"Ana María Matute era una niña grande"

Efe
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El sobrino de la escritora asegura que para su tía "los niños eran lo mejor del mundo". La Rioja homenajea a la memoria de la narradora, vinculada a Mansilla de la Sierra, al dedicarle su nombre al colegio logroñés hasta ahora denominado Juan Yagüe

La presidenta Andreu y el consejero de Educación, con una alumna y un alumno del colegio Ana María Matute, que abandona el nombre de Juan Yagüe por aplicación de la Ley de Memoria Histórica. - Foto: El Día

David Matute, sobrino de la escritora Ana María Matute, ha definido este lunes a su tía como "madre, escritora, madrina y, lo mejor de todo, una niña grande", a quien apasionaban los niños, porque, como ella decía, "son lo mejor del mundo y no se les debe tener por tontos".

Así lo ha indicado en el acto oficial de presentación de cambio de nombre del colegio público de infantil y primaria Ana María Matute -anteriormente Juan Yague-, de Logroño, al que ha sido invitado, junto a la presidenta de La Rioja, Concha Andreu; el alcalde de la ciudad, Pablo Hermoso de Mendoza, y la comunidad educativa del centro.

Ana María Matute, considerada una de las voces más personales de la novela de posguerra, nació en Barcelona en 1925 y falleció en 2014 en la misma ciudad condal, pero desde muy pequeña se trasladó con su familia a vivir a la localidad riojana Mansilla de la Sierra, que en su día quedó sepultado por las aguas del embalse de Mansilla.

David Matute ha recordado de su tía que era una mujer "vergonzosa", quien, "cuando tenía que hablar, utilizaba su imaginación, en la que bebía un mundo de bebés de pañal y a ellos se dirigía".

Con once años de edad, ha indicado, le "pilló" la Guerra Civil, a la que "se rebeló, leyendo sin parar, escribiendo historias de sueños y aprendiendo a escuchar y, tres años después (finalizada la guerra) llegaron sus libros y sus cuentos", que concluyeron en su obra "Olvidado Rey Gudú".

"Los niños, a quien hablaba en su idioma, les contaba sus imaginaciones. Con todo el mundo era una niña", ha proseguido David Matute, quien actualmente reside en Barcelona.

En el acto también ha recordado la estancia de la familia en Mansilla de la Sierra, donde se reunían en verano y donde su tía vivió una gran parte de su niñez, y que han sido fuente de inspiración para varias de sus obras.

Raquel Marín, quien ha ilustrado el libro de la autora titulado "El Río", ha descrito a Ana María Matute como "una gran escritora, a quien espero que todos los alumnos de este centro la tomen como un gran referente".

"Fue una gran mujer con un universo propio lleno de fantasías", ha detallado la ilustradora, para quien, con esta obra, se recupera también la vida de un pueblo, Mansilla de la Sierra, que Ana María Matute consiguió mantener vivo en la memoria, ha dicho.

El director del centro, José Ignacio Martínez, ha calificado de "ejemplar" el proceso de cambio de nombre de este colegio, que "nos va a llevar a fomentar el gusto por la lectura, mejorar las competencias lingüísticas e impulsar la lectura de las obras de esta autora".

La presidenta de La Rioja también ha destacado importancia del cambio de nombre de este colegio por "el prestigioso legado de la escritora y por ser un auténtico modelo de referencia para la educación".

La presidenta y el consejero de Educación, Pedro Uruñuela, han hecho entrega de cuatro lotes de obras de Ana María Matute al alumnado del centro, que pasarán a estar a disposición en la biblioteca.

Andreu ha explicado los vínculos de la escritora con La Rioja, ya que “aunque era barcelonesa, desde pequeña pasó largas temporadas en Mansilla de la Sierra, donde vivió momentos muy felices y atesoró recuerdos que le sirvieron para convertirse en una famosa escritora”.

Posteriormente, “ganó los premios literarios más prestigiosos de las letras españolas y consiguió ser la tercera mujer de la historia en entrar en la Real Academia Española de la Lengua donde ocupó el sillón de la letra ‘k’”.

Por todo ello, la líder del Ejecutivo ha querido hacer ver a los alumnos “la suerte de que vuestro colegio lleve el nombre de alguien así".

Ha destacado de la escritora ser una referencia un largo legado en el campo de la novela infantil, entre cuyos sus galardones destacan el Premio Cervantes recibido en 2010, la propuesta para el Nobel de Literatura en 1976 y el ingreso en la Real Academia de la Lengua en 1996, la tercera mujer en hacerlo (ocupando el sillón con la letra ‘k’).

Adscrita a la Generación del 50 y valorada también como una de las voces más personales de la novela de posguerra española, falleció en Barcelona en 2014, a los 88 años de edad.