Estamos siempre insistiendo a los gobiernos en la prevención, con el screening del cáncer de mama en el camión, las citologías rutinarias para prevenir el cáncer de cuello de útero, y la detección de sangre oculta en heces para el cáncer de colon. Y trabajamos a nivel nacional para la detección precoz del de pulmón y próstata. 

 

La OMS prevé un aumento de la incidencia del cáncer del 60% en 20 años, sobre todo en países pobres. ¿El cáncer es clasista?
Puede ser, tal vez porque los hábitos de vida saludable son más caros. Comer bien es más caro que comer alimentos procesados. Influyen también el deporte y los trabajos físicos. Y sobre todo que en la sociedad del bienestar en la que estamos hay programas de detección precoz. El mayor esfuerzo hay que hacerlo en detección precoz y en investigación, porque eso es vida. En muchos países de África o de Asia, hay pacientes que cuando les ve un médico ya es tarde. En la Asociación Española contra el Cáncer luchamos por la equidad. El cáncer es igual para todos, pero no todos nos podemos enfrentar a él de la misma manera ni con los mismos recursos. 

 

También hay diferencias entre comunidades. Según la Sociedad de Oncología Médica, La Rioja es la séptima en mortandad por tumores. ¿Por qué hay diferencias de hasta 60 puntos entre regiones?
A la atención sanitaria. Aquí, el año pasado, antes de las pandemia, tuvimos un congreso de pacientes en el Cibir y ahí estaban los médicos de todas las especialidades y cuando se dirigían al público estaban como en casa, porque veían a pacientes y amigos. Quiero decir con ello que hay una enorme cercanía y eso es una suerte. ¿Por qué estamos en séptima posición? No lo sé, tal vez porque el cáncer de colon sea un poquito más prevalente aquí. Pero tenemos la suerte de estar bien cuidados si caemos.