Soterramiento y covid condicionan las cuentas de Logroño

Feli Agustín
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El alcalde avanza que se asegurará el pilar social y apoyarán la actividad económica.La concejal de Hacienda afirma que serán «prudentes y cautelosos, pero esperanzadores»

Imagen de la nueva zona del parque del soterramiento, desde la cúpula de la estación intermodal. - Foto: Clara Larrea

Al contrario de lo que ha sucedido este año, en el que el presupuesto del Ayuntamiento de Logroño no ha recibido el visto  bueno hasta bien entrado febrero, el equipo de Gobierno municipal tiene la intención de empezar 2021 con  las cuentas aprobadas, un documento que debe someterse a las exigencias que entrañan dos asuntos insoslayables. Estos aspectos, que seguro que continuarán marcando la gestión municipal más de allá del próximo ejercicio, son la incidencia de una pandemia que todo parece indicar que va a seguir marcando la salud y la economía de ciudadanos e instituciones;y el abono de los 30 millones que se han de pagar para concluir la obra del soterramiento del ferrocarril en Logroño.

El alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, reconoció este jueves la relevancia de la covid en los presupuestos, que incrementarán la cuantía destinada a mantener el pilar social y responder a las nuevas necesidades en este ámbito; además de permitir que la actividad económica «mantenga su pulso».

Respecto al otro asunto que marcará no en menor grado el presupuesto, el pago de la última letra del soterramiento del ferrocarril, la concejal de Hacienda, Esmeralda Campos, informa de que será necesario refinanciar la deuda. 

«El Ayuntamiento ha hecho durante los últimos años una labor de ahorro, con lo cual tenemos una pequeña bolsa, pero debemos salir a financiar el resto», confirma Campos, que no muestra especial preocupación al respecto. La responsable municipal de Hacienda justifica esta estimación en el buen comportamiento de Ayuntamiento que no encuentra «ningún tipo de problemas cuando salimos a financiar», porque es un Consistorio «sólido, con un nivel de deuda no demasiado alto y somos cumplidores al 100%». Para argumentar esta afirmación recuerda que «la última vez que salimos a financiarnos se presentaron 12 bancos».

Austero. Con estos condicionantes, y sin contabilizar aún las inversiones, asegura que está elaborando los presupuestos «de la mano» de los otros dos partidos que conforman el tripartito, Unidas Podemos y Partido Riojano, que, afirma, no le han planteado ninguna exigencia. «Nosotros fijamos internamente las líneas de trabajo y después las compartimos con ellos para consensuarlas», afirma Campos, que insiste en que el presupuesto de 2021 no incluirá «grandes variaciones» respecto al de este año, que se acerca de los 184 millones de euros, 172.799.000 euros correspondientes a las cuentas generales del Ayuntamiento de Logroño y 11.035.000 euros para Logroño Deporte, y será prudente y contenido, «ajustado porque la situación así lo requiere».

«Hay que hacer un ejercicio de contención;no va a ser ningún presupuesto grandioso», señala Campos, que  añade que «todos los gestores presupuestarios han hecho su labor y ahora estamos en la tarea de cuadrar ingresos con gastos».

No obstante, Campos no dejará de consignar partidas con la confianza en que la situación mejore, de tal manera que incluirá  sumas para la celebración de fiestas porque, dice, su «obligación es laborar unas cuentas ajustadas y realistas, pero también esperanzadoras».

Y mientras, el equipo de Gobierno sigue trabajando en la redacción de proyectos para optar a la captación de fondos de las distintas administraciones;en la actualidad, preparan un conjunto de ellos para optar a los fondos de reconstrucción.

Además, con el borrador ya en la mano, la Junta de Gobierno ordinaria de esta semana ha aprobado el proyecto de las Ordenanzas Fiscales para 2021 que, como ya había adelantado el alcalde y confirmó después la responsable de Hacienda, no varía  impuestos municipales y mantendrá las actuales bonificaciones fiscales. 

 

El crédito. El Ayuntamiento de Logroño, al igual que el Gobierno de La Rioja, deberán abonar 30 millones para saldar la deuda contraída por las administraciones con las diversas entidades con las que firmaron en 2014 un préstamo de 220 millones por siete años, que ascendía a 257,5 aplicados los intereses, para pagar la obra del soterramiento.

Este crédito se suscribió con un periodo de carencia de 18 meses, demoraba a 2021 el posible déficit y se hizo necesario  tras la cancelación del anterior, firmado en 2009 también por 2220 millones, y que debía haberse reducido en 2013 a 50 millones para cancelarse en 2014.

Este primer crédito, suscrito en 2002, estaba previsto haberse pagado con la venta de los terrenos, al igual que el que expira el año próximo. En concreto, en 2014 se tasaron los terrenos en 154 millones y la entonces alcaldesa, Cuca Gamarra, preveía comenzar a enajenarlos en 2015.

De ello, nada se sabe y lo que resta de abonar se pagará con los ahorros y un nuevo préstamo.