La presa de Enciso asegura agua en el Cidacos todo el verano

Bárbara Moreno
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Las pruebas del llenado están en la mitad de ciclo. El embalse, casi al 50% de la capacidad total, irá perdido agua hasta septiembre para empezar a llenar a la cota máxima y vaciarlo entero después

La presa de Enciso en una imagen de archivo. - Foto: Ingrid Fernández

Dicen los vecinos más mayores de la comarca del Cidacos que sus abuelos ya hablaban de que se iba a construir en Enciso una  presa para regular el río, evitar crecidas en invierno y escasez de agua en verano.  Es decir, que hace más de 100 años que la idea estaba ahí. Mucho más cercana está la fecha de 1997, hace 23 años, cuando el Boletín Oficial de Estado publicó el proyecto de la presa de Enciso. Incluso se adjudicaron los trabajos en 2009. Pero entre paralizaciones por temas de diversa índole lo cierto es que la obra concluyó en 2018, y hasta enero de 2019 no comenzó su puesta en carga o llenado en pruebas, un periodo que, teniendo en cuenta una climatología y precipitaciones normales, podría concluir en tres años, es decir, para el verano de 2022.  Ya partir de entonces se empezaría a llenar la presa para su explotación regular y real.

Pero, lo cierto es que aunque ahora la presa está en pruebas ya está regulando el río de una otra manera. Y lo que es más interesante para los vecinos de la zona, es la primera vez en muchos años que el río Cidacos lleva abundante agua en verano, algo que ha venido más que bien este año porque además hay piscinas de la zona como las de Arnedo, Herce o Arnedillo que no han abierto sus puertas. De hecho, es la primera vez que se puede hacer deportes de bajadas rápidas en el Cidacos en pleno verano, según han explicado desde la empresa Moscaventur.  Y en realidad, y lo más importante, es que este desembalse paulatino está beneficiando a los regantes porque ahora precisamente es la época en la que más demanda de riego hay.

Hoy nos encontramos con que la presa está en la mitad de la fase de su llenado o puesta en carga. Yen estos momentos casualmente no solo está en la mitad de las fases de la puesta en carga, sino que la capacidad de agua está también al 46%. El pantano muestra así una fotografía de una gran masa de agua que incluso ha tapado ya el pueblo que tanto luchó porque no fuera expropiado ni le cubrieran las aguas, Las Ruedas de Enciso, donde ya solo habitaba Peter Dobson, el mismo que durante años y años trabajó para la presa en diferentes menesteres, desde persona que se ocupaba de la seguridad de noche, hasta de enfriar el hormigón en las noches de verano.

Un equipo de El Día de La Rioja ha estado en el pantano esta semana y ha podido constatar la capacidad y el terreno que ya están tomando las aguas, y eso que solo está a la mitad de su capacidad total de llenado. Eso sí, como explican desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), ahora el agua se irá desembalsando poco a poco hasta septiembre, que es cuando empezará a llenarse de nuevo con paradas, pero ya sin vaciados. Es decir, que a partir de este septiembre ya no habrá más suelta de agua más que lo que sea suficiente para mantener el caudal. Y así seguirá llenándose el pantano hasta alcanzar su cota máxima que podría llegar hasta la primavera de 2022, y como toda puesta en carga, el pantano se vaciará del todo, a partir de esa fecha con una velocidad más rápida. Por lo que durante el verano siguiente el río llevará agua, pero tanta como esta porque solo se soltará para mantener el caudal, y en el verano de 2022 se soltará todo el agua hasta vaciar la presa para empezar a llenarla. Es decir, que verá el pantano vacío y sin agua para sorpresa de muchos. 

Pero mientras tanto y durante estas fechas, se puede visitar el lugar y toda su extensión desde Enciso casi hasta Yangüas (ya en la provincia de Soria) y ver la masa de agua. De hecho, muchos vecinos de la zona lo hacen en estos fines de semana, y los habitantes de los municipios aguas abajo se pueden aprovechar de la abundancia de agua que lleva el río durante todo el verano. Eso sí, desde la CHE especifican que ya siempre se mantendrá el uso ecológico en el cauce del Cidacos y no habrá problemas de escasez (a no ser que haya años muy secos).

Sin crecidas extraordinarias.

De hecho, en el valle del Cidacos, a partir de Enciso, ya no habrá grandes crecidas del río ni el agua se ‘llevará’ fincas como ha ocurrido en años anteriores, porque la presa está regulando el caudal y el río de alguna manera lamina las crecidas . De hecho, desde la CHErecuerdan además, que en el pasado mes de marzo se vivió un episodio de lluvias muy intensas (DANA) en el que la presencia del embalse de Enciso minimizó las afecciones ya que sin esta infraestructura (en régimen natural) al caudal circulante se habrían sumado 19 metros cúbicos por segundo, alcanzando el límite de la máxima crecida ordinaria.

Un buen año. Lo cierto es que este año hidrológico está siendo muy bueno para el llenado de la presa. Y las lluvias han impulsado la puesta en carga del embalse, de hecho, Enciso almacena actualmente casi 25  hectómetros cúbicos, frente a los 7 de finales de octubre. Y por eso se está cumpliendo con el calendario previsto. Hace unas semanas se inició la fase cuatro de la puesta en carga, que significa un descenso parcial controlado y muy lento. El vaciado parcial está fijado tras alcanzar la cota 835 y se prolongará  hasta septiembre. En el descenso se mantendrá una velocidad   baja   y   controlada   para   facilitar  los correspondientes   estudios   de auscultación, según las normas técnicas de seguridad. 

Esa fase consiste en bajar de la cota 851 a la cota 835 y actualmente se está en la cota 847,43 (equivale a 21,1 hm3), es decir a la mitad de la capacidad total de la presa,  (que es de 46,5 hm3).

«La puesta en carga es un proceso técnico complejo con el objetivo de comprobar el comportamiento de la presa y las laderas y a su conclusión el embalse pasa a la fase de explotación ordinaria como infraestructura», recuerdan desde la CHE.