Emilio Lozano encuentra petróleo

M. A. G-S.
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El centrocampista rescata un punto para la SDL, sin rumbo ante un Haro que debió y mereció ganar el derbi

El Haro mereció mejor suerte pero Emilio Lozano les apartó del triunfo. - Foto: Óscar Solorzano

El Haro tardará en digerir el empate del derbi. Sumó un punto insuficiente que en nada (en muy poco, la verdad) le ayuda en su objetivo de alcanzar la permanencia. La SDL sonríe, es la gran beneficiada del duelo de rivalidad regional pero ya no está para presumir. Salvó un empate y se evitó un disgusto. Los blanquirrojos, casi siempre a merced del Haro, ascienden a la tercera posición pero saben que tanto la permanencia como la lucha por las tres primeras posiciones exigirá un poco más. En los tres últimos partidos, el equipo de Albert Aguilá no ha estado a la altura tras una primera vuelta para enmarcar. 

El derbi era blanquinegro porque Álex Valiño, en su regreso, sentenció a Jero en una gran acción de Joseba. Debió bastar su estreno goleador para aliviar al colista pero no lo entendió así Emilio Lozano que, desde la distancia, firmó un gol que valió el empate pero que supo a victoria.

El Haro, que había perdonado la sentencia (Lizarraga y Manjón no supieron batir a Jero), se vio obligado a replegarse: recibió un gol en contra y, para colmo, vio como Lizarraga veía la segunda por una nimiedad. Por menos, Loza debió ser expulsado en el primer acto. De sitiar pasó a sitiado pero el empate en poco ayuda a un equipo gafado. El Haro se queda con 7 puntos, escasos para sus méritos. Ayer, los tres debieron ser suyos.

De inicio, la SDL reclamó el balón y lo tuvo, mientras que el Haro apostó por la contra. Con esta partitura, el conjunto riojano se plantó en el campo harense pero sin inquietar a Fermín Sobrón, que recuperó la titularidad. El mejor aviso local llegó con un remate sibilino de Achi. 

El Haro, bien parapetado, fue más directo. Suya fue la ocasión más clara en un balón mal defendido por Ledo. El capitán no supo si despejar o ceder a Jero. Mikel Bueno les ganó la partida pero elevó demasiado alto. Por acciones como esta el Haro pena en la última posición.

El partido se abrió y, mientras el Haro reclamaba al unísono la segunda amarilla para Loza, Achi se plantaba ante Fermín Sobrón. Le regateó pero se quedó sin hueco. No supo ni rematar, ni asistir ni avanzar. Otra ocasión al limbo.

Tras estos intercambios, el encuentro se serenó. La pauta era la misma, pero ni los locales encontraron situaciones de remate, ni el Haro pudo afilar su contra.

Tras la pausa, Valiño premió la ambición jarrera, penalizando una ingenuidad defensiva local. El recién llegado controló, se revolvió y batió a Jero que, como ante el Izarra, no pudo realizar el milagro de cada día.

La SDL, invicta hasta el pasado sábado, se veía obligada a remar. El objetivo no era el liderato, sino domestigar el vértigo de sentir el aliento de equipos Tudelano, Tarazona o Ejea. Diego Esteban no se escondió, pero el extremo no encontró socios y, precisamente, el gol no es su mejor virtud.

El Haro enfrió el partido y la SDL no supo calentarlo. Calderón, en una falta desde la frontal, lo intentó pero no encontró portería. A la contra, los de Aitor Calle se sabían fuertes pero Lizarraga, tras una gran acción de Mikel Bueno, remató al muñeco. Poco después, el ‘9’ jarrero y el último fichaje, se fabricaron una jugada que Isaac Manjón desbarató. 

Perdonó tanto el Haro que la SDL se encontró con la igualada. No la consiguió por juego, tampoco por fe. Emilio Lozano firmó una obra de arte, en solitario, para sepultar al Haro. El centrocampista condujo, levantó la cabeza y desde casi 30 metros, se marcó el golazo de su vida. Un tanto que podía cambiar el sino de la temporada logroñesa.

El empate transformó a la SDL que se volcó en la remontada. Además, de camino, vio como Lizarraga veía una amarilla escrupulosa que dejaba al Haro con diez. Castigo sobre castigo. Así lo entendió Aitor Calle que reclamó al árbitro equidad y vio como este le mandaba a la caseta. Antes de alcanzarla, el tercer portero Joseba Etxeberria también era expulsado.

Con Chacón como principal estilete, dispuesto a aprovechar la superioridad numérica, los de Aguilá iniciaron la carga final. Diego Esteban y Lacruz se prepararon para filtrar el pase decisivo pero no tuvieron la oportunidad. Faltaba frescura, descaro y gol. Se gastó todo el día del Ebro.

El Haro defendió con oficio. Se hizo con un magro punto, pero debió llevarse los tres. Es su pan de cada día. La SDL se despide del liderato. El empate le sabe a victoria. Se vio perdido pero se rescató a tiempo. La Pro exige algo más; la permanencia directa, también.