"Inundaciones y otros fenómenos adversos van en aumento"

Gustavo Basurto
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El delegado territorial de la Aemet, José Antonio Pellitero, reflexiona sobre los efectos del calentamiento del planeta sobre el clima y comenta cómo es el trabajo de los meteorólogos para realizar sus predicciones

José Antonio Pellitero, en el Espolón logroñés. - Foto: Ingrid

De Huesca, su primer destino en la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), a la academia militar de San Javier, como profesor de meteorología para los pilotos, y de ahí a Logroño, como delegado de la entidad. José Antonio Pellitero es ingeniero industrial de formación, pero la inclinación hacia la termodinámica y la mecánica de fluidos le condujo al estudio de la atmósfera, y de trabajar 15 años en la empresa privada a convertirse, después de aprobar las oposiciones, en meteorólogo del Estado. 

 

¿Qué tiempo nos espera para estas fiestas en La Rioja?
Los meteorólogos nos curamos siempre un poco en salud, porque la previsión de temperaturas más o menos fiable es a tres, cuatro o cinco días; después, es ya un poco aventurarse. Dicho esto, para estas navidades se prevén unas temperaturas más o menos normales para lo que es un mes de diciembre. La máxima normal para diciembre es de unos 10 grados, igual que la de enero, y para estas navidades esperamos algo parecido, o quizás un poquito por encima, con uno o dos grados más. No calor, pero tampoco tanto frío como hemos tenido estos días de atrás en el valle del Ebro. El jueves pasado hemos tenido en Agoncillo una máxima de 3,9 grados, cuando lo normal sería 10,2 grados. Sin embargo, ese mismo día tuvimos máximas en Enciso, Anguiano y Valdezcaray superior a los 10 grados. Vemos que en la cordillera Ibérica estamos teniendo máximas más altas que en Logroño o en el valle.

 

¿Por qué ocurre ese fenómeno?
Por una inversión térmica, que es típica de los anticiclones, cuando las altas presiones son muy acusadas. A diferencia de lo que ocurre con las borrascas, el aire va de capas superiores a las inferiores, por lo que se va comprimiendo y automáticamente sube la temperatura en las superiores y hace que las inferiores, que están pegadas a la tierra, no puedan subir. Como por las noches, que ahora son muy largas, el suelo pierde su temperatura, esa baja temperatura pasa al aire que está encima y pocos kilómetros más arriba. No sube, está frío y le cuesta calentarse.


¿Tendremos precipitaciones?
Hasta este martes hay nulas probabilidades; empieza a haber alguna este miércoles y el jueves, el viernes y los próximos seis o siete días hay probabilidad de lluvia de un 50 por ciento, pero hablamos de cantidades pequeñas, entre uno y cinco litros en el total del día.

 

¿Y nieve?
Cuesta hacer una predicción para navidades; cuesta incluso con las temperaturas, que es lo más estable. Las mínimas para los días 24 y 25 se prevén de unos 8 grados más o menos. Para el viernes 24, podría caer algo de nieve en las cotas más altas de Valdezcaray, pero poca cantidad y es casi ciencia ficción, porque estamos a muchos días de esa fecha. No vemos borrascas de nieve importantes y si se forman, no cristalizarán.

 

Por tanto, un pronóstico para el resto del invierno parece complicado.
Cuando hablamos de previsiones desde el 27 de diciembre hasta el 9 de enero, en vez de hacer un pronóstico día a día hablamos más de medias. Para estas fechas se prevé temperaturas normales o un poquito inferiores a lo normal, y estamos hablando de 10 grados de máxima. Y de precipitaciones, o normales o un poquito superiores, pero hablamos de valores medios.

 

En Rioja Baja, los agricultores todavía se recuperan de las inundaciones del Ebro, que casi superan el récord de 2015. ¿Veremos cada vez más crecidas de ese calibre?
Sí percibimos que los fenómenos meteorológicos adversos, estas precipitaciones tan intensas o las inundaciones, suceden cada vez con más frecuencia. Y, aunque es difícil establecer una causa efecto, se atribuye al cambio climático. Eso se está notando y puede que vaya en aumento. Al final, a largo plazo lo que tenemos son unas medias de los sucesos, no unas predicciones como las que hacemos a unos diez días. Lo que sí está claro es que están aumentando las temperaturas a nivel mundial y eso es inequívoco. Puede que haya zonas que no lo sufran o que vayan al revés, pero la media del conjunto la tendencia es a subir. Estadísticamente, se nota más en las vertientes cantábrica y mediterránea; en la parte del valle del Ebro y del interior no hay señales tan claras de que esté aumentando la frecuencia de estos fenómenos adversos. 

 

O sea, ¿La Rioja queda fuera de esa zona de incremento de los fenómenos extremos?
Tampoco estamos muy lejos, porque tenemos influencia de ambos. Las precipitaciones no han sido tan grandes en estos días pasados de diciembre, pero como en el Cantábrico ha habido tantas precipitaciones y todo ese deshielo que vino después, los ríos de la vertiente norte han cargado el Ebro y se han producido las inundaciones.  

 

¿La conclusión es que debemos ir acostumbrándonos a inundaciones y otros episodios climáticos extremos cada vez más frecuentes?
Yo creo que es así, pero estamos basándonos un poco en estadísticas, porque no tenemos una constatación causa efecto clara. Lo que sí es cierto es que el calentamiento permite que el aire contenga más vapor de agua y ese es un efecto que sí podemos considerar de manera directa. Al poder almacenar la atmósfera vapor de agua sin condensar, cuando caiga habrá más agua disponible. Y si en los mares tenemos temperaturas altas, tendremos una energía almacenada en forma de calor, que puede facilitar que se produzcan estos fenómenos convectivos extremos. Lo cierto es que la frecuencia está aumentando y las razones hay que buscarlas ahí. 

 

Llevamos décadas hablando de cambio climático y, aunque no suficientes, se han tomado algunas medidas para evitarlo. ¿Percibe la meteorología alguna mejoría?
No, esas medidas no se han trasladado al clima. Solamente con el covid se ha reducido la cantidad de emisiones de CO2, pero aún así apenas se aprecia. Los gases tienen una inercia, se quedan acumulados en la atmósfera y hay que darles mucho tiempo para que desaparezcan. Tienen un tiempo de residencia, que puede ser de años. Con tres meses de dejar de emitir no es mucho. Además, no se dejó de emitir del todo; lo que ha habido es un decremento con respecto al año anterior.

 

¿Cómo afectará ese cambio climático a una región como La Rioja, con el vino como producto estrella?
No soy experto en eso, pero hay un estudio de María Paz Diago sobre cómo influye en los viñedos e indica que cada vez se están situando en cotas más altas para que tengan la misma temperatura. Y además hay un adelanto de la floración y de la recogida y eso es un efecto importante. Hay otra cosa que es la frecuencia de las precipitaciones. Me llama la atención que después de eventos de casi ninguna precipitación, vengan días seguidos de muchas precipitaciones. Está aumentando esa frecuencia de mayores intensidades y más localizadas en el tiempo, en vez de ser más continuas.  

 

Valdezcaray lleva dos semanas abierta para el esquí, después de dos temporadas muy malas por falta de nieve. ¿Se puede predecir cómo irá en lo que queda de temporada?
Es difícil decirlo. Hablamos de medias de temperaturas; y decir que en enero, febrero o marzo tendremos medias muy parecidas a las normales o un poquito más cálida es decir poco, porque quizás entre medias puede haber un episodio como 'Filomena' y la media de temperatura se puede seguir manteniendo. 

 

La estación busca actividades complementarias al esquí. ¿Hace bien en vista del clima que viene?
Sí, es una buena idea, porque lo que está claro es que las temperaturas van aumentando, aunque pueda haber fenómenos con nieve en grandes cantidades. Pero las medias indican que la temperatura sube. 


Las condiciones meteorológicas inciden en la calidad del aire. ¿Cómo estamos en La Rioja?
Ahora mismo, el anticiclón hace que la calidad del aire baje, porque no permite el flujo hacia arriba de las capas bajas. Igual que retiene la niebla, retiene el polvo y la polución, por lo cual no es bueno para la calidad del aire. En general, somos afortunados porque la calidad del aire es buena. 


Todos vemos en el móvil las predicciones y hay aplicaciones que muestran la lluvia en tiempo real. ¿Sienten presión los meteorólogos para no errar en sus pronósticos?
Para ver los pronósticos, los miro en el ordenador. Aemet tiene básicamente dos modelos numéricos, el europeo, que es de todo el planeta, y el Harmonie Arome, que toma datos del europeo y coge un contorno a alrededor de la Península y afina más y da resultados más precisos. Pero toda la información que llega al móvil hay que saber leerla; si pone que caerá un chubasco justo en Logroño, hay que saber leer entre líneas, porque puede caer a 50 kilómetros. 

 

¿Y la hostelería o el turismo, se enfadan si no se acierta con la información del tiempo?
Tengo sobre todo relación con Protección Civil, que enseguida comprende las incertidumbres que tenemos. Aemet no las oculta y dice lo que hay y tampoco se puede llegar a más. En La Rioja tenemos ocho estaciones automáticas en superficie que nos dan datos continuamente. Hacer una predicción perfecta es imposible, pero a mí me parece que sale muy bien. Creo que se irá afinando más en las predicciones a tres días, pero no veo que se vaya a poder predecir qué tiempo hará a una hora concreta dentro de un mes, por mucho que avance la tecnología. 

 

¿Con cuánta antelación se puede hacer una predicción fiable?
Para las precipitaciones, tres días suele ser bastante fiable, pero también se falla. Más allá de tres días depende de las condiciones. La predictibilidad aumenta mucho con las altas presiones; si ves que en 15 días va a quedar un anticiclón permanente, es fácil que se acierte. Si hablamos de vaguadas o de danas, hay que ir revisando día a día. 

 

¿Lleva bien la competencia de los meteorólogos aficionados?
Yo con José Calvo, de Meteosojuela, me llevo muy bien. Aunque no sean datos oficiales, me aporta vídeos y fotos que me vienen muy bien para hacer informes. Siempre será bueno que haya aficionados, pero lo que me da miedo es que la gente coja opiniones de cualquiera y no vale lo mismo lo que te dice alguien que ha pasado muchos filtros y ha estudiado el tema a otro que ve una cosa en un modelo y salta las alarmas. Hay que saber procesar la información. 

 

¿Y los augurios de los pastores tienen alguna validez?
Nosotros tenemos una visión más global, pero quizás el pastor afina más y en un punto y en un día, con lo que ve, sabe mejor que nosotros lo que va a pasar. En periodos cortos, si conocen las condiciones y ven lo que hay, pueden acertar; pero para hablar de si dentro de 10 días va a venir una borrasca, me fío de los modelos numéricos que ven el sistema global del aire del planeta.

 

¿Hay en perspectiva alguna nueva tecnología que vaya a revolucionar la información meteorológica?
La mejor tecnología son los satélites, que cada vez tienen más y mejores instrumentos. Cuantos más datos tengamos, mejores serán las predicciones. Y también mejorarán cuanto más rápidos sean los ordenadores.