El tenor español Ismael Jordi cree que “la ópera no está suficientemente reconocida por la sociedad y que se ve como una cosa elitista, de unos pocos”. Factores que se suman la situación creada por el covid, que dificulta el trabajo de los intérpretes, ya que "solo algunos valientes" han programado espectáculos operísticos en los últimos meses. Jordi (Jerez de la Frontera, 1973) ha realizado estas declaraciones a Efe con motivo del concierto que ofrece el próximo día 16 en el Teatro Bretón de Logroño, dentro del 44 Ciclo Nacional de Zarzuela, organizado por la Compañía Lírica De Aficionados (CLA) Pepe Eizaga.
“Está claro que a la ópera habría que darle un poquito más de reconocimiento en los medios de comunicación", ha comentado el tenor andaluz, quien, sin embargo, reconoce la existencia de "algunos esfuerzos por acercar más la lírica a las personas. Aún así, cree que muchos ven la ópera como "una cosa difícil o que no entienden. Son tópicos contra los que hay que trabajar".
Respecto a cómo afecta la pandemia del covid-19 a este género musical, ha señalado que “la ópera lo está pasando mal”. Sin embargo, asegura que, en España, "hay ciertos teatros e instituciones que han sido valientes apostando por la cultura y la lírica”.
Jordi tenía previsto debutar a primeros de año en el Metropolitan de Nueva York con la ópera “Romeo y Julieta”, pero fue suspendida por la pandemia. "Confío en que, cuando la situación se normalice un poco más pueda cantarla en otra fecha un poco más lejana”.
PRÓXIMOS PROYECTOS. Tras su concierto en Logroño, Jordi pasará por el Teatro de la Maestranza de Sevilla antes de marcharse a Ámsterdam a participar en la ópera “Ana Bolena”, de Gaetano Donizetti. Es la primera de una trilogía de este autor que se completará en 2022 con “María Estuardo” y en 2023 con “Roberto Devereux”, un proyecto con el que está “muy contento”.
El concierto del próximo día 16, que será la primera vez que este tenor cante en la capital riojana, supone para Jordi “una alegría”. Según ha adelantado, "habrá música para todos los públicos. Tanto para el que le guste la ópera como para el que le guste la zarzuela. El objetivo es pasarlo bien”, ha comentado.
Para él, dar un concierto es “más difícil” que participar en una ópera, porque, en el primero, tiene que interpretar a diferentes compositores y se siente “mucho más expuesto, los ojos están en ti”. Sin embargo, "en la ópera está la producción, el ballet y la orquesta”.
Jordi reconoce que ser cantante profesional lírico no estaba entre sus planes en un primer momento, puesto que era “muy vergonzoso” y no le gustaba mucho actuar en público. Algo que ya tiene superado. Todo comenzó, ha relatado, con la creación de un coro en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, al que le animaron a apuntarse “como hobby”. Pero se dieron cuenta de que tenía “una cierta facilidad” para cantar y le dijeron que era una pena que no estudiara canto. A raíz de estos acontecimientos, se marchó a Madrid a hacer una audición ante el maestro Alfredo Kraus, que fue el punto en el que se convenció de que tenía que tomárselo en serio porque se dio cuenta de que “podía tener posibilidades”. Ahí comenzó una carrera profesional que le ha llevado a los mejores teatros de todo el mundo .