El tacto entra en el juego del marketing del vino

El Día
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El director general de Argraf asegura que las etiquetas de vino actuales no solo deben impactar por la vista, sino también por el tacto

El director general del Grupo Argraf, Alberto Torroba - Foto: ARGRAF

El director general del Grupo Argraf, especialista en España en la fabricación de etiquetas alimentarias y líderes absolutos en etiquetas de vino, Alberto Torroba, ha afirmado que "las etiquetas de vino actuales no solo deben impactar por la vista, también por el tacto". En este sentido, Torroba ha explicado a Europa Press que, a la hora de elegir uno u otro vino, entran en juego muchos factores. El conocimiento del consumidor acerca de la bodega es el más importante. Sin embargo, cuando el consumidor está delante de un lineal, en una vinoteca o en una gran superficie, experimenta una especie de "flechazo" que no en pocas ocasiones le hace decantarse por una botella y no por otra.

En ese flechazo, que apenas dura unos segundos, Torroba asegura que las etiquetas lo son todo. En solo unos centímetros cuadrados, las bodegas deben transmitir al consumidor toda una declaración de intenciones sobre la identidad de sus vinos y de su marca.

Como ha explicado Torroba, en los últimos 40 años el sector de las etiquetas de vino ha experimentado "una revolución, tanto a nivel técnico como estético". Uno y otro han ido de la mano y han hecho posible que en la actualidad se pueda encontrar un sinfín de acabados y formatos. Así, la tendencia actual es "no solo provocar impacto visual, sino también proporcionar sensaciones táctiles", ha indicado.

Materiales con texturas de terciopelo o láminas de madera son algunas de las tendencias que pueden encontrarse en el mercado. También el uso de relieves complejos, a varias alturas, están siendo cada vez más demandados.

Entre lo más novedoso, Torroba apunta a la aplicación de varios materiales superpuestos en una misma etiqueta. O incluso papeles impresos con tintas termocrómicas cuyos motivos permanecen invisibles y solo salen a la luz cuando la botella alcanza la temperatura de servicio correcta.

En este amplio mundo de posibilidades, casi infinitas, cobra especial relevancia la formación del diseñador, quien debe mantenerse al día de las tendencias, capacidades, maquinarias y acabados que puede aplicar en sus diseños. "A nosotros nos gusta pensar que si la creatividad no tiene límites, las marcas tampoco deberían tenerlos".

Con este panorama, no es difícil pensar que el sector de la etiqueta y el packaging del vino depara aún muchas y gratas sorpresas. Torroba lo tiene claro: "Vamos hacia etiquetas más trabajadas y complejas, con más elementos gráficos e, incluso artísticos; etiquetas que cuentan historias en unos pocos centímetros cuadrados y cada vez con más calidad técnica y materiales más ricos y naturales. El futuro será tecnológico y sostenible".