Una de las niñas cambiada valora que la otra quede como hija

B. Moreno
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El Juzgado de Familia ha ordenado la inscripción de la chica demandante, de 19 años, como hija de sus auténticos padres, pero no la corrección de la otra. La defensa no está conforme

José Sáez Morga es el abogado de la niña intercambiada demandante - Foto: Ingrid

El Juzgado de Familia ha ordenado la inscripción en el Registro Civil de la chica de 19 años que fue intercambiada en el antiguo hospital San Millán de Logroño en el año 2002 como hija de sus auténticos padres biológicos. Las pruebas del ADN han confirmado el intercambio de los dos bebés.

 El caso ha dado un giro inesperado, tras conocerse la sentencia, con la que el abogado de la chica demandante no está del todo de acuerdo. La razón que aduce esta parte es que, aunque el Juzgado ha ordenado la inscripción como hija legítima de la demandante, no se corrige el registro de la otra niña.

La representación legal que lleva la demanda anunció ayer que estudiará si recurre la resolución judicial para que únicamente aparezca en el Registro Civil como hija la joven demandante, y no la otra  chica a la que las pruebas de ADN descartan como hija biológica. Es decir, que la sentencia ha desestimado las pretensiones de que se anule la inscripción de la otra chica como hija de sus padres, que ahora se ha demostrado que no son los biológicos.

El abogado que representa a la demandante, José Sáez Morga, expuso ayer en rueda de prensa los motivos por los que no están conformes con la resolución, que en cualquier caso, reconoce el error ocurrido en el hospital San Millán con el cambio de los bebés. 

El letrado recordó que la demanda decidió interponerse cuando la abuela de su cliente solicitó una pensión alimenticia al hombre a quien se suponía padre de su nieta. En ese proceso se descubrió que esa persona no era el padre biológico y posteriormente se constató que tampoco lo era la madre. 

A partir de ahí se solicitó información a la Inspección de Sanidad y tras hacer otras investigaciones cundió la sospecha de un posible cambio entre dos bebés que nacieron con cinco horas de diferencia y que tuvieron que ser trasladadas a incubadoras. La demandante, que ha vivido con su abuela desde el principio, instó a la Fiscalía a un procedimiento de afiliación. 

Solicitó la prueba de ADN de su supuesto padre biológico y se ha confirmado que es su padre, según los informes del Instituto Nacional de Toxicología. La madre que ahora se ha confirmado como la biológica falleció en 2018. La sentencia indica que la cliente de Morga es hija biológica y matrimonial de los padres con los que no ha convivido, tras confundirse la cuna en el antiguo hospital San Millán y atribuirle un ADN y un grupo sanguíneo diferente.

Ahora, la defensa tiene hasta el 30 de diciembre para recurrir la sentencia porque la «Fiscalía está contra de nuestra legitimación, se desestima que se corrija la otra inscripción». Por otra parte, el abogado explicó que la que hasta ahora ha sido la madre de la demandante «se queda realmente sin hija», y no se puede hacer dejación, según la ley de defensa de los derechos de las personas con discapacidad. Según indicó Sáez Morga, «en principio parece que la otra niña no va a pedir la paternidad de sus padres biológicos».

El caso tiene otra derivada, que es la compensación económica que la chica que ha iniciado el proceso reclama al Gobierno regional. La demandante solicitó a la Consejería de Salud una indemnización de 3 millones de euros por los daños causados por el error. El Sistema Riojano de Salud (Seris) le ofreció 215.000 euros, pero el procedimiento se suspendió a la espera del resultado del ADN. 

El abogado señala que ahora es preciso levantar la suspensión y que la Consejería determine qué indemnización propone. «Nosotros solicitamos ese dinero en base  a la Ley de Consumidores y Usuarios de un daño moral inconmensurable, informes de psicólogos forenses, secuelas y porque afecta a derechos fundamentales». Sáez Morga indicó que si no hay acuerdo irán a lo Contencioso Administrativa. En cualquier caso, dice que la indemnización inicial del Seris «no soluciona una vida usurpada».